Rivera centra su campaña del 26-J en Madrid y Barcelona y 'huye' del norte de España

A falta de los últimos detalles, Ciudadanos tiene prácticamente perfilado el diseño de la campaña electoral en que el partido de centro deberá captar la atención de votantes desencantados con la clase política y combatir las dos grandes amenazas que entraña el 26-J: el posible retorno de papeletas al Partido Popular y el terremoto de la izquierda gracias al matrimonio entre Podemos e Izquierda Unida. Madrid y Barcelona coparán casi la mitad de las visitas del líder naranja en los 15 días previos a los comicios. El inicio y el cierre se celebrarán en la capital -como ocurriera en las elecciones del 20 de diciembre- y la principal novedad será el formato de los actos: no habrá mítines en pabellones faraónicos y el partido no tiene intención de organizar un acto central como el de Vistalegre. Habrá más paseos -Rivera los inauguró este lunes en la Feria del Libro-, reuniones sectoriales e intervenciones abiertas al público en lugares emblemáticos de las ciudades.

El presidente de C's pasará casi con toda seguridad cinco jornadas en Madrid -incluida la del debate a cuatro, previsto para el 20 de junio- y tres días en Barcelona. La figura del líder tuvo absoluto protagonismo durante la campaña de diciembre, a diferencia de esta, en que los dirigentes territoriales más conocidos ganarán peso y todas las comunidades autónomas contarán con una campaña propia. Rivera pondrá así el foco en las grandes circunscripciones con más escaños a repartir, y más allá de Madrid y Barcelona, visitará Valencia -ya lo hizo en este primer domingo de precampaña- y Sevilla en fin de semana, aprovechando los días más importantes y que más interés generan en una campaña electoral.

Por donde el líder de centro pasará de puntillas será el norte de España. El plan provisional de Ciudadanos contempla una visita a Vigo y otra a Cantabria y Asturias concentrada en el mismo día. Rivera no visitará el País Vasco ni tampoco Navarra. En Galicia está prevista una sola jornada y será en Vigo, pese a que fue en A Coruña donde la formación naranja consiguió su único escaño en toda la región el 20-D.

La formación asegura que "no pretende evitar" el territorio gallego, aunque la escasa presencia durante la campaña coincide con la crisis interna desatada en A Coruña, que se saldó con la dimisión en bloque de la directiva del grupo. El detonante en la provincia gallega fue la sustitución de Antonio Rodríguez -cabeza de lista en las anteriores elecciones y diputado durante la cortísima XI Legislatura- por José Canedo, que fue candidato por UPYD a la presidencia de la Xunta, sin celebrarse primarias al considerar la cúpula del partido que solo hacía falta "suplir" algunas bajas.

El próximo fin de semana, el líder naranja volverá a otro de los grandes feudos de Ciudadanos, la Comunidad Valenciana, y aprovechará también para visitar Murcia, después de advertir de que su partido retirará el apoyo al actual presidente autonómico, Pedro Antonio Sánchez, si prospera la petición de la Guardia Civil, que solicitó su imputación por su supuesta relación con la trama Púnica.

En cuanto a Castilla y León, Rivera tiene previsto acudir a Valladolid y Salamanca (en ambas circunscipiones, la formación de centro obtuvo escaño), y también lo hará en la recta final de la campaña a Burgos, provincia en la que no logró diputado por un puñado de votos. Respecto a Castilla La-Mancha, región en que los naranjas se hicieron con un diputado en tres de las cinco circunscripciones (Albacete, Guadalajara y Toledo), Rivera solo pretende acudir a Ciudad Real -provincia en la que los de centro se quedaron lejos de conseguir un escaño-.

"El cambio a mejor"

En cuanto al mensaje de la campaña, la formación de centro pondrá el acento en la economía para combatir un doble objetivo: que el PP se ofrezca al electorado como la única opción de estabilidad y la alianza entre Podemos e Izquierda Unida, que puede tener muchas consecuencias en el reparto de escaños. Ciudadanos insiste en que no desarrollará una estrategia específica para combatir el fenómeno de la alianza, aunque sí se esforzará en poner de relieve "los peligros que entraña la coalición", fundamentalmente los de índole económica. De hecho, durante las últimas semanas, los dirigentes de Ciudadanos han repetido el mensaje que pretenden trasladar a la ciudadanía, como también señaló Rivera en una entrevista con El Confidencial: "Ciudadanos es el cambio a mejor y Podemos, el cambio a peor", en línea con el eslogan elegido para esta campaña: "Tiempo de acuerdo; tiempo de cambio".

El partido de Rivera pretende poner el foco así en la amenaza económica que puede suponer la llegada al poder de la alianza dirigida por Iglesias y Garzón. Si hasta ahora la principal herramienta económica para el PP de Mariano Rajoy ha sido -y seguirá siendo en la campaña electoral- consolidar la recuperación y sostener el crecimiento de empleo, la formación de centro 'se adueñará' también de la bandera económica para 'golpear' a la alianza de la izquierda. El partido liderado por Rivera hará hincapié, programa en mano, en "el récord histórico de impuestos" que pretenden instaurar Podemos-IU, así como en su propuesta de crear una banca pública.