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El plan de la NASA para destruir la Estación Espacial Internacional
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Sin causar daños ni muertos

El plan de la NASA para destruir la Estación Espacial Internacional

La NASA ya tiene un plan para la destrucción de la Estación Espacial Internacional que no cause daños en la Tierra. Ahora está buscando una compañía que le construya una 'nave de derribo'

Foto: Fotograma de la destrucción de una futura estación espacial internacional en la película Geostorm, mucho más dramática y descontrolada de lo que planea la NASA. (Framestore)
Fotograma de la destrucción de una futura estación espacial internacional en la película Geostorm, mucho más dramática y descontrolada de lo que planea la NASA. (Framestore)

La NASA ya tiene un plan para destruir la Estación Espacial Internacional y ahora necesita una nave que lo ejecute; una especie de máquina demoledora cósmica que la derribe en el momento justo para que se desintegre sin causar ningún daño en la superficie terrestre. En principio, la nave deberá estar en órbita 12 meses antes del 2031, el año en el que presumiblemente diremos adiós a una de las estructuras más importantes jamás construidas por la humanidad.

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La agencia espacial acaba de publicar lo que en inglés se llama RFI, las siglas del documento de ‘solicitud de información’ que utilizan para pedir ideas y proyectos para ejecutar una tarea específica. Titulado “Capacidad para desorbitar la Estación Espacial Internacional”, el documento hace un listado de los requerimientos que una nave espacial debe cumplir para ejecutar la operación. Ahora, los sospechosos habituales — Lockheed Martin, SpaceX, Boeing, Blue Origin y compañía — tendrán que enviar propuestas y responder en detalle a docenas de preguntas sobre cómo sería su diseño para una misión de estas características. Una vez presentadas — la fecha límite es el nueve de septiembre — comenzará un proceso de selección que probablemente dará lugar a un proyecto de ingenieria más detallado antes de elegir el diseño final.

Cuál es el plan

El objetivo es que esta nave se conecte al puerto frontal del Nodo 2 de la ISS un año antes de que vaya a ejecutarse la operación de desorbitado final.

Durante ese año, la estación realizará un lento descenso controlado hasta una altitud de 220 kilómetros. Lo hará utilizando dos elementos. El primero, los propulsores químicos situados en el segmento ruso que se usan ahora para mantener la ISS en órbita o cambiar su posición orbital cuando hace falta (como cuando las pruebas con armas espaciales de los propios rusos la ponen en peligro).

placeholder La ISS se acerca a su horizonte vital. (NASA)
La ISS se acerca a su horizonte vital. (NASA)

El segundo será la fricción de la atmósfera terrestre. Aunque la estación está técnicamente en el espacio, todavía existen moléculas de los gases que forman la atmósfera. Al chocar con estas moléculas, la ISS se ralentiza y, cada cierto tiempo, tienen que volver a subir de altitud usando sus propulsores. Si la dejas orbitar sin intervenir, sin embargo, seguirá cayendo a la Tierra. Pero para controlar el punto final de descenso y el ángulo de entrada que garantiza su destrucción en el aire, necesitas esta nueva nave.

Al llegar a los 220 kilómetros, la nave de derribo entrará en acción, activando sus cohetes para poner la ISS en una órbita elíptica con diámetros de 145 por 200 kilómetros. Esa órbita permite que la estación no tenga que utilizar sus retrocohetes para mantener su actitud (es decir, manteniendo la línea de horizonte en el punto correcto sin tener que maniobrar constantemente).

Llegados a este punto, la nave realizará su última maniobra, activando sus propulsores para disminuir el perigeo 50 kilómetros. En ese punto, la atmósfera hará el resto, desintegrando la ISS y la nave de derribo sobre el Océano Pacífico. Al contrario que las irresponsables caídas descontroladas de las etapas de cohetes chinos, la ISS no pondrá en peligro potencial a nadie pero el espectáculo de luces sobre el mar será histórico.

Remolcadores espaciales

En un principio, la NASA y el resto de agencias espaciales creían que podrían utilizar tres naves de carga rusas Progress o la nave Cygnus que recientemente utilizaron para modificar la órbita de la estación. Sin embargo, el documento afirma que quizás estas no sean la solución adecuada: “Durante años, la NASA y sus socios han estudiado los requisitos de órbita y han desarrollado una estrategia y un plan de acción para evaluar el uso de múltiples naves espaciales Roscosmos Progress en operaciones de órbita". Sin embargo, “estos estudios indicaron que las naves espaciales adicionales pueden proporcionar capacidades más robustas para la órbita, y la NASA ha decidido evaluar la capacidad de la industria estadounidense para ayudar con la órbita segura de [la ISS]".

placeholder La NASA consideró utilizar un carguero Cygnus para desorbitar la ISS, pero al final parece que buscarán una solución específica. (NASA)
La NASA consideró utilizar un carguero Cygnus para desorbitar la ISS, pero al final parece que buscarán una solución específica. (NASA)

El documento de la NASA pregunta también cómo se podrá usar la nueva nave para futuras operaciones orbitales. Según un anuncio de Kathy Lueders, la administradora asociada para operaciones espaciales de la NASA, esta capacidad será importante para el futuro de las misiones espaciales: "Como parte de nuestra planificación de transición para 2030, estamos buscando suficiente redundancia para la seguridad de la tripulación y de las personas y estructuras en la Tierra. Esta también podría ser una importante capacidad de EE. UU. para futuros destinos comerciales".

Es decir, que parece que el objetivo de la NASA podría ser crear una nueva arquitectura de nave que sirva para mover cosas en órbita con seguridad. Una especie de flota de remolcadores espaciales.

La NASA ya tiene un plan para destruir la Estación Espacial Internacional y ahora necesita una nave que lo ejecute; una especie de máquina demoledora cósmica que la derribe en el momento justo para que se desintegre sin causar ningún daño en la superficie terrestre. En principio, la nave deberá estar en órbita 12 meses antes del 2031, el año en el que presumiblemente diremos adiós a una de las estructuras más importantes jamás construidas por la humanidad.

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