Islas Maldivas: una cultura singular para una experiencia inigualable

La vida marina en las Maldivas es pura fantasía. Hogar de una biodiversidad alucinante, estas islas destacan por tener una fauna plagada de grandes tiburones martillo, tiburones ballena, tiburones limón, tiburones sedosos, tiburones tigre, peces luna, peces ballesta, peces ángel, delfines giradores, delfines nariz de botella, tortugas marinas o la mayor población de mantarrayas de arrecife que hay en el planeta. Todos ellos, claro está, protegidos por las leyes locales de pesca.

En Maldivas ni siquiera tienes que mojarte los pies para disfrutarla. Allí se encuentra el único spa subacuático del mundo con dos de sus ocho salas de tratamiento sumergidas a una profundidad de ocho metros junto a un floreciente arrecife de coral. Disfrutar de un masaje en una burbuja submarina con un banco de peces de loro con cuerpos de color púrpura nacarado y caritas enojadas como única compañía es solo una de las interminables experiencias que se pueden disfrutar en el archipiélago del Océano Índico.

Pero no son solo sus aguas las que son radiantemente hermosas, Maldivas tiene un promedio de 250 noches con cielo despejado al año. Sin duda es uno de los mejores lugares del mundo para observar las estrellas. Al no haber contaminación lumínica se puede ver fácilmente a Marte y la constelación de Escorpio, así como unas espectaculares vistas de los cielos de los hemisferios norte y sur, dada su proximidad al ecuador Es el paraíso de los astrónomos, ya que dispone del único observatorio existente sobre el agua y donde se puede disfrutar de un auténtico viaje cósmico.

Una cultura singular

Y entre el mar y el cielo, puedes encontrar un país con una cultura singular. La hospitalidad de sus gentes. El Dhivehi, su idioma. Un dialecto del cingalés influenciado por el árabe, el persa, el hindi, el tamil, el francés, el portugués y el inglés. Su gastronomía ofrece una fusión de sabores de Oriente Medio, Sri Lanka, India y las numerosas islas que hay alrededor. El boduberu, es su música, basada en el baile de percusión del este de África, que comienza suavemente y se desarrolla hasta un crescendo cacofónico.

Sus artes y oficios transforman las hojas de palma y los juncos en cestas y sombreros; la madera y la piedra de coral se tallan creando increíbles figuras; las conchas se pulen y se ensartan en collares y pendientes; y el bonote se arranca de las cáscaras de los cocos y se convierten en esterillas para el suelo o las hamacas que se cuelgan en las palmeras.

Maldivas es un buen destino para ver las estrellas con 250 noches al año de cielo despejado

Uno de los símbolos más reconocibles de Maldivas es el 'dhoni', unas barcazas que se han utilizado desde la antigüedad para pescar y que eran construidas tradicionalmente con madera de cocotero con una distintiva proa en forma curva que se inclina hacia el cielo. La sensación de viajar en ellas es, sin lugar a duda, inigualable.