Susana Díaz da orden de evitar el cuerpo a cuerpo con Pedro Sánchez

Susana Díaz no quiere una guerra frente a frente con Pedro Sánchez tras su entrevista en La Sexta y la confirmación de que tratará de liderar el PSOE. No quiere estar en el mismo plano sino en una situación de superioridad. Así lo han trasladado fuentes de su equipo, convencidos de que el ex secretario general respira por la herida y entrar en el cuerpo a cuerpo daría a su figura política una relevancia que consideran que ya no tiene. "Se desacreditó por sí solo", trasladan. Esa es la estrategia y así se ha reflejado en un acto este miércoles que la dirigente socialista tenía en Sevilla en la Fundación Cajasol. Pese al revuelo de cámaras y a la expectación con la que decenas de periodistas esperaban su llegada, Díaz apenas murmuró a la entrada que el PSOE debía reconstruirse como un proyecto autónomo de PP y de Podemos. En la misma línea, ya dentro de su discurso oficial, Díaz insistió en que "no es el momento de proyectos personalistas" y defendió la necesidad de marcar diferencias con la derecha y con Podemos, poniendo de ejemplo lo que ocurre en Andalucía, donde ambos partidos están en la oposición.

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Agustín Rivera. Málaga

Susana Díaz llamó a que el PSOE vuelva a liderar "un proyecto de mayorías" y "reconocible", y subrayó que para que el partido lidere la izquierda, era necesario dejar gobernar a la derecha. "El PSOE es mucho PSOE", afirmó la presidenta andaluza, que llamó a recuperar un proyecto socialista "de mayorías y ganador". Nada nuevo en su discurso, que desde hace ya muchos meses se centra en marcar profundas diferencias con Podemos y el Partido Popular. Solo que ahora poner el acento ahí supone marcar distancias precisamente con la apuesta del ex secretario general de dialogar con Pablo Iglesias.

También sin responder los ataques directos de Pedro Sánchez, que acusó directamente a Susana Díaz y a los grandes del Ibex de estar tras su caída para evitar un Gobierno con Podemos, el portavoz de la gestora del PSOE, Mario Jiménez, eludió responder en una convocatoria de prensa sobre estas palabras. En una cita con un punto surrealista, convocó a los medios pero quiso eludir las cuestiones internas. El también portavoz parlamentario andaluz se remitió a las declaraciones que hizo en la cadena COPE, donde enmarcó las declaraciones de Sánchez en una "situación complicada con alta carga emocional". Los socialistas celebran que el exlíder socialista admitiera sin tapujos sus negociaciones con Podemos y los independentistas para formar Gobierno. "Nos ha dado la razón", se jactan. Creen que esa confirmación de Sánchez y su discurso próximo al partido de Pablo Iglesias tienen fuerza suficiente para desacreditar su candidatura para la secretaría general del PSOE, "incluso entre sus fieles". "Eso no es el PSOE", insisten, alertando contra quienes puedan llegar a situar al partido en una posición "subordinada" o de "subalterno" de la formación morada. "Es lo que pasó con IU y ha desaparecido", agregan desde las filas andaluzas.

Tiempo para el congreso

El portavoz socialista defendió que es el momento de abrir "una profunda reflexión sobre el proyecto de la socialdemocracia". Toca "actualizar el proyecto y profundizar en su renovación para volver a conectar con toda la sociedad", defendió. Esto asumen que llevará tiempo, deslizando de paso que no hay urgencia para celebrar el congreso federal que los partidarios de Pedro Sánchez reclaman de forma urgente y que los socialistas andaluces en privado no sitúan antes de mayo o junio. "Necesitamos tiempo para ser capaces de construir un nuevo proyecto político", defendió Jiménez. Sobre la fecha idónea para el cónclave socialista que elegirá nuevo secretario general, se limitó a apuntar que será en función del calendario que mejor convenga "no a una persona concreta", aludiendo sin mencionar a Pedro Sánchez, sino que sea "mejor para todo el partido".

Díaz quiere volcarse en la agenda andaluza e institucional y estar apartada de cualquier guerra interna que siga desgastando su imagen pública

La hoja de ruta de Susana Díaz pasa por estar los próximos meses volcada en la agenda andaluza e institucional y apartada de cualquier guerra interna que siga desgastando su imagen pública. Algo que desde su equipo saben que es imprescindible si quiere aspirar a la secretaría general del PSOE en un congreso antes de verano. Su nombre y su imagen política han resultado muy dañados por su disputa interna con Pedro Sánchez, y la orden es no ahondar en esa batalla a dos. Díaz participará "activamente como secretaria general del PSOE andaluz" en los debates internos que se abran sobre el modelo de PSOE y para la reconstrucción de su proyecto político, insisten fuentes próximas a la presidenta andaluza.

Sin embargo, tratará de preservar su imagen pública y reconstruir su marca para poder optar a unas primarias. En esa línea, desde su entorno insisten por ejemplo en que no es ella quien quiere un divorcio consentido y redefinir las relaciones con el PSC. "Son debates que tendrá que afrontar el PSOE más allá de lo que diga Susana Díaz", insisten. Lo cierto es que será muy complicado que pueda ahora aparecer al margen de la gestora que tiene a uno de sus hombres de confianza al mando y cuyo presidente, Javier Fernández, fue señalado directamente por ella para conducir al partido hacia el próximo congreso. Saben que si no lo consigue, la opción de una tercera vía como la única alternativa para reconstruir el partido seguirá ganando adeptos tras la guerra Susana Díaz vs. Pedro Sánchez.