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El ingeniero español de la NASA a los mandos de la nave Orion: "Aparquemos el provincianismo"
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"Son fallos técnicos normales"

El ingeniero español de la NASA a los mandos de la nave Orion: "Aparquemos el provincianismo"

Eduardo García Llama es ingeniero aeroespacial en la NASA, en Houston, y jefe del control y guiado de la nave Orion. Asegura que los problemas técnicos del cohete SLS y las dos cancelaciones no son ni preocupantes ni inesperados

Foto: Eduardo García Llama, jefe de guiado y control de la nave Orion en la misión Artemis I de la NASA. (Cedida)
Eduardo García Llama, jefe de guiado y control de la nave Orion en la misión Artemis I de la NASA. (Cedida)

"Fíjate, mi otra vocación era ser policía, y aquí estoy". Eduardo García Llama recuerda entre risas las casualidades de la vida que le han llevado a estar donde está, en Houston (EEUU), delante de uno de los famosos monitores de la NASA en una bulliciosa sala de control de lanzamientos. Si alguien en la Agencia Espacial Europea (ESA) no le hubiera concedido una beca hace casi tres décadas, él no sería hoy el responsable de que la nave Orion vuelva sana y salva a la Tierra. En esta primera misión, que la NASA ha tenido que suspender ya dos veces y que no volverá a intentar hasta al menos mediados de octubre, la Orion irá sin astronautas, pero en 2025 deberá llevar a cuatro personas que tendrán que regresar para contarlo. Uno de los escogidos para lograrlo es este madrileño de 50 años al que "le encanta filosofar".

García Llama, ingeniero aeroespacial con 18 años de experiencia en la NASA y autor del libro " La apasionante historia de cómo el hombre pisó la Luna por primera vez", es el jefe de guiado y control de la nave Orion, la pieza central de la misión Artemis junto con el cohete SLS. Su equipo de 40 personas y él son los ojos y los oídos de la cápsula: cuando despliegue los paneles solares a los 18 minutos de lanzamiento, la Orion comenzará a enviar millones de datos que Llama y sus colegas analizarán en tiempo real para 'conducir' el aparato hasta la Luna y de vuelta. Sin embargo, aún queda tiempo para eso. Las dos cancelaciones del lanzamiento y el retraso hasta octubre de la misión han generado mucha inquietud, unas dudas que Llama se apresura a disipar. "Estos fallos entran dentro de lo concebible".

Foto: (Reuters)

PREGUNTA. ¿Qué pensó el pasado lunes o ayer cuando vio los problemas técnicos, la fuga de combustible en el cohete y las cancelaciones de los lanzamientos?

RESPUESTA. La verdad es que no sentí nada. Somos conscientes de las dificultades técnicas, estamos haciendo volar un cohete por primera vez, un cohete lunar, supermasivo. En toda la historia, ningún cohete nuevo ha funcionado a la primera. El lunes y ayer yo estaba en el centro espacial para supervisar el vuelo de la Orion y pensaba, podemos lanzar o no, y no pasa nada.

P. ¿Son normales estas fugas de combustible en un lanzamiento de este tipo?

R. Sí, no nos pilló por sorpresa. La ingeniería que hay detrás de un cohete así, solo para acondicionarlo térmicamente, por ejemplo, es brutal. Son cambios desde temperaturas criogénicas a miles de grados en un segundo y es normal que ocurran cosas. Por eso creo también que hay que dar crédito a la NASA, esto pasa en directo con medio mundo viendo y la agencia no oculta nada, lo hace a ojos de todo el mundo.

placeholder Eduardo García Llama en la sala de control de la NASA en Houston. (Cedida)
Eduardo García Llama en la sala de control de la NASA en Houston. (Cedida)

P. En una misión como esta, en la que todo está planificado al milímetro, ¿cómo se reacciona ante un problema imprevisto como el de las fugas de combustible?

R. Nosotros estamos certificados en el Centro de Control para dar apoyo a estas misiones. Eso quiere decir que hemos tenido que pasar por una serie de entrenamientos y simulaciones en las que un equipo se dedica a planificar problemas. Crean un caso e inyectan fallos realistas pero inesperados y tú tienes que hacerles frente. Te hacen interactuar con otros equipos, son fallos que afectan a varios sistemas. Obviamente, no puedes entrenar todas las opciones posibles, pero es un entrenamiento para resolver problemas.

P. Cuando se consiga lanzar la Artemis I en octubre o más adelante, ¿podemos hablar de misión histórica o eso vendrá en 2025 cuando los astronautas aterricen en la Luna?

R. Yo creo que ya es histórica. Es el primer lanzamiento de un programa con el que el ser humano va a volver a la Luna después de 50 años, después de la última misión del Apolo 17 en 1972. Además, no es solo un viaje de ida y vuelta. El objetivo es quedarse en la Luna, establecer allí una presencia humana permanente.

P. Los primeros minutos del lanzamiento son los más críticos con diferencia, ¿no?

R. Desde luego. El primer momento delicado se produce a los dos minutos de vuelo, cuando los dos propulsores laterales, los ‘boosters’, se separan del resto del cohete. Son herencia del programa del Transbordador Espacial, aunque estos son más grandes, tienen 5 segmentos, los anteriores tenían 4. Estos propulsores son de combustible sólido y no se pueden apagar ni controlar. Una vez los enciendes tiran adelante con lo que haya, por eso una vez que se separan es un alivio.

Cuando la Orion ya está en órbita, hay un momento a los 18 minutos en el que se queda solo una etapa propulsiva con la nave y se despliegan 4 paneles solares. Mi equipo es el encargado del control de esos paneles, así que en ese momento gran parte de los ojos de la misión estarán centrados en nosotros. Justo después se produce un encendido translunar, que impulsa a la Orion hacia la Luna, y se hace el primer encendido de los motores auxiliares, que es cuando se activa el sistema de control de Orion, del que mi equipo y yo también somos responsables.

placeholder (Reuters)
(Reuters)

P. Pasados esos minutos iniciales, ¿qué puede ocurrir? ¿Cuáles son las fases más críticas?

R. Hay cuatro grandes maniobras propulsivas del motor principal que son críticas. Las dos primeras se ejecutan para insertarnos en la órbita en la que queremos estar alrededor de la Luna. Una de ellas se hace muy cerca del satélite, a solo unos 100 kilómetros de su superficie aprovechando la gravedad de la Luna. La otra es un encendido de inserción en la órbita final a unos 70.000 km de distancia. Luego habrá otras dos maniobras similares, pero para volver a la Tierra. Una para salir de la órbita lunar y otra para dirigirnos a la Tierra. Estos cuatro encendidos son muy importantes, pero el último es el más crítico. Entre medias, se hacen maniobras de corrección de trayectoria, que son encendidos de motor más pequeños. Y luego está la reentrada en la atmósfera para aterrizar en el punto del Pacífico donde queremos, que tampoco es fácil.

P. Es decir, que su trabajo empieza a los 18 minutos y no termina hasta que la Orion ameriza en el Pacífico 38 días después.

R. Sí, nosotros monitorizamos la telemetría abordo de la nave. Tengo asignadas una serie de personas en el centro de control, pero también en otras ubicaciones en Houston, Denver, Cambridge y Cleveland. Es un operativo grande. Quien está en el centro de control, en la sala de evaluación de la misión, está monitorizando todos los datos y varios sistemas a la vez. A los 18 minutos, nuestros expertos en control de los paneles solares, que son orientables y tienen que estar en posiciones seguras, son los que se encargan de que todo marcha. A las dos horas entran otros expertos que monitorizan otros sistemas de control y así los 38 días de la misión. Siempre hay alguien delante de una pantalla hasta que americe la Orion.

"Creo que una empresa privada no podría ir a Marte, no tiene el músculo económico ni industrial para hacerlo"

P. ¿Qué cosas en concreto vamos a aprender en este primer vuelo de prueba sobre la Orion, el SLS o la misión en sí?

R. Se va a aprender en todos los frentes. La clave es conocer bien la nave y asegurarnos de que se ha diseñado correctamente. No creo que vayamos a descubrir algo que sea una enorme sorpresa, será más bien el conjunto de la misión. Es decir, confirmar que podemos realizar estas maniobras, que el sistema de navegación funciona, que el escudo protector de reentrada funciona, que el sistema de generación eléctrica es el adecuado, podremos ver también cómo se ha ido degenerando algún sistema, etc.

P. Los motivos por los que se llegó a la Luna en los 60 y 70, dada la situación geopolítica en ese momento, eran muy diferentes a los de ahora. ¿Por qué necesitamos volver en 2025?

R. Bueno, esto es lo mismo que preguntarse por qué se volvió a la Antártida. ¿Necesitamos volver? ¿Necesitamos ir al Everest? ¿Por qué volvemos? Creo que la palabra no es "necesitamos". No necesitamos ir al fútbol, a la ópera, a la Antártida o al Everest. Pero al final se va. El ser humano va a estos sitios porque somos seres exploradores, viene de nuestra genética. Todos los seres vivos somos exploradores de una manera u otra, solo seguimos ese instinto.

placeholder Momentos después de la cancelación ayer sábado, 3 de septiembre, del lanzamiento de la misión Artemis I. (Reuters)
Momentos después de la cancelación ayer sábado, 3 de septiembre, del lanzamiento de la misión Artemis I. (Reuters)

P. ¿Sin ir antes a la Luna, sin la Artemis III, no podemos ir a Marte?

R. Siempre ha habido dos grandes campos de opinión sobre lo que había que hacer para ir a Marte. Uno decía que había que ir directos, sin pasar por la Luna para probar allí antes toda la tecnología. Y hay otro campo que dice que primero hay que ir a la Luna para probar cosas y desarrollar tecnología que permita a las tripulaciones futuras sobrevivir viajes más complejos. Se podría ir a Marte sin pasar por la Luna, pero a mi juicio y el de muchos otros se tardaría muchísimo más tiempo.

Estamos acostumbrados a ver misiones espaciales de la Estación Espacia y ahora a la Luna, pero ir a Marte en una misión tripulada es otra dimensión, se necesita desarrollar muchos nuevos sistemas. La tripulación que vaya allí tendrá que estar muchos meses en la superficie del planeta antes de regresar a la Tierra. Esa gente tiene que poder subsistir allí. Se tiene que generar energía eléctrica, oxígeno, cultivar algo… Si lo tenemos que enviar todo desde aquí se requerirían muchos lanzamientos. Por eso es mejor desarrollar todas esas tecnologías, probarlas en la Luna, y luego aplicarlas a Marte.

P. El cohete SLS tendría que haber estado listo en 2016 pero ha sufrido seis años de retraso. La misión Artemis I debería haber costado 18.000 millones de dólares pero la NASA ya se ha gastado más de 21.000 millones. Mientras, SpaceX ha desarrollado su propio SLS, el Starship, a un coste mucho menor y reutilizable. ¿Tienen sentido estas comparaciones?

R. En una misión lunar hay cosas que no merece la pena que sean reutilizables. Los propulsores del SLS se recuperan, pero la etapa central no. Cada vez que otras empresas hacen un lanzamiento y recuperan el lanzador, esa misión de recuperación no es gratis, significa que has empleado parte de tu combustible, de tu carga útil, en recuperarlo. Pero en una misión a la Luna no quieres hacer eso, lo que tienes que enviar es muy masivo, quieres aprovechar toda la potencia del lanzador para maximizar tu carga útil. Si en Artemis I quisiéramos recuperar la etapa central, no podríamos mandar a Orion. Estas comparaciones son legítimas pero hay que ponerlas en contexto de lo que se busca y se necesita en cada misión.

placeholder Eduardo García Llama. (Cedida)
Eduardo García Llama. (Cedida)

P. ¿Quién cree que enviará primero una misión tripulada a Marte, la NASA o SpaceX?

R. Creo que cada organización tiene que centrarse en sus objetivos. Es muy difícil ir a la Luna pero ir a Marte es infinitamente más complejo. Creo que una empresa privada no podría ir a Marte, no tiene el músculo económico ni industrial para hacerlo. De hecho no sé si una nación podría hacerlo. Por eso la NASA siempre busca socios, el módulo de servicio de la Orion es europeo. A lo mejor se sigue esta cooperación y son EEUU y Europa los que vayan a Marte de la mano.

P. Hablando de cooperación, Rusia dejará la Estación Espacial Internacional en 2024. Durante los últimos meses hemos visto toda clase de tensiones e incluso a amenazas de Rusia de dejar caer la ISS. ¿Adiós a la exploración espacial internacional?

R. Yo creo que no. A lo mejor es un realineamiento de países que operan, pero es una cuestión de la geopolítica del momento. Durante la época del Apolo el mundo era bipolar, ahí no había cooperación. La hubo con la Estación MIR o la Estación Espacial Internacional, pero China, por ejemplo, sigue sus propios pasos, no coopera con nadie, quizás lo haga con Rusia. Hay espacio para mucha cooperación internacional. De hecho la NASA tiene muchos socios internacionales dentro del programa Artemis, el más destacado es la ESA. Creo que estas cuestiones son más bien circunstanciales, anecdóticas. Estamos todos muy apegados al suelo, pero a la hora de analizar estos programas espaciales, son misiones de la especie humana. Todo lo que pasa por debajo de quién se alía con quién son anécdotas.

"Estamos justo en medio de esa transición de acabar el proceso de exploración y conquista de la Tierra a pasar a la exploración y conquista del espacio. Esa es la gran lectura de Artemis"

P. ¿Nos falta pensar en objetivos comunes como especie humana?

R. Sí, es como cuando Neil Armstrong y Buzz Aldrin pisaron la Luna: dos seres vivos por primera vez en un mundo distinto al suyo viviendo ahí dos horas. Eso es un punto evolutivo de la especie. O cuando Elcano dio la vuelta al mundo, la motivación era comercial, no tenían plan de dar la vuelta al mundo, pero eso abre un campo inexistente con anterioridad. Marca un cambio en el rumbo de la historia. Creo que tenemos que pensar en estos términos. Salimos de África como especie humana hace 70.000 años y el proceso de conquista del mundo ha durado hasta el siglo pasado. Es muy fuerte (risas). Las islas del Pacífico las conquistaron los Polinesios hace solo 800 años. Se ha conseguido solo presencia permanente en la Antártida en el siglo pasado.

El espacio es el siguiente destino del ser humano y somos muy afortunados de vivir este momento. Estamos viviendo la vuelta a la Luna, pertenecemos a un siglo en el que se culminó el proceso de la conquista de la Tierra por parte de los 'Homo Sapiens', y estamos en el principio del siguiente paso. Por eso creo que debemos de aparcar ese provincianismo local, estas cosas hay que verlas desde un punto de vista muy amplio. Un historiador, Alfred Leslie Rose, dijo que lo único en común que tienen todos los episodios de la historia es que los seres humanos que los viven nunca son conscientes de lo que pasa. Ahora estamos justo en medio de esa transición de acabar el proceso de exploración y conquista de la Tierra a pasar a la exploración y conquista del espacio. Esa es la gran lectura de Artemis.

"Fíjate, mi otra vocación era ser policía, y aquí estoy". Eduardo García Llama recuerda entre risas las casualidades de la vida que le han llevado a estar donde está, en Houston (EEUU), delante de uno de los famosos monitores de la NASA en una bulliciosa sala de control de lanzamientos. Si alguien en la Agencia Espacial Europea (ESA) no le hubiera concedido una beca hace casi tres décadas, él no sería hoy el responsable de que la nave Orion vuelva sana y salva a la Tierra. En esta primera misión, que la NASA ha tenido que suspender ya dos veces y que no volverá a intentar hasta al menos mediados de octubre, la Orion irá sin astronautas, pero en 2025 deberá llevar a cuatro personas que tendrán que regresar para contarlo. Uno de los escogidos para lograrlo es este madrileño de 50 años al que "le encanta filosofar".

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