¿Quieres ser feliz a toda costa? El problema de demandar mucha satisfacción en la vida

Vivimos en un mundo en el que la felicidad se vende como un éxito más que conseguir en tu vida. Y como todo éxito no se alcanza sin sacrificio y trabajo duro, el bienestar mental y espiritual se percibe como una meta en la vida. Pero lo cierto es que cada vez más psicólogos niegan esta concepción propia del mundo de la autoayuda, por la cual eres el único responsable de que seas feliz.

En un estudio publicado en febrero de 2022 en 'Scientific Reports', un grupo de investigadores de distintas universidades encuestaron a 7.443 personas en 40 países distintos sobre su bienestar y patrones emocionales. Para aproximarse a lo que ellos entendían como "bienestar", les preguntaron con qué frecuencia experimentaban emociones positivas o negativas y cómo de satisfechos se sentían con sus vidas en general. En cuanto a los patrones emocionales, establecieron una serie de afirmaciones del tipo: "La gente de mi círculo ve que las personas que se sienten más felices son más valiosas" o "creo que la sociedad tiende a presionar mucho a la gente para que no se sienta deprimida o ansiosa".

"Si la positividad se convierte en excesiva, sobrecargarás tu salud mental con expectativas poco realistas"

De esta forma, los resultados demostraron que las personas que sentían una mayor presión social para ser felices estaban menos satisfechas con su vida en general, ya que experimentaban menos emociones positivas y tenían una puntuación más alta en los indicadores clínicos de estrés, depresión y ansiedad. Esto quiere decir que la felicidad no se mide respecto a una serie de expectativas que haya que alcanzar, sino más bien al contrario: cuanto más liberado te sientas de esa presión, más bienestar percibirás.

La carrera hacia la felicidad

Al final, el bienestar aparece sin que te des cuenta. Y cuidado con la gente que repite constantemente lo feliz que es, pues solo muestra una parte de su realidad. Este fenómeno se ve mucho en redes sociales, que son sin duda una de las mayores fuentes de ansiedad entre la población, sobre todo la más joven: al ver contenidos de personas que parecen siempre felices, podemos caer en el engaño de la comparativa y pensar que nunca podremos llegar nosotros a ser como ellos. Como si la felicidad fuese una carrera y vayamos a la cola.

"Si te esfuerzas demasiado en evitar las emociones negativas, tu atención hacia ellas se disparará"

"La positividad emocional es una parte esencial de una vida sana, pero tampoco se puede estirar tanto como tampoco conviene forzar un músculo cuando entrenamos", asegura Erman Misirlisoy, neurocientífico y doctor, en un reciente artículo en 'Médium'. "Si la positividad se convierte en excesiva, sobrecargarás tu salud mental con expectativas poco realistas. Puedes lograr ser feliz sin estar pensando constantemente en alcanzar ciertas metas de felicidad". La clave está en "hacer cosas que te hagan feliz", como por ejemplo estar cerca de las personas a las que quieres o realizar actividades que te gustan, "y no hacer cosas 'para' que te hagan feliz".

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Otro de los consejos que esgrime Misirlisoy es aceptar las emociones negativas, ya que "si te esfuerzas demasiado en evitarlas, tu atención hacia ellas se disparará, lo que provocará que estén continuamente en tu conciencia". Esto quiere decir que si te empeñas en desechar todo lo malo serás hiperconsciente de ello, hasta el punto de no poder quitártelas de la cabeza y asumir que siempre estarás mal. "En lugar de luchar contra las emociones negativas que se aproximan, flota con ellas y acéptalas", argumenta.

Y, sobre todo, lo que decíamos más arriba: intenta no compararte con los demás. "Juzgar nuestra propia felicidad frente a la de los demás es la perfecta receta del desastre, porque acabamos siendo demasiado duros con nosotros mismos", concluye el neurocientífico. "Ignoramos que nuestras circunstancias son únicas y el resto de personas solo muestran lo que quieren que veamos". En lugar de compararte con la situación de otros, compárate con tu yo del pasado, ya que "es una forma más efectiva de entender tu progreso vital". Y, con ello, ser más feliz.