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Un dato, un rumor y una excusa: el cóctel que necesitan los mercados para vender
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Un dato, un rumor y una excusa: el cóctel que necesitan los mercados para vender

Los toques de atención que desde hace tiempo se están escuchando en los mercados están dando paso ya a los primeros toques de campana

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Los toques de atención que llevan tiempo escuchándose en los mercados están dando paso ya a los primeros tañidos de campana, un aumento de intensidad que amenaza con ir incrementándose en los próximos meses y que podría dejar en anécdota lo vivido ayer en los parqués.

Un dato, un rumor y una excusa fueron suficientes para que en apenas dos horas saltaran por los aires todos los índices de referencia de las dos orillas del Atlántico; las primas de riesgo –sobre todo las periféricas– y las rentabilidades de los bonos.

Como dato pueden tomarse varias referencias, desde la cifra de PIB e IPC de la Eurozona, hasta los malos números de producción industrial de Estados Unidos. Motivos de fondo para corregir, cierto, ya que reflejan que las economías siguen dando muchas muestras de debilidad, pero insuficientes para explicar por sí mismas la segunda mayor caída del Ibex 35 en lo que llevamos de año.

De hecho, resulta difícil justificar que la caída del 2,4% que tuvo el selectivo fuera porque el PIB de la Eurozona sólo crece un 0,2% o porque la inflación está en el 0,7%, cuando esos datos se conocieron a primera hora y hasta las diez de la mañana el Ibex cotizó con ganancias y con la vista puesta en lograr máximos de tres años.

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Hasta las tres de la tarde se mantuvo por encima de los 10.500 puntos, justo cuando se conoció el recorte del 0,6% de la producción industrial americana en abril, lo que hizo que cayera otro poco y cotizara con recortes del 1%. Justo en ese momento abrió Wall Street en rojo, con caídas inicialmente inferiores al punto porcentual, y en poco más de media hora el selectivo se dejó más de 150 puntos.

Pero no sólo eso, las primas de riesgo de toda la periferia europea saltaron por los aires, la rentabilidad del bono español volvió a superar el 3% a las cuatro de la tarde, el dinero empezó a buscar refugio en el Tesoro americano y en el Bund alemán, que retrocedieron hasta el 2,48% y el 1,3%, respectivamente.

¿Todo ello por la caída de la producción industrial en Estados Unidos o porque Wall Street hubiera abierto con caídas superiores al medio punto? Obviamente, no. En esos momentos estaban circulando por los dos mercados dos rumores que se extendieron desde las mesas de contratación de Grecia y Ucrania a las de Estados Unidos.

La primera hacía referencia a un nuevo impuesto al capital por parte del Gobierno heleno que el propio Ejecutivo del país salió rápidamente a desmentir; la segunda, a un aumento de las tensiones en Ucrania, tan cierta como todas las crisis que periódicamente lleva sufriendo el país en los últimos meses, y por tanto, que no puede considerarse excepcional.

Pero la suma de todos estos elementos es la excusa perfecta para vender y empezar a hacer caso a esos toques de atención que llevan tiempo advirtiendo de que puede haber una corrección en cualquier momento, ya que no sólo la rentabilidad del bono español está en mínimos históricos, sino que el Dow Jones y el S&P casi cada día marcan un nuevo registro; el Dax alemán llegó a tocar ayer por la mañana máximos; el Ibex 35 soñaba con situarse en su mejor nivel en tres ejercicios...

Y todo ello mientras se pide, casi de rodillas, al presidente del BCE, Mario Draghi, que haga una QE a la europea. Si tanto necesitan los mercados medidas extraordinarias, será que no están tan extraordinariamente bien como parecen marcar tantas cifras récord.

Y el dinero, que es cobarde, lo sabe. Y sólo necesita un dato, un rumor y una excusa para coger las maletas y cambiar de sitio.

Los toques de atención que llevan tiempo escuchándose en los mercados están dando paso ya a los primeros tañidos de campana, un aumento de intensidad que amenaza con ir incrementándose en los próximos meses y que podría dejar en anécdota lo vivido ayer en los parqués.

PIB Producción industrial Eurozona IPC Inflación Ibex 35 Dow Jones
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