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La historia de Efraim Zuroff: 40 años buscando y cazando nazis
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LA VEJEZ DE LOS ACUSADOS NO ES EXCUSA

La historia de Efraim Zuroff: 40 años buscando y cazando nazis

La labor de Zuroff se ha dividido en ser una mezcla de detective, historiador (para construir un caso en contra del nazi huido) y lobista

Foto: Efraim Zuroff acudiendo a una protesta. Foto: REUTERS/Ints Kalnins
Efraim Zuroff acudiendo a una protesta. Foto: REUTERS/Ints Kalnins

Efraim Zuroff, de 71 años, ha dedicado 40 años de su vida a la busca y captura de nazis que habían escapado y que no habían rendido cuentas ante la Justicia. Y no piensa detenerse, a pesar de que ellos ya hayan entrado en la vejez o él mismo sufra amenazas de muerte.

Entre 1941 y 1945, seis millones de hombres, mujeres y niños judíos fueron asesinados por los nazis en campos de exterminio. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, miles de soldados y oficiales responsables de torturas y asesinatos escaparon y muchos de ellos se casaron y formaron sus propias familias. Zuroff se ha dedicado a buscarlos y encontrarlos para hacer que paguen por sus crímenes.

Foto: Francisco y Bautista, dos españoles presos en Neuengamme. (Cedida)

Según relata Zuroff a LAD Bible, hubo tres grupos de nazis que lograron escapar tras la guerra. Los primeros fueron científicos e ingenieros con "habilidades valiosas, invitados a los Estados Unidos por temor a caer en manos soviéticas". El segundo grupo, mucho más pequeño, fue entrenado como espías por Occidente. El tercero, "el más grande con diferencia", estaba compuesto por militares que se fueron a Europa del Este, donde desaparecieron y quisieron disfrutar de una larga vida. Este tercer grupo es sobre el que ha trabajado Zuroff. "Simplemente mintiendo en sus formularios de inmigración fueron capaces de engañar a las autoridades", señala. "Aunque habían servido con los nazis y algunos de ellos jugaron un papel muy importante en el asesinato en masa de judíos y otros enemigos del Reich".

Ejercer la influencia

En los últimos 40 años, la labor de Zuroff se ha dividido en ser una mezcla de detective, historiador (para construir un caso en contra del nazi huido) y lobista. Esta es quizás la parte más complicada: "En muchos países no hay voluntad política para enjuiciarlos y sin eso, no hay procesamiento. A veces trabajamos con los políticos locales y los medios de comunicación para tratar de elevar la conciencia, para alentar a los gobiernos que son reacios, para hacer lo correcto y perseguir a estas personas", afirma Zuroff.

"A veces descubrir y revelar lo que estas personas hicieron es más doloroso para ellos que ir a la cárcel"

Nacido en Nueva York en 1948 y de ascendencia lituana, Zuroff es un historiador de corazón. Después de graduarse de la Universidad Yeshiva (Nueva York), se trasladó a Israel para trabajar en el Yad Vashem, el museo conmemorativo del país para las víctimas del Holocausto.

En 1978, regresó a los Estados Unidos para trabajar en el Centro Simon Wiesenthal, llamado así por el superviviente del Holocausto austriaco que localizó a más de 1.000 nazis antes de su muerte en 2005. Dos años después, en 1980, regresó a Israel para continuar sus investigaciones, primero trabajando para la Oficina de Investigaciones Especiales del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, rastreando a los criminales de guerra que habían huido a los Estados Unidos, antes de regresar al Centro Simon Wiesenthal en 1986, convirtiéndose en su principal cazador de nazis.

placeholder Campo de concentración de Auschwitz. Foto: REUTERS Kacper Pempel
Campo de concentración de Auschwitz. Foto: REUTERS Kacper Pempel

Desde entonces ha trabajado incansablemente para alentar a los gobiernos y estados a tomar medidas contra aquellos que lograron escapar a los tribunales tras la Segunda Guerra Mundial. No es un trabajo que le haya reportado demasiadas alegrías, reconoce. Rastrearlos tantos años después de la guerra, con pocos que han sido llevados a juicio, puede ser agotador física y mentalmente, reconoce Zuroff. Pero incluso cuando son condenados, uno no siente tampoco feliz.

"Es un problema muy doloroso", reconoce Zuroff, que acumula centenas de amenazas de muerte por grupos que apoyan la doctrina nacionalsocialista. "He estado involucrado en más de 40 casos en los que se tomaron medidas legales, ya sea que fueron acusados o llevados a juicio. No obstante, son muy pocos".

Doloroso cuando no hay justicia

Zuroff recuerda que "ha habido tres procesamientos exitosos en Alemania desde el cambio en la política de procesamiento hace una década: John Demjanjuk, Oskar Groening y el oficial de las SS Reinhold Hanning. Ninguno de ellos se ha sentado en la cárcel después de su condena,algo increíblemente frustrante", se lamenta. "Los tres murieron, Groening unos tres días antes de que fuera a ir a la cárcel, mientras que Hanning y Demjanjuk murieron durante el proceso de apelación. Obviamente es muy doloroso cuando estas personas escapan de la Justicia", añade Zuroff.

Recordando el caso de un profugo nazi que duró más de 30 años y, básicamente, no tenía vida. "Fue castigado, no perfectamente, pero fue castigado"

Sin embargo, este cazador de nazis sostiene que a veces estos criminales pagan de otra manera. "Demjanjuk estuvo en prisión en Israel durante más de siete años, estuvo en prisión en los Estados Unidos y en Alemania, su caso duró más de 30 años y básicamente no tenía vida. Fue castigado, no perfectamente, pero fue castigado. A veces descubrir y revelar lo que estas personas hicieron es más doloroso para ellos que ir a la cárcel, ya que en la mayoría de los casos sus familias no tienen ni idea de lo que hicieron".

A medida que disminuye el número de nazis a perseguir (muchos de ellos han muerto a causa de la edad), el trabajo de Zuroff se centra más en luchar contra la "distorsión del Holocausto" y a educar a las generaciones más jóvenes sobre la importancia de recordar lo que sucedió hace tantos años. Pero a pesar de un cambio de prioridades, Zuroff sostiene que su trabajo sigue siendo el de dar justicia a las familias de los que fueron masacrados en los campos de exterminio y encontrar a las personas responsables, a quienes, concluye, la edad no debería ofrecer protección.

Efraim Zuroff, de 71 años, ha dedicado 40 años de su vida a la busca y captura de nazis que habían escapado y que no habían rendido cuentas ante la Justicia. Y no piensa detenerse, a pesar de que ellos ya hayan entrado en la vejez o él mismo sufra amenazas de muerte.

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