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Este país tiene un plan rompedor para no quedar sumergido: extraer tierra del océano
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SUBE EL NIVEL DEL MAR

Este país tiene un plan rompedor para no quedar sumergido: extraer tierra del océano

Las Maldivas se refuerzan con arena robada al mar e incluso construyen islas nuevas: quizá es lo único que puedan hacer, pero algunos científicos no confían en la solución a largo plazo

Foto: Maldivas. (Pixabay)
Maldivas. (Pixabay)

El Gobierno de Tuvalu consiguió la atención de los medios de comunicación de todo el mundo cuando en noviembre de 2021 envió un impactante vídeo a la Cumbre de Glasgow (COP26). El ministro de Justicia, Exteriores y Comunicación, Simon Kofe, aparecía en una playa, vestido de traje y corbata, frente a un atril con micrófonos, pero con el agua hasta las rodillas: era su forma de denunciar que la subida del nivel del mar, provocada por el cambio climático, estaba hundiendo a su país, un pequeño archipiélago de solo 11.000 habitantes ubicado en medio del océano Pacífico. No es el único.

Las Maldivas, una joya turística compuesta por 1.200 islas en el océano Índico, tiene el 80% de su territorio a tan solo un metro por encima del nivel del mar. Frente al peligro de quedar sumergidos, ya están actuando: extraen sedimentos que están bajo las aguas y los colocan en la superficie para elevar el suelo y afianzar su territorio. Es más, incluso están construyendo islas nuevas, artificiales, y reubicando a su población. Con ayuda internacional, estas obras de ingeniería no resultan demasiado complejas, pero han despertado la inquietud de muchos científicos que —recientemente, en la revista Nature— advierten de la destrucción que supone que para los ecosistemas marinos y de cómo, a la larga, es posible que el país sea aún más vulnerable.

Ángel Amores, investigador de la Universidad de las Islas Baleares, trabajó en Maldivas en un proyecto relacionado con este problema y conoce bien la situación. "A finales de siglo se espera un aumento del nivel del mar en esa región de entre 70 y 80 centímetros", explica en declaraciones a El Confidencial. Con esa previsión, en realidad, "la mayoría de las islas no quedarían por debajo del nivel del mar". Sin embargo, progresivamente se convertirán en lugares inhabitables debido a las inundaciones periódicas que van a sufrir.

Además de analizar el problema con la población local, las empresas y las administraciones, "yo me dedicaba a la modelización del oleaje, así que visitamos diferentes islas para realizar batimetría y estimar cuándo se iban a inundar o cada cuánto tiempo lo harían", comenta. Si el oleaje sumerge algunas zonas una vez cada 10 años, por ejemplo, a medida que pasa el tiempo sucederá con más frecuencia: cada cinco, cada dos o todos los años. Al final, vivir allí será un mal negocio, porque "cuando se inundan estas islas, que son muy pequeñas, se quedan sin reservas de agua dulce, que se salinizan; se estropean las instalaciones eléctricas; y tienen muchos otros problemas".

placeholder El presidente de Maldivas, Mohamed Muizzu, y sus ministros. (EFE)
El presidente de Maldivas, Mohamed Muizzu, y sus ministros. (EFE)

Por eso, el Gobierno está recolocando a sus habitantes, más de medio millón. No obstante, aparte de este problema, centralizar la población en unas pocas islas también supone un enorme ahorro para las arcas públicas a la hora de ofrecer servicios básicos. Además, en la mayoría de los casos, levantar islas nuevas no tiene mucho que ver con la lucha frente al cambio climático, sino con el desarrollo de nuevos resorts turísticos.

En zonas de arrecifes, el Gobierno ofrece una concesión a empresas para que las construyan y edifiquen sus complejos para explotarlos por un periodo de tiempo. Ese nuevo territorio no se eleva mucho más que la media del país, en torno a 1,80 metros, porque cada centímetro de arena es dinero, pero parece suficiente.

La incógnita de unas islas hechas de coral

No obstante, el movimiento de tierras que están llevando a cabo es más simple de lo que pueda parecer. No extraen la arena de las profundades marinas, sino la que resulta más accesible. "Puede estar a tan solo cuatro metros de profundidad y lo que hacen es desplazarla para construir una isla nueva al lado", comenta el investigador. Una simple búsqueda en Google Earth resulta reveladora: "En seis meses pueden aparecer tres o cuatro islas donde no las había" e incluso se aprecian en el mar "los agujeros de donde han sacado la arena".

De esta manera, se minimizan los esfuerzos, pero a largo plazo puede ser una estrategia discutible. "El agujero se va a volver a llenar de arena", así que "es una lucha permanente y constante" que tiene consecuencias.

"Cuando sacas la arena, te cargas el ecosistema de coral del lugar donde lo extraes y del lugar donde lo depositas", comenta Ángel Amores. Desde el punto de vista ecológico, la solución es pésima, tal y como denuncian algunos activistas. Sin embargo, “no tienen muchas más opciones que esa”, reconoce el investigador.

placeholder En las Maldivas, cada centímetro de arena es dinero. (EFE)
En las Maldivas, cada centímetro de arena es dinero. (EFE)

El archipiélago está formado por atolones, es decir, islas en forma de anillo, con una laguna interior que se comunica con el mar por pasos muy estrechos. El origen de esos atolones es el crecimiento de los corales, fascinantes organismos vivos que crecen hasta alcanzar dimensiones extraordinarias y que, albergan, a su vez, mucha vida marina.

La teoría más aceptada de cómo se forman es que eran antiguos cráteres de volcanes que han perdido altura hasta hundirse en el mar. Los corales se iban formando alrededor del anillo del volcán, formando paredes verticales. Por eso, la arena que existe en la actualidad en estas islas proviene de los corales que han ido muriendo.

placeholder Vista aérea de un resort de las Islas Maldivas. (EFE)
Vista aérea de un resort de las Islas Maldivas. (EFE)

"La mayor incertidumbre que hay con respecto al cambio climático es si los corales crecen lo suficientemente rápido para ir adaptándose al nuevo nivel del mar. Si sube más lento que lo que crecen los corales, no habría mucho problema, pero si no es así, habrá un problema de verdad", comenta el científico de la Universidad de las Islas Baleares. Por el momento, los estudios científicos no han podido determinarlo con seguridad. Tampoco se sabe cómo afectaría la destrucción del coral que están provocando las obras de refuerzo y construcción de nuevas islas, pero generalmente implican la destrucción de un pequeño tramo del atolón.

No obstante, Maldivas no está destruyendo sus ecosistemas marinos sin control, la preocupación por el medio ambiente parte del plan, así que hay científicos sobre el terreno trabajando en proyectos para reubicar los corales afectados por las obras. De hecho, según un estudio publicado en 2023, lo están haciendo con bastante éxito: tras analizar 242 fragmentos de coral que habían sido trasladados, un año después, la supervivencia alcanzaba el 70%. La recuperación de estos organismos ha superado las expectativas previas.

placeholder Vista panorámica de Palma de Mallorca, con la catedral al fondo. (EFE)
Vista panorámica de Palma de Mallorca, con la catedral al fondo. (EFE)

¿Y qué pasa en la costa española?

Además de Maldivas y Tuvalu, otras islas de la Polinesia, el norte de Australia o el océano Índico se enfrentan al mismo problema. En España, la subida del mar hacia el año 2100 también puede rondar los 70 o los 80 centímetros con respecto al nivel actual. Sin embargo, el panorama es muy diferente: "Nosotros vamos a tener problemas, pero no vamos a desaparecer", apunta el investigador de la Universidad de las Islas Baleares.

Algunas casas situadas en primera línea podrían tener problemas similares a los de los atolones, de inundación por episodios de oleaje. Sin embargo, el principal problema al que se enfrenta la costa española es la desaparición de las playas. En zonas donde no haya edificaciones, probablemente, no pasará nada, "la playa, simplemente, se moverá hacia atrás", apunta el experto. Sin embargo, donde haya un paseo marítimo detrás, probablemente, la playa quedará borrada del mapa, ante la imposibilidad de “migrar” tierra adentro.

Foto: (Foto: EFE)

¿Podríamos ganar terreno sacando arena del mar, como en las islas Maldivas? Lo cierto es que aquí tampoco es algo nuevo. "En Mallorca se lleva haciendo desde que yo tengo uso de razón", señala Ángel Amores, "cuando viene un temporal y se lleva la arena, quieres que al año siguiente la playa esté bien para los turistas".

El problema es que "eso es temporal, es un parche, aunque traigas arena todos los años, el mar actúa 24 horas al día y la erosión es inevitable, no puede funcionar a largo plazo". Al margen de frenar las emisiones para evitar que la subida del nivel del mar sea aún más importante en un futuro, en parte, ya es inevitable y "lo único que podemos hacer es adaptarnos", por ejemplo, eliminando paseos marítimos.

El Gobierno de Tuvalu consiguió la atención de los medios de comunicación de todo el mundo cuando en noviembre de 2021 envió un impactante vídeo a la Cumbre de Glasgow (COP26). El ministro de Justicia, Exteriores y Comunicación, Simon Kofe, aparecía en una playa, vestido de traje y corbata, frente a un atril con micrófonos, pero con el agua hasta las rodillas: era su forma de denunciar que la subida del nivel del mar, provocada por el cambio climático, estaba hundiendo a su país, un pequeño archipiélago de solo 11.000 habitantes ubicado en medio del océano Pacífico. No es el único.

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