El caso de éxito del rescate del submarino Pisces III minutos antes de acabarse el oxígeno

No dejamos de escuchar noticias pesimistas sobre el submarino Titan, que se perdió en las aguas del océano Atlántico cuando intentaba acercarse a los restos del Titanic, con unas perspectivas que parecen poco halagüeñas para sus cinco tripulantes. Sin embargo, aún queda espacio para la esperanza mientras quede algo de oxígeno a bordo del submarino, y puede resultar reconfortante recordar otros casos similares que acabaron con final feliz para sus protagonistas.

Hace ya 50 años del milagroso rescate del pequeño submarino Pisces III, y aunque ha pasado mucho tiempo desde entonces, sigue siendo el salvamento a mayor profundidad que se haya llevado a cabo en la historia. ¿Conseguirá un hipotético rescate del Titan superar esa marca? En el caso del Pisces III, hablamos de un submarino que estaba atrapado a una profundidad de casi medio kilómetro (480 metros), en el mar Céltico, a 240 km de la costa del suroeste de Irlanda, relativamente cerca de Cork.

TE PUEDE INTERESAR

El Titan ya estuvo perdido hace un año: las teorías que podrían explicar la desaparición del submarino

Jorge García González

El Pisces III estaba tripulado por dos personas, los británicos Roger Mallinson y Roger Chapman, que llevaban 84 horas y media en su interior: únicamente les restaban 12 minutos de oxígeno en el momento en que fueron rescatados, como fue confirmado por los análisis posteriores, así que fue todo un milagro que sus salvadores llegasen justo a tiempo para que lograsen sobrevivir. Unos pocos minutos más, y no habrían podido contarlo. Eso sí, también les salvó el hecho de ser previsores, ya que habían cambiado el depósito de oxígeno justo antes del descenso, lo cual les dio un mayor margen.

Salvados en el mar Céltico

Mallinson, que por entonces tenía 35 años, era un ingeniero y piloto, mientras que Chapman, de 28 años, había trabajado anteriormente con submarinos en la Marina Real británica, pero le cesaron de su puesto porque no cumplía el exigente requisito de tener una vista 100% perfecta. Con el Pisces III estaban llevando a cabo un trabajo relacionado con el tendido de cable telefónico transatlántico del fondo del mar. Cuando ya habían realizado su labor y se disponían a ascender a la superficie, la cuerda de remolque se enredó con la escotilla y la abrió, provocando la entrada de agua en el compartimento de popa y que el submarino empezase a hundirse en las profundidades.

Para empeorar las cosas, el submarino iba con una tonelada de peso de más, por lo que al encontrarse en esa situación empezaron a soltar lastre para reducir la velocidad de ese descenso forzoso. Tras impactar con el fondo del mar, pudieron ponerse en contacto por teléfono con la superficie para solicitar el rescate, que fue muy complicado y se prolongó durante días. Las marinas británica y estadounidense se involucraron para enviar ayuda y salvar a estas personas.

Intentaron usar otros pequeños submarinos similares para subir el Pisces III a la superficie, pero no lo conseguían, y finalmente fue un vehículo de recuperación submarina enviado por la Armada de los Estados Unidos, el CURV-III, el que logró sacar del agua el accidentado submarino. El CURV-III había sido diseñado para retirar bombas submarinas, pero demostró que también era muy eficaz para rescates de este tipo.

Una de las cosas que salvaron a los tripulantes del Pisces III fue que pudieron ponerse en contacto rápidamente con la superficie. Sin embargo, en el caso del Titan no se ha sabido nada de ellos, y eso es lo que más preocupa a Roger Mallinson, uno de los supervivientes del Pisces, que ha hablado ante los medios ante este nuevo caso para recordar su experiencia. "No puedo entender por qué no han transmitido ningún tipo de señal", ha contado Mallinson al medio británico Sky News. "Tengo la horrible sensación de que algo podría ir muy mal y de que no pueden transmitir una señal", añade preocupado. Pero no perdamos del todo la esperanza, y recordemos cómo él y su compañero consiguieron ser salvados en el último momento.