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El gran talón de Aquiles del sumergible Titan son sus comunicaciones: por qué han fallado
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EL PROBLEMA DE LA CONEXIÓN SUBMARINA

El gran talón de Aquiles del sumergible Titan son sus comunicaciones: por qué han fallado

Las comunicaciones del sumergible han sido uno de los puntos débiles del aparato. Ya habían fallado en los viajes previos y, además, hay impedimentos técnicos que hacen muy complicado que funcionen

Foto: El submarino Titan, en uno de sus viajes. (OceanGate)
El submarino Titan, en uno de sus viajes. (OceanGate)

Titan tenía que mandar una señal cada 15 minutos a Polar Prince, el barco que lo llevó hasta el punto donde se encuentra el Titanic, para tenerlo todo controlado. Pero dejó de hacerlo cuando no llevaba ni dos horas bajo el agua. Aunque casi todo lo que rodea al incidente sigue siendo un misterio —la hipótesis central apunta a un corte de energía—, una de las claves para entender lo ocurrido está en las comunicaciones del submarino. Más allá de sus posibles fallos, lo cierto es que el envío de señales a través del mar cuenta con grandes limitaciones; sobre todo, si estás a más de 3.000 metros de la superficie.

Hasta en el momento en el que se perdió su señal, Titan se comunicaba con Polar Prince a través de un sistema de señales acústicas llamado sonar, con un funcionamiento muy similar al de los radares. De este modo, permitía establecer el posicionamiento una vez el submarino se adentraba en las profundidades. Además, también contaba con un sistema para enviar mensajes de texto. Sin embargo, todo eso ha fallado y ha imposibilitado que el sumergible deje rastro o se pueda contactar de alguna forma con él.

Foto: Imagen del Titan, el sumergible desaparecido de OceanGate. (EFE)

Si se confirmara la teoría del corte de energía, la duda estaría en si cuentan con alguna otra fuente de energía de emergencia que les permita volver a conectarse. No obstante, lo cierto es que las comunicaciones ya habían dado fallos antes. David Pogue, reportero de la CBS, participó en un viaje en este mismo sumergible en 2018 y ha recordado ahora cómo se habían cortado las conexiones durante un par de horas. Ese mismo año, ya varios expertos advirtieron de los "peligros potenciales" de este vehículo si "alcanzaba profundidades extremas".

Sin embargo, y dejando al lado la responsabilidad de embarcarse en una aventura de este tipo y las peculiaridades del caso, hay algo que no se puede dejar de lado en todo lo ocurrido: el propio medio de transmisión. En el mar, las ondas electromagnéticas que circulan sobre la superficie terrestre —por ejemplo, para que puedas hablar por teléfono o ver la televisión— tienen poco que hacer, algo que solo posibilita algunas alternativas con importantes limitaciones.

placeholder Las oficinas de la Guardia Costera de EEUU desde las que se coordina la búsqueda del Titan. (EFE / EPA)
Las oficinas de la Guardia Costera de EEUU desde las que se coordina la búsqueda del Titan. (EFE / EPA)

"Cuando las ondas viajan por el agua, se atenúan muy rápido, porque cada capa tiene distinta temperatura y salinidad, por lo que la propagación es difícil de predecir y tiene poco alcance, se atenúa", explica Javier Pérez Villalonga, director del Canal de Experiencias Hidrodinámicas del Pardo y profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Naval (Etsin). Es la razón por la que una de las alternativas sea optar señales acústicas, que se propagan mediante ondas mecánicas, tal y como hacía el sumergible en cuestión.

"El Titan disponía de un enlace acústico con su buque de superficie, establecido a través de un transpondedor [un dispositivo para recibir una señal de sonar] en su extremo y un transceptor [un dispositivo que puede transmitir y recibir comunicaciones] en el buque de superficie", ha explicado Stefan B. Williams, profesor de la Universidad de Sídney, en un análisis publicado por The Conversation. "Este enlace permite el posicionamiento acústico submarino, así como el envío de mensajes cortos de texto de ida y vuelta al buque de superficie, pero la cantidad de datos que pueden compartirse es limitada y suele incluir información básica de telemetría y estado".

Foto: Se llama Victor 6000 y es el robot autónomo que puede salvar al submarino Titan: así opera el vehículo 'made in Francia'. (flotteoceanographique.fr/Michel Gouillou)

Así, los equipos de rescate han estado utilizando, hasta que la Guardia Costera les ha dado por muertos, unos dispositivos llamados sonoboyas para detectar cualquier sonido fuera de lo común, aunque no se consiguió detectar ningún movimiento de forma concluyente. No obstante, también tienen importantes limitaciones en cuanto alcance, ya que son señales de pocos hercios. Solo hay que recordar que, hace unos meses, investigadores de la Universidad de Washington publicaron una herramienta que posibilitaba la comunicación entre dispositivos móviles bajo el agua, siempre que la profundidad no estuviera por debajo de los 15 metros.

Pérez Villalonga apunta que otra de las formas más habituales para comunicar buque y submarino es el cable de fibra óptica, donde el problema es que "es una conexión de poca distancia, porque es un cordón umbilical muy fino". "Cuando pensamos en una distancia de 3.000 metros o más, no hay cable que sirva", apostilla. "Son profundidades enormes, por lo que tienen que ser vehículos autónomos que no dependan de la superficie", incide, antes de recordar que lo normal es que solo se descienda a ese nivel en "entornos experimentales y científicos, porque aunque se tomen todas las precauciones de seguridad, es una actividad de riesgo".

Este especialista apunta a otra posibilidad: contar con un vehículo intermedio que se conecte por cable al buque y, a su vez, reciba señales del vehículo. Además, recuerda lo que ocurre con los submarinos de guerra, que "evitan salir a superficie, así que si se acercan sacan una antena discreta por popa para comunicarse por frecuencias muy bajas, y aun así requiere acercarse". También está el caso de los sumergibles nucleares, que cuentan con antenas de varios metros para mantener la conexión y, aun así, solo pueden funcionar para mensajes de texto, debido a las bajas frecuencias. Ninguno de estos mecanismos estuvo en el Titan.

Titan tenía que mandar una señal cada 15 minutos a Polar Prince, el barco que lo llevó hasta el punto donde se encuentra el Titanic, para tenerlo todo controlado. Pero dejó de hacerlo cuando no llevaba ni dos horas bajo el agua. Aunque casi todo lo que rodea al incidente sigue siendo un misterio —la hipótesis central apunta a un corte de energía—, una de las claves para entender lo ocurrido está en las comunicaciones del submarino. Más allá de sus posibles fallos, lo cierto es que el envío de señales a través del mar cuenta con grandes limitaciones; sobre todo, si estás a más de 3.000 metros de la superficie.

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