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Cómo puede ayudar la neuroestimulación a combatir el dolor crónico
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Cómo puede ayudar la neuroestimulación a combatir el dolor crónico

Esta técnica se utiliza para el manejo del dolor de larga duración que no remite con calmantes. Ahora, además, un nuevo sistema se ajusta a las necesidades de cada paciente

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Todos conocemos el dolor. En mayor o menor medida, lo hemos sentido alguna vez. Pero la gran mayoría de nosotros solo hemos sufrido lo que, en el lenguaje médico, se conoce como 'dolor agudo'. Se trata de una molestia puntual, un mecanismo de defensa ancestral que nos avisa de que hay algún problema en nuestro cuerpo y que nos lleva a rechazar instintivamente las situaciones que nos perjudican y ponen en peligro.

El dolor crónico, en cambio, es más complejo. Según lo define la Asociación Internacional de Estudio del Dolor (IASP), se trata de "uno que no finaliza cuando cesa la causa que lo originó, sino que persiste en el tiempo y afecta severamente a la esfera emocional, familiar y laboral, pudiéndose considerar una enfermedad en sí mismo". De forma general, entendemos por dolor crónico aquel que dura más de tres meses, de forma continua o intermitente durante cinco o más días a la semana.

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A diferencia del agudo, que nos avisa de que hay un problema -un traumatismo, una infección, una inflamación-, el crónico no tiene utilidad alguna: solo molesta. Y es un problema más frecuente de lo que pensamos: la Sociedad Española del Dolor (SED) estima que entre el 40% y el 80% de las consultas médicas están relacionadas con el dolor, siendo la causa más frecuente por la que los pacientes acuden al centro médico. El tiempo medio de duración de un dolor crónico, el que persiste al menos entre tres y seis meses, es de más de nueve años. El 35% de los pacientes vive sufriendo dolor durante toda su vida.

Uno de los rasgos del dolor crónico es que cuesta aplacarlo solo con medicamentos. Según explica el doctor David Abejón González, jefe de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, “su tratamiento consiste en la prescripción de analgésicos y opioides, pero usamos también antidepresivos, ya sea porque el dolor causa depresión o para regular el nivel de serotonina. Los fármacos pueden ayudar a tratar un dolor crónico, pero a menudo únicamente durante un tiempo limitado”.

Mejorar el control

En los casos en los que estos tratamientos farmacológicos no resultan efectivos para controlarlo, es habitual recurrir a las llamadas terapias de neuroestimulación. Se trata de procedimientos médicos intervencionistas que sirven para bloquear la señal del dolor mediante la modulación del impulso que genera el cuerpo, y que han mostrado su utilidad a la hora de tratar el dolor por polineuropatía diabética, en los casos en los que ha fracasado una cirugía de columna o en el dolor regional complejo.

Estos procedimientos han ido perfeccionándose con el tiempo. Recientemente, se ha incorporado Evoke, un nuevo sistema de estimulación de la médula espinal que se caracteriza por ser de circuito cerrado. Es la primera vez que se incorpora esta tecnología en un dispositivo implantable para el dolor, lo que significa que puede adaptar la estimulación a la sensación de dolor de cada momento, sin que necesite ser modulada por el paciente. Como explica el doctor Abejón, "el propio dispositivo se autorregula dependiendo de los movimientos o de variables como la respiración, la tos o el latido cardíaco".

Este dispositivo se implanta en la cadera, y en él van incorporados una serie de electrodos que se introducen en el espacio epidural y que generan estímulos o impulsos eléctricos que aliviar el dolor. El especialista puntualiza que "los electrodos generan una señal en el cordón posterior de la médula espinal que se transmite al cerebro y que provoca una parestesia que disminuye la sensación dolorosa del paciente".

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Foto: Pexels.

Pero, como decíamos, la principal diferencia de este dispositivo frente a otros más convencionales es que incluye un sistema de circuito cerrado que permite ajustar los estímulos según el dolor que siente la persona. Acerca de ello, el doctor Abejón nos explica que "este tipo de sistemas se denominan de circuito cerrado, lo que quiere decir que identifica las necesidades del paciente y, en función de estas, regula la analgesia en tiempo real".

Cabe señalar que se adapta al dolor por sí solo gracias a la medición constante de los potenciales de acción evocados de la persona. En este sentido, "al ajustarse solo, no precisa cambios en la programación o que el paciente adapte su intensidad a través de un mando a distancia". Además, se consigue un tratamiento a medida continuo, puesto que la medición y la adaptación de la analgesia se realiza más de 100 veces por segundo.

En definitiva, este tratamiento contra el dolor crónico ayuda a eliminar la sensación de dolor; disminuir la toma de fármacos para el dolor; mejorar la funcionalidad, además de conseguir una mayor exactitud, como destaca el especialista: "Aporta precisión en la analgesia adaptada a las necesidades reales del paciente, a diferencia de otros dispositivos"

*El Confidencial, en colaboración con Quirónsalud, presenta una serie de artículos con información práctica, consejos y recomendaciones para practicar deporte que mejore nuestra salud y bienestar. Si tienes alguna duda sobre esta temática o quieres más información, puedes contactar con el Hospital Quirónsalud Madrid.

Todos conocemos el dolor. En mayor o menor medida, lo hemos sentido alguna vez. Pero la gran mayoría de nosotros solo hemos sufrido lo que, en el lenguaje médico, se conoce como 'dolor agudo'. Se trata de una molestia puntual, un mecanismo de defensa ancestral que nos avisa de que hay algún problema en nuestro cuerpo y que nos lleva a rechazar instintivamente las situaciones que nos perjudican y ponen en peligro.

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