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Las claves de la polémica participación de Israel en Eurovisión, desgranadas por expertos: origen, posibles consecuencias...
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REPORTAJE EL CONFI TV

Las claves de la polémica participación de Israel en Eurovisión, desgranadas por expertos: origen, posibles consecuencias...

Este periódico ha charlado con tres entendidos en la materia para arrojar luz sobre la presencia del estado de Oriente Medio en Malmö

Foto: Netta, Eden Golan y Dana Internacional. (EFE, HaKokhav HaBa y UER)
Netta, Eden Golan y Dana Internacional. (EFE, HaKokhav HaBa y UER)

Evento televisivo de masas (162 millones de espectadores en todo el mundo siguieron la final de 2023), que supone la implicación directa o indirecta de un número significativo de países, y con un pilar subjetivo sobre el que se vertebra todo el show, la música. Cada año, Eurovisión reúne todos los elementos para convertirse en objeto de debate social.

En este 2024, la polémica se centra en la participación de Israel en el festival. La reactivación del conflicto árabe-israelí el pasado 7 de octubre de 2023, con el ataque del grupo armado palestino Hamás al estado de Oriente Próximo, llevó a muchos a preguntarse si procedía que Israel estuviese presente en Malmö (Suecia) o de qué modo la Unión Europea de Radiodifusión (EBU-UER) debía tomar cartas en el asunto.

Cada año, se repiten las mismas preguntas sobre la implicación de un país asiático en un certamen europeo, pero, como explica a El Confi TV Nikita Noah, experto en Geopolítica, el pensamiento colectivo de que un país ha de ser europeo para participar en Eurovisión es engañoso: "Israel participa porque es parte del Área Europea de Radiodifusión. La UER es una unión de televisiones de alcance europeo que se creó después de la II Guerra Mundial con el objetivo de aunar al continente a través de la radiocomunicación, con la boda de Isabel II como primera emisión a gran escala".

Noah: "La maquinaria de propaganda y relaciones públicas de Israel, aparte de ser ingente, está bien estudiada"

Así, en 1956, la UER creó un concurso en el que podía participar todos los miembros de la entidad, acotada por un término geográfico que incluye a Europa, al norte de África y a Asia Occidental: "Todo país que sea miembro de esta unión, sin tener que estar en Europa, puede participar. Es el caso de Israel, que participa desde 1973, pero también es el caso de Catar, Líbano, Túnez, Marruecos o Egipto". ¿Por qué no lo hacen? "Porque está Israel y no quieren participar en un mismo evento", contesta Noah.

En ese 1973, con Ilanit y su En algún lugar, una canción que llamaba a la paz y a la esperanza, Israel iniciaba un periplo eurovisivo marcado por las controversias por el presunto uso propagandísitico de sus candidaturas, algo que prohibe expresamente el reglamento. Han sido unos cuantos quebraderos de cabeza los que la UER ha tenido con el estado presidido por Netanyahu en este sentido. Este año, sin ir más lejos, la organización llegó a rechazar dos temas enviados por la KAN, la televisión pública israelí, porque incumplían la norma.

Nikita parte de la base de que "la maquinaria de propaganda y relaciones públicas de Israel, aparte de ser ingente, está muy bien estudiada". Al ser preguntado por este periódico si la victoria de Dana International, primera mujer transexual en presentarse a Eurovisión, cambió la manera en la que Israel afrontó el festival, responde lo siguiente: "No sé hasta qué punto el triunfo de Dana se considera pinkwashing".

"Dana se enfrentó a amenazas de muerte de los propios israelíes, luega ganó y subvirtió la opinión negativa contra ella. Quizá eso no pueda considerarse pinkwashing en la forma en la que lo entendemos ahora. En la década de los 2010, Israel estuvo cuatro años seguidos sin clasificarse. En 2015, mandaron a un chavalín con una canción pegadiza, Golden Boy.

Ahí cambia la suerte del país, hasta ganar en 2018 con otro tema que se ha tildado de pinkwashing, Toy de Netta Barzilai, que juega con el tema del feminismo. Si hay que situar un punto de inflexión, es ese. En esa época, Eurovisión ya se había posicionado como marca y como festival proclive a los gustos del público LGTBI", añade.

Los vetos selectivos de la UER

En el momento del estallido de una nueva guerra entre Israel y Palestina parecía una cuestión baladí, pero, a medida que se ha ido acercando el festival y confirmándose la presencia de los países en Suecia, las quejas y las llamadas al boicot a Eurovisión por la participación del estado israelí han aumentado, probablemente a un nivel superior al de 2019, cuando el evento se celebró en Tel Aviv.

La situación, inmediatamente, se comparó con el veto a Rusia en 2022, tras la invasión de Ucrania. A día de hoy, a juicio de Noah, no existe una "justificación coherente de la UER" por la que Israel continúa siendo parte del juego y la nación más extensa del mundo, no. ¿Razones objetivas? Pueden intuirse, pero no confirmarse. ¿Teorías? Unas cuantas.

Noah: "A la UER le gusta definirse como apolítica, pero, cuando tienes a más de 40 países involucrados, es difícil escapar de la política"

"A la UER le gusta definirse como apolítica, pero, cuando tienes a más de 40 países involucrados es difícil escapar de la política. Cualquier decisión que tomes en un contexto internacional es política", comenta el especialista en Políticas Públicas, que recuerda cómo "a la UER no le tembló el pulso ni 48 horas" en expulsar a Rusia de Eurovisión y a la emisora estatal de la unión de televisiones.

Añade importantes datos sobre la diferenciación que establece la UER entre Israel y Rusia Vicente Rico, director de la web especializada en el certamen Eurovisión-Spain: "Las dos televisiones públicas rusas, Rossiya 1 y Piervy Kanal, según la UER, fueron suspendidas por la injerencia del gobierno de Putin en su independencia y por contribuir a la desinformación en la invasión de Ucrania. Ambos motivos están absolutamente demostrados. En el caso de la KAN, se justifica su continuación debido a que es independiente. De hecho, ha tenido grandes conflictos con Netanyahu".

placeholder Manifestación de activistas en Suecia por la expulsión de Israel de Eurovisión 2024. (EFE/Johan Nilsson)
Manifestación de activistas en Suecia por la expulsión de Israel de Eurovisión 2024. (EFE/Johan Nilsson)

"El problema es que también están sobradamente documentadas todas las líneas rojas que KAN ha cruzado en los últimos meses y que chocan con el código ético de la UER y el espíritu de Eurovisión. La propia organización del festival ha reconocido públicamente el uso político que querían hacer de su participación en la próxima edición, lo cual es una prueba en sí misma", señala Rico.

Por su parte, Nikita insiste en que "Israel tiene un aparato de relaciones públicas y propaganda extenso, con tentáculos en muchos países y con considerable capacidad económica": "¿Será porque algunos patrocinadores del festival tienen vínculos con Israel? Podría ser. ¿Será porque Israel aporta más audiencia de la que puede aportar Rusia? Difícilmente en términos de población".

Rico: "Están documentadas todas las líneas rojas que la KAN ha cruzado y que chocan con el código ético de la UER"

Luis Fuster, periodista del medio especializado Wiwiblogs y de Europa Press, pone el foco en que "ninguna televisión ha expresado un posicionamiento claro en contra de la presencia de Israel", lo cual deja vía libre a la UER para obrar a su antojo: "Ha habido actuaciones tibias por parte de algunos países, como Islandia o Eslovenia, pero ninguna emisora ha amenezado con retirarse. La posición política de los estados en Europa, que tampoco han condenado las acciones de Israel sobre Gaza, ha influido en ese posicionamiento".

La posición de RTVE

Como subrayaba Fuster, ninguna radiotelevisión perteneciente a la UER ha amagado con bajarse de Eurovisión si no lo hacía Israel el próximo mes de mayo en Malmö. Sobre el lugar que ha tomado la que aquí nos atañe, RTVE, Luis reseña que la Corporación "ha mantenido una posición institucional a lo largo de estos meses basada en la idea de que el concurso no es político" y opina que "algo esperable, aunque un poco decepcionante", teniendo en cuenta que periodistas de la casa, como el corresponsal de RNE Fran Sevilla, "llevan meses denunciando públicamente y en sus crónicas la acción de Israel".

A Sevilla, se podrían sumar rostros del ente como Inés Hernand, que en una rueda de prensa durante el Benidorm Fest 2024, a título personal, se mostró contraria a la participación de un país que está cometiendo "una masacre, un genocidio". "RTVE ha sido menos beligerante que el Gobierno de España, en lo cual sin duda juega un papel el empate técnico entre sensibilidades políticas en su Consejo de Adminsitración. Cuando se les ha preguntado, se han remitido a la UER, cuyo presidente, Noel Curran, ha defendido la participación de Israel en el certamen como que 'Eurovisión no es el escenario para resolver un conflicto en Oriente Medio'", apunta Fuster.

placeholder La representante española en Eurovisión 2024, Mary Bas, del dúo Nebulossa. (EFE/Daniel González)
La representante española en Eurovisión 2024, Mary Bas, del dúo Nebulossa. (EFE/Daniel González)

Rico va más allá y manifiesta que "la posición de TVE es tibia y decepcionante, como la de la mayoría de televisión europeas": "Personalmente, entiendo el servicio público como algo más que ser políticamente correctos". Eso sí, para el director del mayor portal especializado en Eurovisión en castellano, "a quien hay que reclamar que se tomen condenas, acciones y sanciones pertinentes es a los gobiernos, no a los medios de comunicación. Cada uno tiene su ámbito de acción y ni TVE es el Gobierno ni la UER es la ONU".

Noah expone que las emisoras "tienen dos opciones y solo dos", independientemente de si es ético o no lo que decida la UER, "ir al festival y aceptarlo, o boicotear el festival si creen que no es correcto que esté Israel y no quieren ser parte de ello". En opinión del profesional, no hay lugar para "posiciones intermedias": "No sé si ha habido algún comunicado oficial por parte de RTVE, pero no me consta. Me parece una respuesta coherente. Lo que deben hacer las teles participantes que quieran ir a Eurovision, a sabiendas de todo lo que conlleva, es velar por el bienestar de los participantes".

Fuster: "RTVE ha sido menos beligerante que el Gobierno en cuanto a Israel. Influye el empate técnico entre sensibilidades políticas en su Consejo de Administración"

Afortunadamente, en España, el dúo Nebulossa no ha sido criticado por acudir a la cita, como sí ha pasado en Reino Unido con su representante, Olly Alexander: "En la Preparty de Londres, unos activistas repartieron flyers con la cara de este chico a todo color, exigiéndole la responsabilidad moral de retirarse. Es decir, le pusieron a él todo el peso, cuando, de colocarlo en alguien, se le debería haber colocado a la BBC en su día. Es de una inutilidad manifiesta, espero que nadie piense que está haciendo por Palestina cargando de presión a un chico de 30 y pocos que está intentando sacar su carrera adelante".

De hecho, uno de los temores de Nikita respecto a esta edición es que la seguridad en el Malmö Arena pueda verse comprometida por boicoteadores: "Desde hace años, la delegación de Israel ha sido la más protegida de todas con diferencia. Lo de este año va a ser digno de ver. Paradójicamente, puede ser el año más seguro en términos de dispositivos de seguridad".

placeholder Hatari, los representantes de Islandia en 'Eurovisión 2019' sacaron una bandera palestina durante las votaciones. (RTVE)
Hatari, los representantes de Islandia en 'Eurovisión 2019' sacaron una bandera palestina durante las votaciones. (RTVE)

"Me da más miedo que, de todos esos fans que puedan acudir, alguno sienta la obligación de sentirse activista por un día y montar el pollo con algún tipo de proclamación en favor de Palestina. Alguien podría increpar a Eden Golan [abanderada israelí] que, por cierto, ha llevado esto torpemente, con un punto casi provocador en redes", agrega Noah.

Si echamos la vista atrás un lustro, durante el televoto, los representantes de Islandia en 2019, el grupo Hatari, mostraron a cámara bufandas propalestinas que se habían metido bajo de la ropa. Nikita cree que "algún incidente sin importancia de este tipo acabaremos viendo" el 11 de mayo, como, por ejemplo, "la pitada más larga de la historia" a Golan cuando suba al escenario.

Eurovisión, ¿el blanco fácil de las críticas?

Desde luego, Eurovisión no es la única competición a gran escala en la que está implicada Israel; sí la que, cada mes de mayo, por este u otro motivo, está en el punto de mira. El responsable de Eurovisión-Spain tiene absolutamente claro el porqué: "Seguimos viviendo en una sociedad machista que asocia los valores del festival como 'femeninos' y, por lo tanto, inferiores. Antes que otros eventos de masas, es más fácil criticar un evento en el que se celebran los valores europeos, la diversidad y la igualdad a través del arte y la música, que se ha apoyado en el público homosexual y cada vez más en las mujeres para volver a sus años dorados".

Cargar contra otras celebraciones, según Rico, le supondría a la sociedad "mirarse al espejo, reconocer sus incoherencias y contradicciones y cargar con la culpa de que su selección nacional esté jugando un Mundial en Catar, su piloto o tenista favorito esté compitiendo en una dudosa democracia asiática, numerosas dictaduras vayan a los Juegos Olímpicos o que su serie favorita esté financiada con dinero sionista". En definitiva, la vara de medir debería estar "al mismo nivel para todos".

Rico: "Es más fácil criticar un evento en el que se celebran los valores europeos y que se ha apoyado en el público homosexual y las mujeres"

Noah no solo coincide con Vicente, sino que le cita directamente: "Lo dicen él y otros entendidos, a Eurovisión se le ataca por su carácter no normativo, es el eslabón más débil del circo mediático y se le exigen unos estándares de moralidad y coherencia que no se le exigen a otras competiciones. Es un ejercicio hipócrita. Todos los años se le saca una pega a Eurovisión, también con la guerra de Ucrania: "'¿Cómo va participar Ucrania? Si deberían estar doliéndose de sus heridas'. Vete tú a decirle a un país invadido cómo ha de reaccionar ante su invasión...".

Fuster también hace hincapié en esa alianza entre Eurovisión y el colectivo LGBTI y cómo al festival "se le exige un extra de ejemplaridad en tanto que es un evento bandera de una comunidad ya cuestionada de por sí". Asimismo, pone en el punto de mira a la organización porque su "actuación" este año así lo merece: "No han sido capaces de dar una respuesta valiente al hecho de que hayan decidido mantener a Israel en la comptención".

placeholder Noa Kirel, representante de Israel en Eurovisión 2023. (EFE/Adam Vaughan)
Noa Kirel, representante de Israel en Eurovisión 2023. (EFE/Adam Vaughan)

Esa opacidad ha sido notoria: "Se ha escondido la lista de países participantes, se está bloqueando en redes a fans del certamen que reclaman el veto a Israel, no está habiendo una respuesta coherente a preguntas sobre la participación del país, como demuestra la página de FAQ que han puesto en su web, y la UER no ha explicado cómo se va a desarrollar la semana en Malmö teniendo en cuenta el reto de seguridad que supone la presencia de Israel".

Tampoco hay que desdeñar el hecho de que "el nivel de interacciones que genera una crítica a Eurovisión es muy jugosa para cualquiera en redes sociales", y así lo argumenta Luis: "La satisfacción que recibe el crítico 'casual' con el festival es superior a los comentarios negativos que pueda recoger. Primero te sitúas a ti mismo en un pedestal de moralidad frente a los eurofans. Segundo, alimentas al algoritmo a base de likes e interacciones".

La credibilidad del festival en años venideros

Es todo un debate si la participación de Israel en Eurovisión 2024 resentirá la imagen y la credibilidad del festival o, por el contrario, la polémica caerá en saco roto una vez se apaguen los focos el próximo 11 de mayo. Nikita Noah contempla que la marca esté debilitándose por esta causa, pero por otras muchas razones: "Este año, ha sucedido algo sin precedentes. La venta de entradas ha bajado de manera considerable y no porque esté Israel, sino por el precio de estas".

"La dirección del festival ha virado a un terreno más elitista. Subir entradas, escoger recintos más pequeños... Si este año no ha habido ninguna tele que haya optado por no participar como boicot a Israel, no creo que se resienta la participación en años venideros. Que realmente ya está resentida de por sí, pero por otros factores", admite Noah.

Fuster: "No sé cómo reaccionaría Europa a un televoto desorbitado de Israel, pero es un escenario bastante plausible"

Por contra, Luis Fuster piensa que la participación de Israel "tendrá consecuencias en el certamen hasta que se produzca algún otro golpe de efecto por el que Eurovisión sea visto como algo positivo, y en esto ni el festival ni su organización tienen poder de decisión, ya que son factores geopolíticos". Será determinante la posición que obtenga Eden Golan y su Hurricane: "No sé cómo reaccionaría Europa a un televoto desorbitado de Israel, un escenario bastante plausible". Si se da este escenario, Fuster duda que nombres potentes, como Olly Alexander, se acerquen a Eurovisión.

placeholder El cantante Olly Alexander, representante de Reino Unido en Eurovisión 2024. (EFE/Sander Koning)
El cantante Olly Alexander, representante de Reino Unido en Eurovisión 2024. (EFE/Sander Koning)

"Eurovisión nunca ha tenido problema en incluir países en conflictos, o incluso dictaduras. Lo hemos visto estos años con Bielorrusia o Azerbaiyán. En el pasado, con la España franquista o la Portugal de Salazar. Tampoco ha habido reparos en posicionarse a favor de un pensamiento 'otanista'. En el siglo XX, el único país comunista que participaba era el no alineado con la URSS, Yugoslavia", destaca Fuster, y no deja escapar que "la opinión pública europea apoyaba este posicionamiento". Ahora, la diferencia radica en que "la opinión sobre Israel está dividida y de ahí la disonancia que estamos viviendo en 2024 y que viviremos en el futuro".

Vicente Rico confía en la "supervivencia" de un festival que ha resistido embites de toda clase: "La guerra de Gaza marcará nuestras vidas a muchos niveles en los próximos años y, por supuesto, también Eurovisión, pero el festival lleva desde 1956 formando parte de la historia de Europa e influenciado por los sucesivos acontecimientos geopolíticos. Sobrevivirá".

Evento televisivo de masas (162 millones de espectadores en todo el mundo siguieron la final de 2023), que supone la implicación directa o indirecta de un número significativo de países, y con un pilar subjetivo sobre el que se vertebra todo el show, la música. Cada año, Eurovisión reúne todos los elementos para convertirse en objeto de debate social.

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