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Esto es lo que roba la gente en los aviones (y no tienen ningún límite)
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Esto es lo que roba la gente en los aviones (y no tienen ningún límite)

¿Sueles llevarte las mantas o las tazas de los aviones? ¿Y los chalecos salvavidas? Incluso si eres de estos últimos no estás solo

Foto: Fotograma de 'Aterriza como puedas'.
Fotograma de 'Aterriza como puedas'.

Pues sí. Conocíamos a la gente que robaba las toallas del hotel, o que se llevaba los champús o los vasos. Incluso siempre hay alguien que está en régimen de media pensión y decide prepararse cinco bocadillos con todo el pan que ofrece el buffet, que realmente no sabemos si se puede considerar como hurto pero también es interesante. Se reivindica casi el derecho a hacerlo.

Sin embargo todo eso ha quedado desfasado. Ahora, aparentemente, lo 'trendy' es llevarse las cosas del avión, pero ¿qué pueden llevarse los pasajeros en un vuelo? Pues simplemente todo lo que no esté atornillado.

Entre los artículos extraídos de los vuelos comerciales hay tazas de café, cubiertos, mantas y hasta chalecos salvavidas. Vale que nunca está de más tener alguna manta o taza de sobra, pero ¿es necesario llevarse un chaleco salvavidas? ¿Cuántas oportunidades vamos a tener en nuestra vida de usarlo? Porque, sinceramente, esperamos que pocas.

Desde tazas a bolsas para respirar, uno puede llevarse todo lo que no está atornillado

Pero no es lo más extraño. Hay gente que le echa más imaginación. Hay viajeros que se llevan, por ejemplo, bolsas de mareo. Uno de ellos comentaba en una entrevista que lo hacía por el recuerdo y que en total llevaba recolectadas 250 bolsas de 50 países, incluyendo algunas de aerolíneas que ya no existen. Quizá, como le sucedía a Marcel Proust con la famosísima magdalena, cuando las observa se transporta con la imaginación a otros lugares.

Otros artículos sorprenden incluso más. Mesitas que sirven como bandeja en los asientos, pancartas de advertencia ("chaleco salvavidas debajo de su asiento") e incluso las alas de la chaqueta del uniforme de algún azafato o azafata.

¿Dónde está la solución?

No se sabe cuánto roban realmente los pasajeros. Las aerolíneas prefieren callar. Y también es cierto que no hay unas normas muy claras al respecto, por ejemplo, ¿realmente no podemos llevarnos las mantas y las almohadas que nos proporcionan en los vuelos de larga duración una vez que los hemos usado? A menos que un asistente de vuelo nos lo prohiba de manera hablada o escrita podemos hacer lo que queramos. Lo que está claro es que si algo es desechable puedes tomarlo. Si no, mejor pregunta.

Los pasajeros, a veces, tienen derecho a sentirse explotados. Cuando la aerolínea cobra precios desorbitados por las comidas o cuando se paga muchísimo por un asiento en primera clase, con lo que se puede asumir que las almohadas y las mantas van incluidas.

La verdadera solución está en recuperar la relación entre aerolínea y pasajero, para que los primeros no se sientan estafados y tengan una experiencia lo más justa y "gratuita" posible. Aunque no muy gratuita tampoco. Al fin y al cabo, las aerolíneas viven del dinero que generan.

Pues sí. Conocíamos a la gente que robaba las toallas del hotel, o que se llevaba los champús o los vasos. Incluso siempre hay alguien que está en régimen de media pensión y decide prepararse cinco bocadillos con todo el pan que ofrece el buffet, que realmente no sabemos si se puede considerar como hurto pero también es interesante. Se reivindica casi el derecho a hacerlo.

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