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No solo eres tú: por qué España sufre una segunda ola de gripe A y B nunca vista
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DESCONTROL TRAS EL COVID

No solo eres tú: por qué España sufre una segunda ola de gripe A y B nunca vista

La epidemia de gripe marca récord de casos y duración, con un comportamiento inédito al sumar dos grandes olas esta temporada, cepas diferentes y otros virus en circulación

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(EFE)

Si no tienes fiebre, mocos y tos, eres una persona afortunada. Si te has librado en los últimos meses, mucho más, porque España sufre la epidemia de gripe más larga y extraña que se recuerda. Los expertos ya lo habían advertido: era muy probable que, tras la pandemia, con todas las medidas de protección y aislamiento que tomamos por el covid, el resto de virus contraatacaran pillándonos con las defensas muy poco entrenadas. Sin embargo, es posible que hasta se hayan quedado cortos y lejos de prever que esta temporada tendríamos dos picos de gripe muy marcados. Esa segunda ola, fruto de la convivencia de distintas cepas, aún está disparada.

Lo habitual es que los casos comiencen a dispararse a últimos de año y se alcance el pico a finales de enero, pero esta vez han llegado dos y a destiempo. En el Centro Nacional de la Gripe de Valladolid ya advirtieron un fenómeno similar hace un año, ya que se produjo un repunte a final del invierno, pero de forma muy leve. No obstante, "desde noviembre de 2021 no hemos dejado de detectar gripe y esa es la primera anomalía, llevamos sumando casos más de un año y medio sin parar, eso es totalmente anómalo", explica a Teknautas Iván Sanz Muñoz, responsable científico y de vigilancia virológica de este laboratorio reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para realizar este trabajo.

Foto: Un investigador toma muestras en un laboratorio. (EFE)

A pesar de todo, la temporada alta siempre llega con el frío, pero esta vez se adelantó a octubre, casi tres meses antes de lo normal, con una primera escalada en el mes de noviembre, una posterior fase de decrecimiento y ahora, de nuevo, una ola epidémica disparada. Según los informes de la Red de Vigilancia Epidemiológica del Instituto de Salud Carlos III, a mitad de febrero ya había más de 788 casos por cada 100.000 habitantes. Esa es la media nacional, pero en algunos lugares, como Melilla, se rozaban los 2.000.

Aunque hablamos de gripe en general, los virus no son los mismos que en el pasado otoño, cuando la gripe A causó estragos. En este segundo pico de la temporada, predomina la gripe B, aunque las cepas de gripe A (en concreto H3, que provocó la mayoría de los casos hace meses, y H1, que ha irrumpido posteriormente) no se han ido y acumulan cifras que ya son similares a las del primer pico.

En cualquier caso, las gripes de este año no son tan diferentes como podríamos pensar. Ante el comentario generalizado de gran parte de la población, que asegura haber sufrido esta enfermedad durante semanas, los expertos tienen bastante claro que eso tiene otra explicación: encadenamos virus distintos. "Hay muchísimos virus respiratorios, especialmente de los que provocan resfriados, y puedo encadenar uno de detrás de otro, de un rinovirus pasar a un enterovirus y a un adenovirus", comenta el experto. "Nosotros en una PCR podemos ver tres virus distintos en una misma muestra y no sabemos cuál es el que está causando los síntomas", señala.

placeholder Una mujer se vacuna de la gripe y el covid en Madrid. (EFE)
Una mujer se vacuna de la gripe y el covid en Madrid. (EFE)

La pandemia ha revolucionado el panorama para bien y para mal. "El covid desplazó a todos los virus respiratorios, en general. Por eso, ahora todo el mundo está enfermo, ya que los virus van recuperando su nicho ecológico", comenta el experto. La pérdida de inmunidad por el parón de la pandemia ha sido muy significativa. "Llevamos ya tres años de anomalía", recuerda, y a nivel poblacional la pérdida de protección es muy significativa. Los cientos de miles de personas que se infectan cada año hacen de cortafuegos frente a la expansión durante un tiempo, pero toda esa dinámica ha saltado por los aires.

Las cepas H1 (que se deriva del virus que provocó la pandemia de 2009) y uno de los linajes de la gripe B son los que más han podido beneficiarse de esa circunstancia, además de ser los que protagonizan esta inusual segunda ola. Por el contrario, uno de los linajes de gripe B "es posible que se haya extinguido, porque llevamos sin detectarlo cuatro años", asegura el experto. "Eso sería una buena noticia", apostilla, pero está por confirmar.

Antes del covid, lo habitual era que durante varios años la gripe A fuera la predominante, especialmente al inicio de la temporada, con algunos casos de gripe B hacia el final, ya cerca de la primavera. Al mismo tiempo, cada tres o cuatro años solía aparecer una epidemia en la que solo se detectaba el tipo B. Pues bien, "ahora estamos teniendo toda esa secuencia en un solo año", comenta Iván Sanz.

placeholder Mascarillas en el metro. (EFE)
Mascarillas en el metro. (EFE)

Aunque aún no se ve el final de esta inusual segunda ola, hay un dato que permite a los expertos ser optimistas con respecto a su repercusión. Los virus H1 y B afectan más a personas jóvenes, con menos patologías de riesgo. "No es que sean leves, porque hay hospitalizaciones y muertes", recuerda el responsable del Centro Nacional de la Gripe, pero las cifras de casos graves no son tan elevadas como con H3, que tiene un mayor impacto en la población mayor. En ese sentido, "los más vulnerables ya han ganado inmunidad a lo largo de este año y medio".

Dilemas con respecto a las vacunas

No obstante, hay circunstancias que han jugado en contra este año, especialmente por esta inédita segunda ola. En España, la campaña de vacunación contra la gripe se adelantó al 1 de octubre para hacerla coincidir con el segundo refuerzo de la inyección frente al covid. El problema de esta estrategia, que ya advirtieron algunos expertos, es que cuanto antes nos vacunamos, antes perdemos los anticuerpos. Además, los virus gripales evolucionan extraordinariamente rápido y esto hace que, a medida que pasan los meses, se parezca menos a los de la cepa que ha servido para hacer la vacuna.

"Las vacunas se han quedado un poco atrás con respecto a lo que necesitaríamos ahora mismo, pero por logística era lo que teníamos que hacer", reconoce Sanz. Además, teniendo en cuenta que la primera ola llegó mucho antes de lo habitual, de no haber actuado así, "los pacientes se hubieran enfrentado a H3 sin protección", algo que habría causado más problemas porque afecta, precisamente, a la población más mayor o con patologías.

placeholder Una persona siendo vacunada. (EFE)
Una persona siendo vacunada. (EFE)

Este panorama nos sitúa ante una posibilidad increíble para un mes de marzo: "Podemos decirle a la gente que está sin vacunar que este año todavía no es tarde". El sistema de vigilancia epidemiológica, en el que participa a nivel global el Centro Nacional de la Gripe, permite diseñar las vacunas antigripales cada año, ya que este tipo de virus muta hasta 10 veces más rápido que el covid. En concreto, se controlan cuatro cepas: las dos de gripe A (H3 y H1) y las dos de gripe B. "El problema es que las variantes de la gripe, que se denominan clados, también son muchísimas más que las del covid y cuesta elegir qué cepas son las idóneas para la vacuna dentro de un mismo subtipo", indica el experto.

De hecho, lo habitual es que en distintos países circulen clados distintos. "Intentamos introducir el más representativo, pero a veces nos equivocamos, porque luego el virus hace lo que quiere", explica el virólogo. En ese sentido, la pandemia de covid ha simplificado el trabajo porque, a pesar de que el virus ha vuelto con fuerza, encontrando un vacío inmunológico, en realidad se mantienen menos clados, ya que algunos se han extinguido. "Nos lo ha puesto un pelín más fácil, pero lo que cabe esperar es que en los próximos años volvamos a tener una gran variedad de subtipos", reconoce.

Los cambios que vendrán

Del mismo modo, los expertos auguran que la situación tenderá a estabilizarse; es decir, que esta detección ininterrumpida desde noviembre de 2021 se cortará en algún momento, recuperando la estacionalidad habitual y volviendo a tener un solo pico epidémico al año. En este año y medio de detección ininterrumpida se han sumado muchos más casos que en un periodo normal, cuando se concentraban en tres o cuatro meses. Sin embargo, olas como la actual no han superado a los máximos de otros años.

placeholder Detectan gripe aviar en lobos marinos. (EFE)
Detectan gripe aviar en lobos marinos. (EFE)

Aparte de la ruptura que ha supuesto la pandemia, los expertos consideran que en las cifras oficiales puede influir la mayor concienciación de la población y de los propios profesionales sanitarios con respecto al virus. Ahora, con los test que permiten detectar no solo covid, sino también gripe, pueden hacer aflorar casos que antes se mantenían ocultos. No obstante, no se contabilizan si el usuario no acude al médico, razón por la que se cree que la influencia de ese fenómeno en los números es relativa.

Más importante parece el cambio de chip de los especialistas. "Nosotros llevamos más de 10 años realizando PCR frente a 19 virus respiratorios distintos y desde 2016 se ha incrementado el número de detecciones en pacientes hospitalizados. Los médicos empezaron a tomar más conciencia de que los virus respiratorios importaban, antes se centraban mucho más en las bacterias", asegura el experto del Centro Nacional de la Gripe.

Foto: Imagen de un test combinado de gripe y covid-19. (Stratton)

Probablemente, el invierno 2023-2024 volverá a los cauces habituales o muy parecidos. El virus respiratorio sincitial, que afecta especialmente a los niños, también ha dado mucho que hablar porque parecía completamente descontrolado, pero este año ya ha dado signos de una vuelta a sus cauces normales (entre octubre y diciembre). Lo que no está claro, en esta recuperación de la normalidad prepandémica, es dónde se situará el covid.

En el Centro Nacional de la Gripe también están alerta por la gripe aviar, aunque de momento no hay circulación entre humanos. "Hay que estar tranquilos pero vigilantes. Hemos hecho test y aún no ha aparecido", comenta Iván Sanz. Los saltos que se están produciendo de aves a mamíferos, como visones o focas, parecen acercarlo a nosotros, pero de momento, es un virus sin la llave de nuestras células. "No me preocupa un salto directo de un ave a un humano, suelen ser casos autolimitados, lo que sí sería preocupante es que saltara a una especie intermedia como el cerdo, lo que ocurrió en la pandemia de 2009", explica. Si el virus de las aves adquiere genes de otros que sí son capaces de infectar al ser humano, podríamos estar ante un nuevo problema global.

Si no tienes fiebre, mocos y tos, eres una persona afortunada. Si te has librado en los últimos meses, mucho más, porque España sufre la epidemia de gripe más larga y extraña que se recuerda. Los expertos ya lo habían advertido: era muy probable que, tras la pandemia, con todas las medidas de protección y aislamiento que tomamos por el covid, el resto de virus contraatacaran pillándonos con las defensas muy poco entrenadas. Sin embargo, es posible que hasta se hayan quedado cortos y lejos de prever que esta temporada tendríamos dos picos de gripe muy marcados. Esa segunda ola, fruto de la convivencia de distintas cepas, aún está disparada.

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