¿Calambres musculares? Estas son las causas y así puedes aliviarlos

Los calambres musculares son contracciones o espasmos súbitos, totalmente involuntarios, que se dan en uno o más músculos a la vez. Son bastante comunes y suelen darse después de realizar algún tipo de ejercicio, aunque también pueden aparecer sin razón aparente, mientras se está en reposo o incluso durmiendo. Los músculos afectados son los muslos o pantorrillas, los pies, las manos, los brazos e, incluso, el abdomen y la caja torácica.

Estos bruscos espasmos suelen ser bastante dolorosos y pueden llegar a durar desde unos segundos a varios minutos. La causa principal, según los expertos, suele ser el cansancio debido a un esfuerzo excesivo o un movimiento poco usual. Aunque este cansancio se debe, principalmente, a un desequilibrio entre el agua y las sales minerales. Por tanto, puede hablarse de un problema por deshidratación.

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Los líquidos ayudan a que los músculos se contraigan y relajen, y mantienen las células musculares hidratadas y menos irritables. Por este motivo, no beber suficiente cantidad de agua conlleva este tipo de molestias. La carencia de minerales, como el potasio, o que la sangre no llegue correctamente a los músculos, son otras de las causas.

Falta de actividad

Además, de por realizar ciertos movimientos, los calambres también suelen aparecer por permanecer largos periodos de tiempo en una misma postura, ya sea sentado, tumbado o, incluso, de pie. La falta de actividad, por tanto, no es nada recomendable.

Los calambres también aparecen por estar largos periodos de tiempo en una misma postura

Otras posibles causas de estos dolorosos espasmos es una exposición continuada al frío o estar sometido a estrés o ansiedad. Asimismo, puede deberse a problemas como la anemia, tener déficit de vitamina E, padecer enfermedades como la artritis, arterioesclerosis y fibromialgia, así como al consumo de diuréticos.

Las personas más propensas a padecer los calambres musculares son las de más edad, con sobrepeso, las mujeres embarazadas, o aquellas con ciertas enfermedades y, por supuesto, los deportistas.

De acuerdo con los especialistas, existen calambres musculares de dos tipos: Los benignos ideopáticos de las piernas que ocurren generalmente por la noche, en ausencia de un trastorno causal, y los asociados al ejercicio que aparecen durante e ejercicio o inmediatamente después de él.

¿Cómo podemos aliviarlos?​

Pero, ¿qué podemos hacer para calmar los calambres musculares? Por lo general, las formas más sencillas de aliviarlos pasan por estar bien hidratado con agua o infusiones naturales, poner una compresa de hielo sobre la zona afectado o dar un masaje en dirección contraria al curso del dolor, lo que ayudará a estirar gradualmente el músculo y relajarlo. En cualquier caso, lo más efectivo suele ser la realización de un leve estiramiento del músculo afectado. No obstante, cuando los calambres son causados por la realización de una gran carga de ejercicio, la mejor solución es tratar de descansar.

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Eso sí, recuerda que debes asegurarte de que ninguno de los remedios a seguir es peligroso para ti a causa de alergias o intolerancias relacionadas.

Pero para no tener que llegar a recurrir a estos métodos, es recomendable beber mucha agua (antes, durante y después del ejercicio), descansar lo suficiente, realizar ejercicios suaves de calentamiento o estiramientos. La alimentación es esencial, por eso debes incluir alimentos ricos en potasio, como los plátanos.

Para evitarlos bebe mucha agua, descansa lo suficiente y realiza estiramientos

Por último, si experimentas calambres musculares con demasiada frecuencia, lo más recomendable es que acudas a tu médico y te hagas un chequeo completo para averiguar qué puede estar sucediendo.