¿Qué hacen los ultrarricos en sus aviones privados? Sus azafatas te lo cuentan
Propinas millonarias, futbolistas desnudos, actrices anoréxicas… Los miembros de las tripulaciones de los aviones privados explican lo que se encuentran en las alturas
Hay un importante número de personas que se mueven en jet privado por el mundo, mientras el resto de mortales subimos a coches, trenes y aviones comerciales. Pero, ¿qué hacen estos superricos cuando nadie más les ve? Las personas que les atienden en las alturas nos lo cuentan, algunos después de 30 años trabajando en esta curiosa profesión.
Lori es una azafata que reconoce que en todo ese tiempo lo ha visto todo, como a un futbolista británico que se desnudó por completo delante de ella "para cambiarse los calzoncillos" en pleno vuelo, o al que estuvo a punto de pillar in fraganti manteniendo relaciones con su mujer a bordo en otro vuelo, aunque afortunadamente un compañero lo evitó en el último momento.
Eso resume que los ultrarricos, cuando alquilan un avión, hacen lo que les apetece, sin pensar en nada más: "Personalmente, no creo que eso sea inapropiado, porque esta es, literalmente, su casa en el aire. Pagan millones y millones de dólares. Si yo fuera ellos, estuviera pagando esa cantidad de dinero y quisiera follar con mi marido, lo haría".
Cómo se comportan los ultrarricos en el aire
Estas personas pagan miles de dólares por un solo vuelo, pero también varios millones por compartir un jet privado con otros ricos. Por eso, hay una enorme variedad de historias que contar, casi tantas como personas viajan en estos aparatos. Eso sí, la mayoría de los testimonios se hacen con la condición de que los miembros de la tripulación que lo cuentan permanezcan en el anonimato, ya que han firmado cláusulas de confidencialidad.
La tripulación firma cláusulas de confidencialidad para evitar filtraciones
Hay historias realmente increíbles, como la de un congresista por California, que reconoció que había utilizado fondos públicos para enviar de viaje en un jet privado a sus conejos, Eggburt y Cadbury, en 2019. Ese mismo año, el multimillonario Adam Neumann fumó marihuana supuestamente durante un vuelo privado a Israel. Pero lo más curioso es que dejó a bordo del avión otra enorme cantidad de droga para el viaje de vuelta: la tripulación se asustó por si eran acusados de narcotráfico y decidieron dejar tirado a Neumann en Tierra Santa.
De hecho, si hay algo en lo que coinciden muchos de los tripulantes de estos jets privados que han hablado con The Daily Beast es en el abuso del alcohol. Uno de ellos reconoce que, en su opinión, "ese es el tema más delicado. En los vuelos comerciales hay mucho respaldo si la gente se pone ruidosa o lo que sea. Pero en privado, es muy difícil interrumpir a un multimillonario en su avión".
La mayoría de los trabajadores asegura que los hombres de negocios se comportan bien mayoritariamente, mientras famosos, deportistas profesionales y aspirantes a multimillonarios son más propensos a preparar algún lío: "Todos son locos ricos, pero los menos ricos eran los más exigentes". También hay algún trabajador que asegura no haber tenido ningún problema en las alturas durante todos los años que lleva en ese trabajo, aunque son los menos.
La llamada del dinero
Muchos de estos trabajadores se pasan al sector de los jets privados porque la aviación comercial paga mucho peor. Incluso pueden llegar a multiplicar por 3 o por 4 el sueldo, aunque lo normal es que, nada más comenzar, las empresas que se dedican a este sector paguen ya el doble que en vuelos comerciales. A cambio, reciben un duro entrenamiento sobre cómo deben tratar a los clientes, incluso reciben informes para conocer sus gustos y adaptarse a sus necesidades.
Aparte de ese dinero están las propinas. Parece que 100 dólares por persona suele ser una propina más o menos media para los asistentes de vuelo, aunque entre estos trabajadores corren historias de propinas increíblemente grandes o regalos costosos, como entradas para la Super Bowl, Rolex o alguna maleta llena de dinero. Pero nada es gratis: estos trabajadores tienen que enfrentarse a peticiones que, normalmente, no recibirían en vuelos comerciales. Incluso hay casos de que han tenido que repatriar cadáveres de clientes que murieron durante sus vuelos y tuvieron que pasar por el trago de encargarse de los ataúdes.
También es normal que no viaje ninguna persona en un avión, pero sí perros: los criadores más famosos del mundo usan este medio de transporte para enviar a los cachorros a sus destinos, pero también los famosos se cambian a las mascotas por avión cuando se separan y cada uno de ellos pasa un tiempo con el animal. Pero, sin duda, los casos más recordados por los tripulantes suelen tener que ver con los famosos.
El sueldo de estas personas duplica a la aviación comercial, pero es menos estable
Uno recuerda a una actriz que sufría de anorexia y por la que hubo que retirar toda la comida del avión. Otro cantante que viajó en uno de estos jets pidió a la tripulación que vigilara el avión durante toda la noche para que ni los paparazzi ni los fans pudieran acceder a su interior. Incluso alguno reconoce que ha visto a famosos más o menos importantes dormir plácidamente en ropa interior sin importarle que estuviera delante.
La posibilidad de vender esa información a la prensa rosa siempre está ahí, pero las compañías se curan en salud pagando muy bien a los empleados… incluso cuando el avión está en tierra. Uno de los tripulantes reconoce que "es muy fácil acostumbrarse al dinero del contrato, pero tienes que decir que sí a todos los viajes porque no sabes cuándo aparecerá el próximo... El equilibrio entre el trabajo y la vida personal no siempre está ahí".
Hay un importante número de personas que se mueven en jet privado por el mundo, mientras el resto de mortales subimos a coches, trenes y aviones comerciales. Pero, ¿qué hacen estos superricos cuando nadie más les ve? Las personas que les atienden en las alturas nos lo cuentan, algunos después de 30 años trabajando en esta curiosa profesión.