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Tristeza navideña: por qué se produce y cómo puede repercutir en nuestra salud
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Tristeza navideña: por qué se produce y cómo puede repercutir en nuestra salud

Las navidades no siempre suponen un momento de alegría: las crisis depresivas y de ansiedad pueden agravarse debido al exceso de tensiones y a expectativas no cumplidas de felicidad

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En estas fechas siempre está presente la idea del espíritu navideño, esa presunción de que las navidades son para todo el mundo un tiempo de alegría y felicidad. Lo cierto, no obstante, es que para muchas personas son las fechas más difíciles. Para quienes tienen problemas de depresión, quienes sufren enfermedades mentales que conllevan una tristeza profunda, un sentimiento de soledad y de vacío o una incapacidad para conectar con los demás, estos días pueden ser especialmente complicados.

A esta sensación no ayuda la disminución de las horas de luz, que favorece y agrava los episodios causados por la depresión y la ansiedad. Esta sensibilidad emocional ante el acortamiento de los días también puede afectar a personas sin patologías previas. Al respecto, la doctora Elena Sanz Rivas, jefa de servicio de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, señala que "la reducción de las horas de luz baja el ánimo; menos horas de luz se asocia a la sintomatología depresiva".

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En los ancianos, además, esta sintomatología también se puede ver agravada debido a dolencias asociadas al frío: "El dolor suele ir asociado a una disminución del estado de ánimo, porque les complica su día a día", advierte la especialista.

Obligaciones y tensión

Asimismo, durante estas fechas todo se trastoca: rutinas, horarios, ambiente… Todo ello puede originar cansancio, depresión, insomnio y dolores de cabeza, de estómago y musculares, provocados por las obligaciones que queremos cumplir en estas fechas.

Estas obligaciones favorecen cuadros de ansiedad, un problema emocional que se acrecienta en esta época. Tensiones familiares, demasiadas expectativas, compromisos no siempre agradables, sobrecarga de trabajo, recuerdo de personas que ya no están… Sin olvidar que hay muchas personas a las que, por uno u otro motivo, no les gusta celebrar la Navidad, por lo que se sienten especialmente abatidas en esos días.

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Foto: Pixabay.

A esto se añade una multitud de tareas y responsabilidades —muchas de ellas autoimpuestas por el deseo de agradar a los demás—, que dan vueltas en la cabeza continuamente durante esta época: desde comprar regalos hasta visitar a todos los familiares y amigos. "Este cúmulo de responsabilidades, que no tenemos el resto del año, nos puede llevar al desgaste emocional y físico si no nos organizamos bien y nos dejamos llevar por la presión y las prisas de última hora".

Este tipo de estrés navideño afecta muy especialmente a personas muy autoexigentes y perfeccionistas, que además se implican demasiado e intentan agradar por encima de todo. La doctora Sanz añade que "se trata de personas que tienden a atender a las necesidades de todo el mundo de manera perfecta y controladora, y se olvidan de atender las propias, incluso las más básicas. También tienden a resentirse cuando los demás no se comportan de la misma forma hacia ellas; aunque nunca lo expresen abiertamente, la insatisfacción va por dentro".

Secuelas físicas

A consecuencia de este estrés, pueden aparecer secuelas como:

  • Hipertensión, enfermedades coronarias y otros problemas cardiovasculares.
  • Gastritis, úlceras y otras enfermedades de tipo digestivo.
  • Disminución de las defensas del organismo.

Por eso, para evitar el estrés asociado a las fiestas de Navidad, la especialista nos recomienda priorizar las tareas, intentando reducir aquellas que no son necesarias y que generan gran desgaste. Con respecto a las compras navideñas, lo más aconsejable es fijar un presupuesto, así como organizarse para evitar dejar todo para última hora, lo que podría desencadenar ansiedad.

En muchos casos, las circunstancias personales —ya sea por la pérdida de un ser querido, por la situación económica o por una enfermedad— van a complicar sobremanera que se puedan percibir las navidades "como una época de regalos, felicidad y amor". Es importante recordar que "no es obligatorio celebrarlas", se pueden dejar pasar. Si, no obstante, queremos realizar un esfuerzo y reunirnos con otras personas, es posible que nos reporte beneficios, además de alivio y distracción: "Quién sabe, a lo mejor resulta que te necesitan más que tú a ellos", concluye nuestra especialista.

*El Confidencial, en colaboración con Quirónsalud, presenta una serie de artículos con información práctica, consejos y recomendaciones para practicar deporte que mejore nuestra salud y bienestar. Si tienes alguna duda sobre esta temática o quieres más información, puedes contactar con el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.

En estas fechas siempre está presente la idea del espíritu navideño, esa presunción de que las navidades son para todo el mundo un tiempo de alegría y felicidad. Lo cierto, no obstante, es que para muchas personas son las fechas más difíciles. Para quienes tienen problemas de depresión, quienes sufren enfermedades mentales que conllevan una tristeza profunda, un sentimiento de soledad y de vacío o una incapacidad para conectar con los demás, estos días pueden ser especialmente complicados.

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