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Por qué los snacks están afectando a tu sistema inmunológico
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Por qué los snacks están afectando a tu sistema inmunológico

Estamos en un momento en el que comemos con más frecuencia que nunca y podría estar dañando nuestra salud sin que nos demos cuenta

Foto: Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

Hace relativamente poco tiempo que la evolución humana tiene un 'horario' alimenticio determinado. El desayuno simplemente no existía en la mayor parte de nuestra historia. Los romanos, por ejemplo, no lo tomaban, ya que por lo general consumían solo un plato alrededor del mediodía, de hecho ingerir alimentos por la mañana estaba mal visto. Las horas de trabajo regulares después de la revolución industrial trajeron la estructura de varias comidas diarias para sostener a los trabajadores. Y a fines del siglo XVIII surgió la costumbre de hacerlo tres veces al día en pueblos y ciudades.

Pero en estos días, las personas están ingiriendo más que nunca antes y con una mayor frecuencia. Fuera de las horas en las que se debe hacer. Los snacks nos están matando poco a poco. Ahora gracias a nuevas 'apps' de nuestros 'smartphones' podemos ver que tenemos patrones de alimentación erráticos. Muchos de nosotros estamos continuamente comiendo sándwiches en lugar de un plato correcto, lo que significa que pasamos hasta 16 horas al día en un estado de "sobrealimentación".

Foto: Picotear entre horas

Inflamación

Tu cuerpo tiene dos estados metabólicamente diferentes: en ayunas (sin alimentos) y después de comer. El estado de absorción posterior a la alimentación es un tiempo activo para tu organismo. Cuando ingerimos algo, no solo son nutrientes, también activamos nuestro sistema inmunitario para producir una respuesta inflamatoria transitoria, asegura Jenna Macciochi a 'Independent'.

Esta hinchazón es una respuesta normal a las infecciones y lesiones. Además proporciona protección contra los factores estresantes. Esto significa que solo el hecho de comer imparte un grado de estrés fisiológico en el sistema inmunitario. Y así, para las personas que toman snacks durante todo el día, sus organismos a menudo pueden terminar en un estado inflamatorio casi constante.

Deberías reducir tu espacio de comidas a diez horas al día o menos y tratar de ingerir la última a una hora más temprana. Tu cuerpo te lo agradecerá

Durante aproximadamente cuatro horas después de cada toma, los microbios intestinales y sus componentes se filtran en el torrente sanguíneo, lo que desencadena la inflamación. Este proceso se debe principalmente a la activación de un sensor crítico de nutrientes llamado inflamasoma que libera una molécula conocida como "interleucina-1β".

Esta reacción solo pretende ser un ataque protector a corto plazo. Cuando ocurre después de comer se conoce como inflamación postprandial y puede verse exacerbada por nuestros estilos de vida modernos. Esto incluye alimentos densos en calorías, fructosa excesiva y alimentos grasos, especialmente grasas saturadas. Este tipo de inflamación persistente es un problema. Inflige daño colateral recurrente en nuestro cuerpo porque con el tiempo es extremadamente perjudicial para nuestra salud. La crónica (en bajo grado) se ha convertido en un vínculo importante con muchas enfermedades no infecciosas relacionadas con el estilo de vida, incluidas las cardíacas y la diabetes tipo 2.

Deja de picotear

Todavía no sabemos el impacto acumulativo en el riesgo de enfermedad de los adultos sanos que pasan más tiempo en un estado inflamatorio postalimentación. Pero lo que está claro es que la inflamación de bajo grado es el factor más importante para envejecer de forma no saludable.

La reducción en la frecuencia de horas de comida a través de un ayuno intermitente o una ingesta restringida también resalta los efectos ampliamente beneficiosos sobre la salud que tiene ingerir menos alimentos. Esto incluye ayudar a perder peso y disminuir el riesgo de enfermedades metabólicas como la diabetes. Sobre la base de los datos disponibles, el hecho de que un aspecto tan fundamental de nuestros hábitos alimenticios o el número de comidas diarias todavía no haya sido objeto de una investigación científica rigurosa, es notable.

Pero lo que sí sabemos es que los refrigerios no solo aumentan la probabilidad de tener marcadores inflamatorios elevados sino que el consumo excesivo de calorías también te hace engordar. Comer tarde también se ha relacionado con el aumento de colesterol y glucosa y puede hacer que seas más resistente a la insulina. Esto te deja con más sensación de hambre al día siguiente.

Por lo tanto, puede que valga la pena eliminar las comidas menos satisfactorias. También es posible que desees reducir tu espacio de alimentación a diez horas al día o menos y tratar de ingerir la última a una hora más temprana. Tu cuerpo te lo agradecerá.

Hace relativamente poco tiempo que la evolución humana tiene un 'horario' alimenticio determinado. El desayuno simplemente no existía en la mayor parte de nuestra historia. Los romanos, por ejemplo, no lo tomaban, ya que por lo general consumían solo un plato alrededor del mediodía, de hecho ingerir alimentos por la mañana estaba mal visto. Las horas de trabajo regulares después de la revolución industrial trajeron la estructura de varias comidas diarias para sostener a los trabajadores. Y a fines del siglo XVIII surgió la costumbre de hacerlo tres veces al día en pueblos y ciudades.

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