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Las cosas más inquietantes que han visto las azafatas mientras trabajan
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Las cosas más inquietantes que han visto las azafatas mientras trabajan

Los asistentes de vuelo tienen que lidiar con jornadas muy largas en su puesto laboral. Hay situaciones que ocurren allí que jamás podríamos imaginar

Foto: Foto: iStock.
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Viajar en un vuelo de larga distancia puede ser bastante incómodo, y eso solo en el mejor de los casos. Niños que lloran, gente extraña a tu alrededor, olores inusuales, movimientos raros, personas que ocupan más espacio del que deberían, ronquidos e incluso patadas y golpes en el respaldo de tu asiento.

Los auxiliares de vuelo, un empleo que escogen aquellos viajeros naturales que sueñan con conocer todo el mundo y dormir cada noche en un país diferente, y acaban por conocer, sí, pero lo peor de la gente, han compartido algunas de las cosas más perturbadoras que han visto hacer a los pasajeros en varios trayectos y hace que cualquiera de esas leves irritaciones que quizá hemos sufrido alguna vez sean fáciles de tratar.

Foto: Foto: United Airlines.

Sexo y otros menesteres

Siempre te ha entrado curiosidas por mantener relaciones sexuales en el avión. Reconócelo. Pero una cosa es desearlo y otro llevarlo a cabo. Si tu mente finalmente creyó que era mejor dejarlo en una fantasía hay otros que no se han cortado un pelo y han dado rienda suelta a sus pasiones más terrenales. Más de un asistente de vuelo ha admitido que ha visto a hombres y mujeres empezando cualquier tipo de acto sexual explícito durante su turno, según se recoge en el hilo 'Quora'.

"Trabajé hace muchos años siendo azafata, pero una vez vi como una esposa masturbaba al que imagino que era su marido en un trayecto nocturno. Vio perfectamente que les había pillado, pero continuó como si nada", afirma una extrabajadora. "Además, las luces de la cabina estaban apagadas, pero la de su techo estaba encendida y molestaba al resto. Muy poca vergüenza", añade.

Llevaba una bolsa grande. Su contenido nos dejó atónitos. Al aterrizar descubrimos que ese pasajero no iba solo

"Hace unos años habíamos pasado el servicio y cerca de la salida de emergencia había una pareja de unos cuarenta años muy acaramelados. Se daban muchos besos. Nada fuera de lo normal. Cuando pasamos el cubo de la basura tuvimos que llamarles la atención porque ella estaba sentada ahorcajas encima del hombre mientras hacía movimientos 'extraños' y con una mantita por encima que previamente nos habían pedido", cuenta una de ellas a 'El confidencial'.

Otros ha asegurado haber visto a pasajeros tratando de realizarse un onanismo tras alguna revista o más abiertamente para atraer la atención de otros. "Vi cómo se bajaba los pantalones y pedía ayuda a su pareja", comenta otro. "En un vuelo destino New York escuché ruidos en el baño. Obviamente estaban teniendo relaciones. Les pedimos que salieran, pero ellos dijeron que el marido se encontraba mal y que estaba acompándolo y ayudando a vomitar. A veces nos toman por tontos", añade este usuario.

Comidas y pañales

"Cuando damos las bandejas con el desayuno o la comida, si el pasajero está dormido intentamos dejarlo en su mesa, si es posible. Si no, cuando despierta, si nos lo pide se lo damos. Estaba repartiendo cuando quedaban unas dos horas para aterrizar. Muchos estaban en pleno sueño cuando una persona, a la que recordaba perfectamente haberle puesto su menú, me volvió a pedir otro. Me parecía raro porque aseguraba que no se lo había comido. Al recogerlo todo me di cuenta de que la persona que estaba a su lado se había comido los dos. Selo había robado mientras descansaba. ¡Ingirió el suyo el de su compañero de asiento sin su permiso!", cuenta otra azafata.

"En un vuelo de Roma a Melbourne, dos padres se durmieron y dejaron que sus tres hijos salieran corriendo sin ningún tipo de cuidado. El pañal de uno de ellos se desbordaba por el pasillo. Mientras que la tripulación de cabina no pudo hacer nada al respeto, el pequeño se paseaba por todo el aeroplano. El olor era insufrible. Una compañera tuvo que cogerlo y despertar al padre para que le cambiaran", asegura otra.

Niños que lloran, olores inusuales, movimientos raros, ronquidos, patadas... Eso te parecerá normal

Pero la historia más sorprendente la cuenta una asistente que trabajó durante la década de 1970. En esa época a menudo los pasajeros llevaban bolsas grandes que guardaban en los armarios del avión. "Su diseño era grande para poder guardar muchas cosas en ella. En este caso, el contenido de la bolsa no se descubrió hasta que que aterrizamos. Descubrimos que el dueño de esa mochila, venía con alguien más. Dentro de esa bolsa llevaban las cenizas de su abuela. Querían llevarla a Nueva York y ese fue el mejor modo de hacerlo. Ver para creer".

Viajar en un vuelo de larga distancia puede ser bastante incómodo, y eso solo en el mejor de los casos. Niños que lloran, gente extraña a tu alrededor, olores inusuales, movimientos raros, personas que ocupan más espacio del que deberían, ronquidos e incluso patadas y golpes en el respaldo de tu asiento.

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