Desahuciados en el limbo del banco malo

Olga ha evitado dos desahucios, pero no el tercero. Tras meses de negociaciones con su banco, consiguió que le concedieran el alquiler social en su propio piso, pero ahora el inmueble va a ser traspasado al banco malo y no sabe dónde van a acabar viviendo ella y su familia. Es el primer caso del que tienen constancia las plataformas de afectados, pero creen que en enero, cuando se haga efectivo el traspaso de activos saldrán a la luz muchas más personas en su situación. De momento, nadie sabe qué cómo va a funcionar la Sareb cuando se quede con las viviendas, ni la propia Sareb.

A Olga Veloso, que perdió su trabajo en 2010 y no ha podido seguir pagando la hipoteca a Bankia, le habían asegurado en octubre que le darían su propia vivienda en alquiler social, después de que el tercer desahucio siguiera su curso. Ella había presentado todos los papeles que le pedían y se los habían devuelto sellados. “Tú tranquila, te llamaremos, el tema de tu alquiler social está resuelto”, afirma que le dijo el director de su oficina. Pero el 21 de diciembre recibió una llamada que la “dejó en shock”. Le dijeron que no se lo podían dar porque se pasaba al banco malo. Ese fue el día en el que los cuatro bancos nacionalizados firmaron el acuerdo de traspaso de los activos tóxicos del ladrillo al banco malo.

La Sareb –la sociedad de gestión de estos activos problemáticos- tiene su sede en Castellana, 89, y desde hace una semana hay gente trabajando en sus oficinas, aunque sus líneas de actuación están todavía por determinar. De momento se están haciendo cargo del traspaso de los activos, después de que el miércoles los bancos firmasen los documentos para la cesión, que se hará efectiva el 31 de diciembre.

Por eso todavía no hay nadie allí que explique con claridad que ocurrirá con estas personas cuyos pisos ya se consideran adjudicados pero que todavía viven en ellos. Ni tampoco con los inquilinos de viviendas propiedad de estas entidades que vayan a ser traspasadas, ni qué tramites deben encarar unos y otros. “Primero hay que solucionar el tema de la deuda y del traspaso de activos. Desconocemos los siguientes pasos”, explican desde la Sareb. “Los últimos en saber qué va a pasar son los afectados”, comenta un letrado de la Asociación Libre de Abogados”. “No sabemos qué activos se van a pasar al banco malo, ni en qué condiciones”, añade.

Lo que indigna e inquieta a Olga es que le asegurasen que podría seguir en su casa, en Entrevías. “Yo quiero tener una vivienda digna, por eso he invertido ahí todos mis ahorros. Ahora no sé si me darán otro piso en alquiler y qué tipo de piso será. Me habían dicho que podía quedarme en mi casa y ahora no sé qué va a pasar, llevo toda la semana llorando. A otras personas sí les habían dado su propia vivienda”, afirma la afectada.

En Bankia se escudan en que el código de buenas prácticas de la banca no dice nada de que al afectado se le tenga que dejar su propia vivienda en alquiler, sino que solo indica que se le buscará una en la misma zona donde vive y de características similares. Y afirman que mientras se está negociando con el propietario, no se hace ningún traspaso. Primero, señalan, se agotan las negociaciones con los afectados. Aunque en el caso de Olga sí se va a traspasar el piso antes de cerrar las negociaciones. 

Ella explica que en su oficina le han dicho que “intentarán gestionarle la vivienda social”, pero no se cree nada. Y le angustia qué va a pasar con ella, su marido –que cobra la prestación de desempleo de 426 euros- y su hija, estudiante de 19 años. Olga lleva 14 años en España y compró el piso en 2006, no tenía avalistas y, por eso, desde que se quedaron en paro ella y su marido y vieron que no podían pagar, han solicitado la condonación de la deuda mediante la dación en pago, pero no ha habido acuerdo sobre esto con el banco. Y no entiende por qué.

En las dos próximas semanas le dirán algo sobre su caso y si se le concede una vivienda de alquiler del fondo social. Es uno de los casos que cumple los requisitos para beneficiarse de esta medida. Entre las condiciones que deben reunir es haber sido desalojados a partir de 2008 y tener unos ingresos familiares inferiores a tres veces el IPREM (unos 19.000 euros anuales).

Bankia, Catalunya Banc, Novagalicia y Banco de Valencia traspasarán al banco malo 37.109 millones en activos tóxicos, por debajo de los 44.000 que se estimó este verano.  Las personas como Olga o los inquilinos de los pisos que van a pasar al banco malo no deben esperar ningún tipo de comportamiento o actitud social por parte de esta gestora. Su fin, tal y como dejó claro Belén Romana hace unos días, no es social. “Es una entidad privada y su único objetivo es maximizar el beneficio”, subrayó. El 45% del capital de la Sareb es público.