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Íñigo quiere vender el Madrid Cabaret y empezar una nueva vida con Matilde en 'La Moderna'
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CAPÍTULO 70

Íñigo quiere vender el Madrid Cabaret y empezar una nueva vida con Matilde en 'La Moderna'

Íñigo dimite como gerente de las empresas de doña Carla y quiere empezar una nueva vida al lado de Matilde. Además, los mareos de Laurita hacen que la teoría de Esperanza tome fuerza. La joven podría estar embarazada de Fernando Collado

Foto: Íñigo y Matilde durante el capítulo 70 de 'La Moderna' (RTVE)
Íñigo y Matilde durante el capítulo 70 de 'La Moderna' (RTVE)

Doña Carla se muestra dolida ante un trato que no ha salido como esperaba en el Salón de té La Moderna. Mientras, Íñigo ya no esconde su amor con Matilde. En el capítulo anterior, la dependienta ha mantenido sus sospechas sobre la villana y archienemiga, mientras don Fermín ha organizado un merecido reconocimiento a la salvadora de sus galerías.

Doña Carla le ha ofrecido a don Fermín una participación en su negocio hotelero a cambio de que le ceda el espacio de sus galerías. Sin embargo, el propietario se niega a hacer realidad el sueño de la viuda de don Jaime de Morcuende. En el capítulo de este lunes, Matilde le abre las puertas del apartamento de Íñigo a Doña Carla. La dependienta vuelve a encararse a la villana de La Moderna. La empresaria sigue sin asumir que la pareja siga tan enamorada como el primer día. "Cuanto más lejos, mejor", aclara el propietario del Madrid Cabaret.

Pablo y Marta se desahogan mutuamente en sus paseos matutinos. El varón de los Garcés le cuenta a su amiga las malas formas de uno de sus compañeros del taller. El joven se violenta con las hirientes palabras de un desconocido que le ha llamado asesino en mitad de la calle. La sobrina de Higinio ha aprendido a no darle importancia a ese tipo de personas y se lanza a animar a su amigo y hacerle olvidar su pasado.

Íñigo dimite de su puesto: ¿una liberación para doña Carla?

Miguel se ha enterado de la nueva situación de Cañete. El librero le ofrece quedarse en su casa el tiempo que necesite. El jefe de camareros rechaza la caridad de su antiguo acompañante de salidas nocturnas. El joven niega vivir bajo el mismo techo de un matrimonio que le ha regalado una sarta de mentiras que aún no ha terminado de asimilar. Por su parte, Esperanza se preocupa por Laurita que pasa mucho tiempo en el baño. Antonia también ha notado que algo le pasa a la dependienta.

Cañete aún no ha superado el mal de amores provocado por Trini. Ante su curiosidad, la joven le confiesa que nunca se hubiera fijado en una persona como él. Por otro lado, Íñigo ha vuelto al Madrid Cabaret tras estar completamente recuperado de su ataque. Emilio ha hecho un gran trabajo en su ausencia, al camarero no se le ha escapado ni un solo detalle. Como agradecimiento a su buen hacer, el empresario le promete una recompensa en su próxima nómina.

Aguirre vuelve para contrariar a don Fermín. El socio de doña Carla bromea sobre el atentado frustrado de La Moderna. El propietario confía en la buena labor de la policía, mientras deja claro que no teme a nada ni a nadie. Por otro lado, Matilde duda de la culpabilidad de Manuel. A pesar de que la prensa le acusa, la dependienta admite que hay cosas muy confusas en torno a la muerte de su inquilino.

Rosario intenta indagar sobre la relación de Íñigo y Matilde. Su hija admite que como pareja están mejor que nunca, mientras la matriarca de los Garcés confiesa que al principio desconfiaba de ese hombre que le quitaba el sueño de la dependienta, pero la felicidad que expresa su hija le ha hecho cambiar de opinión.

Finalmente, Rosario aprueba la relación de Matilde e Íñigo, mientras Cañete termina aceptando la oferta de Miguel, por lo que el camarero compartirá piso con Trini y el librero. Elías pone en sobre aviso a Miguel que con él no será fácil la convivencia. Por su parte, Íñigo le pide a doña Carla respeto para Matilde, mientras que la viuda de Morcuende le reprocha no haber sido fiel a su palabra y no haber cumplido el trato. Íñigo, por su lado, no se cree lo que dice la prensa sobre Manuel.

Laurita podría estar embarazada

Clarita le entrega a Matilde un dibujo de una compañera de clase que celebra que su hermana ha sido muy valiente. Por otro lado, Pablo le confiesa a Marta que tiene pesadillas desde que le encarcelaron. Fue la peor época de su vida. El joven no consigue olvidar su estancia en la cárcel. Mientras, Íñigo dimite como gerente general de sus empresas. La confianza entre Carla e Íñigo está completamente destruida. Ambos pierden los nervios, mientras la villana escupe toda su maldad hacia el que fue su ilusión.

Laurita sigue indispuesta y con el estómago revuelto durante su jornada en el salón. Sin embargo, Esperanza sigue sin creerse los motivos que alega la dependienta y tiene su propia teoría. La sobrina de don Fermín asegura que es imposible que esté embarazada, pero su compañera le abre los ojos y le hace ver que no sería de ahora, sino de la época en la que estuvo saliendo con Fernando Collado.

Antonia teme quedarse en la calle ante los apuros económicos que debe atravesar. Marta escucha la conversación de la dependienta con su difunto esposo. Por su parte, Íñigo comparte con Matilde su deseo de vender el Madrid Cabaret para empezar una nueva vida con ella en otro lugar del mundo. Finalmente, la perversión de Carla no va a terminar con la dimisión de Íñigo. La villana no se quedará de brazos cruzados viendo como Matilde disfruta de la compañía de su amado.

Doña Carla se muestra dolida ante un trato que no ha salido como esperaba en el Salón de té La Moderna. Mientras, Íñigo ya no esconde su amor con Matilde. En el capítulo anterior, la dependienta ha mantenido sus sospechas sobre la villana y archienemiga, mientras don Fermín ha organizado un merecido reconocimiento a la salvadora de sus galerías.

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