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Corrientes marinas, presión del agua y meteorología: ¿a qué retos se enfrentan los rescatistas del Titan?
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Corrientes marinas, presión del agua y meteorología: ¿a qué retos se enfrentan los rescatistas del Titan?

Un buque con capacidad para operar drones bajo el agua y varios aviones de la Guardia Costera estadounidense y de Canadá, equipados con alta tecnología, son parte del operativo que trabaja para encontrar el sumergible

Foto: Foto difundida por la Guardia Costera de EEUU que muestra el buque de investigación bahameño Deep Energy. (EFE/EPA/Guardacostas de EEUU)
Foto difundida por la Guardia Costera de EEUU que muestra el buque de investigación bahameño Deep Energy. (EFE/EPA/Guardacostas de EEUU)

En la más completa oscuridad. Así es la vida en el océano profundo, donde se encuentran los restos del Titanic. La luz del sol es absorbida muy rápidamente por el agua y no puede penetrar mucho más allá de los 1.000 metros de la superficie. Más allá de este punto, la oscuridad se adueña de todos y cada unos de los rincones. Las ruinas del naufragio que sacudió el mundo en abril de 1912 se encuentran ahora a unos 3,8 kilómetros de profundidad y a casi 640 kilómetros al sureste de la costa de Terranova en Canadá.

Las aguas donde 111 años después ha desaparecido el sumergible comercial Titan son muy traicioneras, ya no solo por la falta de luz, sino por las corrientes marinas, los flujos de sedimentos o las condiciones climáticas en estas zonas del océano. Estos son algunos de los desafíos a los que se enfrentan las tripulaciones encargadas de encontrar esta embarcación, desaparecida el domingo en las profundidades del Atlántico.

Foto: El submarino Titan, en uno de sus viajes. (OceanGate)

La búsqueda del sumergible es en un entorno tan desafiante e inhóspito, tiene lugar en un área que es dos veces la superficie del estado de Connecticut (EEUU), que es de 13.023 kilómetros cuadrados, y se desarrolla a unos cuatro kilómetros. Las operaciones de rescate son a 1.448 kilómetros del cabo Cod (Massachussets, EEUU) y a unos 644 kilómetros de San Juan de Terranova (Canadá). En ellas participan efectivos y recursos de Estados Unidos, Canadá, Francia y el Reino Unido, con aviones, embarcaciones y drones submarinos.

Cuanto más profunda está una embarcación en el océano, mayor es la presión del agua a su alrededor. Todo lo que rodea el Titanic soporta una presión de alrededor de 40 MPa, 390 veces más que la de la superficie. "Para poner eso en perspectiva, es unas 200 veces la presión que hay en el neumático de un automóvil", ha subrayado Robert Blasiak, investigador oceánico del Centro de Resiliencia de Estocolmo en la Universidad de Estocolmo, al programa Today de la Radio 4 de la BBC.

Foto: Los equipos de rescate trabajan contra reloj. (EFE/EPA/Petty Officer)

Por su parte, Tim Maltin, un experto en el naufragio y los restos del Titanic, ha asegurado a la agencia de noticias Reuters que "está completamente oscuro ahí abajo. Hace un frío helado. El lecho marino es lodo y ondulado. No puedes ver tu mano frente a tu cara".

Más allá de la presión, los equipos de rescate utilizan los sonidos para orientarse en un océano ya de por sí ruidoso. Matt Dzieciuch, un experto en acústica oceánica de la Institución Scripps de Oceanografía, ha aclarado en la agencia de noticias AP que el sonido se dobla a medida que viaja bajo el agua, debido a cómo cambian la presión y la temperatura a diferentes profundidades, por lo que pueden aparecer efectos similares al eco, que dificulten las labores de búsqueda.

Foto: No todo está perdido: este fue el caso de éxito del rescate del submarino Pisces III minutos antes de que se les acabara el oxígeno. (Wikimedia)

No obstante, de acuerdo con la BBC, los pilotos de sumergibles usan una técnica conocida como navegación inercial, que consiste en utilizar sistemas acelerómetros y giroscopios para rastrear su posición y orientación en relación con un punto de partida y una velocidad conocidos. A pesar de esto, los pasajeros de viajes anteriores al Titanic han alertado a la cadena británica de lo complicado que es encontrar el camino para llegar a las profundidades del océano.

El operativo de rescate también se enfrenta a las corrientes submarinas, aunque sí que es cierto que no son tan fuertes como las que se encuentran en la superficie. Las diferencias en la densidad del agua provocadas por la temperatura y la salinidad, las condiciones atmosféricas en la superficie o las mareas de agua profundas pueden afectar a estas corrientes y, en consecuencia, a la búsqueda del sumergible.

Las investigaciones realizadas en los últimos años en los alrededores del naufragio del Titanic han llegado a la conclusión de que hay varias corrientes en esta zona. Una de ellas es una de agua fría que fluye hacia el sur y que crea dunas migratorias, ondas y patrones en forma de cinta en el sedimento y lodo a lo largo del fondo del océano, de acuerdo con la BBC. Gerhard Seiffert, un arqueólogo marino, también consultado por la cadena británica, ha explicado que “las corrientes suponen un desafío para el mapeo de precisión, pero no un riesgo para la seguridad”.

A lo largo de los últimos años, diversas investigaciones han encontrado señales de que el lecho marino alrededor del naufragio ha sido golpeado por grandes deslizamientos de tierra, así como por enormes volúmenes de sedimentos que podrían haber caído en cascada por el talud continental desde Terranova. Las corrientes marinas y las condiciones climáticas se unen a los desafíos que existen para encontrar el sumergible en medio de las aguas del Atlántico Norte. "He visto grandes embarcaciones escondidas en geología extrema, por lo que la búsqueda de objetos más pequeños requiere un escrutinio más detallado", ha advertido el explorador Robert Kraft a The Associated Press.

Por el momento, solo hay varias embarcaciones sumergibles que pueden llegar a las profundidades del naufragio y, aun así, el desconocimiento de esta área podría dificultar aún más el rescate. Si el sumergible está en el fondo del océano, como afirman algunas de las teorías, la cantidad de incógnitas es enorme. "Sabemos más sobre la superficie lunar que sobre el fondo del océano, simplemente porque no lo hemos estudiado", ha dicho Jamie Pringle, geocientífico forense de la Universidad de Keele en Gran Bretaña a Reuters.

En la más completa oscuridad. Así es la vida en el océano profundo, donde se encuentran los restos del Titanic. La luz del sol es absorbida muy rápidamente por el agua y no puede penetrar mucho más allá de los 1.000 metros de la superficie. Más allá de este punto, la oscuridad se adueña de todos y cada unos de los rincones. Las ruinas del naufragio que sacudió el mundo en abril de 1912 se encuentran ahora a unos 3,8 kilómetros de profundidad y a casi 640 kilómetros al sureste de la costa de Terranova en Canadá.

Submarino Titan Titanic
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