¿Sientes que todo te va mal? Cambia el chip y aprende a tener una mente positiva

Seguro que alguna vez has tenido la sensación de que todo te sale mal. Puede ser algo sin importancia como perder el autobús o el metro delante de las narices, llegar tarde a trabajar, no encontrar las llaves de casa o perder la tarjeta de crédito. Cosas, a priori, tontas pero que si suceden todas juntas hacen que el día sea un fiasco y pienses que hubiera sido mucho mejor no levantarse de la cama.

Esto, al fin y al cabo, es algo pasajero, te sucede un día cada cierto tiempo y listo. Lo malo es cuando se atraviesa una época de mayor ansiedad o angustia vital que acaba desencadenando un círculo vicioso de pensamientos negativos que te llevan a ver todo negro. Es aquí cuando la tristeza hace acto de presencia para instalarse durante una buena temporada en tu vida.

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En estos casos, es fundamental saber que el bienestar emocional y la paz interior está al alcance de nuestra mano y la clave es el optimismo y la positividad. Ante los imprevistos y los contratiempos es importante tener la capacidad de ver las cosas de otra manera. Por tanto, la actitud con la que te enfrentas a los problemas puede dar un giro radical a ese runrún que te ronda por la cabeza.

Cambiar el chip

Estar anclado en el pesimismo no te permite avanzar ni reaccionar. De hecho, te resta energía y sin ella es imposible que las cosas mejoren. Para dejar atrás esa negatividad y salir del agujero negro, hace falta cambiar el chip y el objetivo no es otro que tener una actitud práctica y pragmática de la vida. La meta pasa por centrarse en los logros en vez de los fracasos.

Ante todo, hay que identificar cual es el problema, los motivos por los que ocurre y cómo se puede cambiar. Habrá cuestiones más sencillas de resolver y otras serán mucho más complicadas. Por ello, siempre se pueden poner en práctica diversas estrategias que pongan fin a esa mala racha.

Lo primero es marcarse unas metas concretas para enfocar el camino hacia el que quieres ir. Eso sí, los objetivos deben ser realistas y alcanzables o de lo contrario el desánimo irá a más y ganará la partida. Tener unas expectativas desmedidas no es la mejor opción cuando se intenta remontar. Para eso habrá tiempo más adelante. Ahora toca ser adaptable para amoldarse a los baches que se pueden encontrar en el camino.

Quedar con los amigos, salir a pasear o hacer deporte (entre muchas otras) son algunas de las opciones que pueden servirte para tomar un respiro y ayudar a que la mente se reinicie y ponga el contador a cero. Un chute de energía de lo más necesario en este tipo de situaciones que, por otro lado, ocurren a todo el mundo y por lo que no debes castigarte de más. Se sale y se supera.

Identifica el problema, busca los motivos por los que ocurre y cómo se puede cambiar

Por último, es necesario buscar ayuda en los demás. Hablar con un amigo o un familiar de confianza o valorar la posibilidad de buscar ayuda profesional de la mano de un psicólogo puede ayudarte a desbloquearte y empezar a ver las cosas con otra perspectiva muy diferente.