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Hoy en La Palma, ¿mañana dónde? Cuándo puede explotar otro Cumbre Vieja en España
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DIFERENTE DE LA PENÍNSULA

Hoy en La Palma, ¿mañana dónde? Cuándo puede explotar otro Cumbre Vieja en España

Los científicos no creen que exista una conexión entre los sucesos de estos días y la erupción submarina de 2011, pero Canarias es un archipiélago con vulcanismo activo

Foto: Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

La entrada en erupción de La Palma ya ha entrado en la historia del vulcanismo canario, pero no hace falta tener muchos años para recordar el episodio anterior, en la vecina isla de El Hierro, cuyos habitantes se llevaron un buen susto en octubre de 2011 con una erupción volcánica submarina cerca de La Restinga, la población más cercana a la salida del magma, que tuvo que ser evacuada varias veces. La actividad del nuevo volcán, que posteriormente fue bautizado como Tagoro, se prolongó hasta comienzos de 2012 y, aunque no llegó a sobresalir de las aguas, superó los 300 metros sobre el nivel de la superficie submarina.

El hecho de que en menos de una década otra isla canaria registre un fenómeno volcánico, en este caso mucho más impactante aún, genera inquietud y deja en el aire muchas preguntas. ¿Existe alguna conexión? ¿Está el archipiélago canario entrando en un periodo de mayor actividad? ¿Dónde y cuándo podríamos ver otro Cumbre Vieja en España? Los geólogos explican que ningún dato hace pensar en otras erupciones inminentes. No obstante, recuerdan que Canarias es la única región española con vulcanismo activo, así que los sistemas de vigilancia están ahora mismo en alerta.

Foto: Desalojados en el pueblo de Todoque, en el municipio palmero de Los Llanos de Aridane. (EFE)

Las islas son un 'punto caliente' del manto terrestre, aunque sus características están algo alejadas del prototipo de archipiélago volcánico, que sería Hawái. “A medida que nos alejamos del centro del océano, el vulcanismo es más antiguo. En este caso, esa norma se cumple, al menos relativamente, porque las [islas] más antiguas son Lanzarote y Fuerteventura; y las más modernas, El Hierro y La Palma”, comenta Daniel Hernández Barreña, geólogo de la Universidad de Salamanca, en declaraciones a Teknautas. Por eso, “las que tienen más riesgo de sufrir actividad volcánica” son estas dos, las más occidentales, tal y como hemos estamos viendo en la última década.

Aun así, desde que hay un registro histórico con la llegada de los españoles en el siglo XV, “sabemos que ha habido actividad volcánica en casi todas las islas”. De hecho, las dataciones confirman que en los últimos 12.000 años la única que no ha tenido erupciones volcánicas es La Gomera. En cualquier caso, cuando se habla de riesgo volcánico se suele incluir el conjunto del archipiélago y, de hecho, “es complicado afinar más porque aún hay mucho por conocer sobre el origen del vulcanismo en las islas”.

José Luis Barrera, experto en vulcanología y catedrático de Geología en la Universidad Complutense de Madrid, señala tres puntos especialmente calientes de cara a las próximas décadas. "En el Teide, la zona de Vilaflor, en la ladera suroeste, presenta casi siempre anomalías sísmicas que indican que podría producirse una erupción posterior. En El Hierro hay actividad desde 2011 y, aunque no es un vulcanismo histórico, sí es relativamente reciente y apunta a una continuación. Y, desde luego, en Cumbre Vieja vamos a ver episodios recurrentes, el próximo en 40 o 50 años, de eso no hay duda", explica. Sin embargo, este experto desliga la erupción submarina de El Hierro en 2011 de la actual de Cumbre Vieja. "No son fenómenos relacionados, son totalmente independientes y no implican ninguna tendencia mayor", afirma.

Hernández coincide con esta apreciación, aunque con algunos matices. “Canarias tiene singularidades que no vemos en otros archipiélagos y que no terminamos de entender; por eso, aún no sabemos si todas las islas están conectadas en profundidad”, señala. Si fuera así, “podríamos estar asistiendo a un periodo de reactivación magmática que ya habría afectado a las dos islas más modernas, porque son las que más posibilidades tienen, pero no hay datos que nos permitan afirmarlo”, comenta. De hecho, “yo apostaría a que no hay relación directa”.

Las islas comparten “algún tipo de actividad, aunque sea en profundidad”, comenta el experto. Por eso, en Lanzarote es posible cocinar sobre la propia roca en la zona del Timanfaya, lo que se ha convertido en una atracción turística. “Puede que esa actividad no sea volcánica, es decir, no tiene por qué implicar una salida del magma a la superficie”, pero sí se manifiesta de otras formas, como esas anomalías térmicas o la relativa frecuencia con que se registran terremotos.

Parámetros que se controlan

Sin embargo, saber dónde se producirá la próxima erupción no es sencillo. "Nadie lo sabe. Lo único que se puede hacer es monitorizar de forma continua todos los puntos conflictivos y esperar. Pueden pasar semanas hasta la erupción desde que aparecen los primeros sismos o poco más de 48 horas, es imposible saberlo a ciencia cierta, pero, a medida que se van produciendo esos movimientos, sí se puede afinar sobre la marcha", señala el catedrático de la Universidad Complutense.

placeholder Erupción. (Reuters)
Erupción. (Reuters)

El rastreo continuo de la actividad eruptiva requiere emplear la Red Sismológica Nacional, para detectar zonas de concentración de pequeños sismos, como ocurrió a comienzos de septiembre en Cumbre Vieja. Requiere también medir las deformaciones del terreno mediante satélites, que se producen cuando el magma comienza a empujar hacia la superficie, y, además, detectar y medir los escapes de gas. "Los gases se pueden monitorizar con instrumentos ópticos. Estas son las tres magnitudes clave que avisan de lo que viene", explica Barrera.

De hecho, todas las islas cuentan con sismógrafos, sistemas de medición de gases y sistemas de modelización de la superficie. En particular, los gases magmáticos tienen ciertas características: “Si tenemos un pico de CO2, hay que pensar que algo está pasando. A veces, se puede confundir con actividad hidrotermal en profundidad, pero entonces hay que mirar los datos de otros gases, como el helio-3, que se ha medido mucho en La Palma; así como el registro de seísmos y la deformación del terreno”, apunta Hernández.

En algunas de las islas, se puede dibujar una línea que los geólogos denominan 'rift' e indica dónde se registra la actividad. En El Hierro, se ve con mucha claridad por la forma de la isla, que parece tener tres brazos. En ese caso, las líneas se corresponden con ellos. En 2011, el fenómeno volcánico se registró en el mar, fuera de la isla, pero siguiendo uno de esos ejes estructurales. En el caso de La Palma, el 'rift' se dibuja de norte a sur, pero solo en su parte más meridional. Otras islas también tienen estos ejes que se amoldan a su morfología. En el caso de Tenerife, serían tres brazos que salen del Teide. En Gran Canaria, solo uno que la atraviesa del noroeste al sureste. En Lanzarote, casi al contrario: del suroeste al noreste. Si alguna vez aparece un evento volcánico, lo más probable es que surja donde marcan esas líneas. Ni en La Gomera ni en Fuerteventura las hay.

¿Qué pasa en la Península?

Aunque la única región española oficialmente expuesta a riesgo volcánico es Canarias, hay un centenar de volcanes registrados en el territorio nacional y “algunos investigadores están pidiendo que se tengan en cuenta otros puntos de la península Ibérica”, comenta Hernández. No se trata de un vulcanismo histórico, es decir, no está documentado, porque el ser humano aún no estaba presente o no dejó constancia de haberlo vivido, pero sí es relativamente reciente en términos geológicos, en el rango de algunos miles de años. De hecho, “en algunas zonas se ha empezado a datar y se ha visto que es más reciente de lo que se creía”.

placeholder Volcán en la zona de La Garrotxa. (EFE)
Volcán en la zona de La Garrotxa. (EFE)

En Girona, el Parque Natural de la Zona Volcánica de La Garrotxa cuenta con 40 conos volcánicos. Una investigación publicada en 2012 data la última erupción hace algo más de 13.000 años, lo que la convierte en la más joven de la Península. En concreto, habría ocurrido en el volcán Croscat, muy cerca de Olot. Los vulcanólogos calculan que “estos centros eruptivos tienen una periodicidad de 25.000 años, así que se considera que hay margen” hasta que pueda ocurrir algún tipo de actividad. No obstante, algunos expertos creen que se debería prestar más atención a este tipo de zonas. “El problema es que ahí entran otros factores económicos, por ejemplo, los seguros”, apunta el geólogo.

En Ciudad Real está la zona volcánica del Campo de Calatrava; en Almería, en el Cabo de Gata; en Castellón, las islas Columbretes, y en Valencia, los volcanes de Picassent y Cofrentes. En definitiva, también tenemos vulcanismo peninsular, aunque poco tiene que ver con el canario. “Ninguno de estos lugares ha tenido una actividad que se haya podido registrar en época histórica, mientras que en el archipiélago abundan los episodios”, insiste. ¿Veremos en nuestra vida algún volcán activo en la Península? Quizá no sea imposible, pero es altamente improbable.

La entrada en erupción de La Palma ya ha entrado en la historia del vulcanismo canario, pero no hace falta tener muchos años para recordar el episodio anterior, en la vecina isla de El Hierro, cuyos habitantes se llevaron un buen susto en octubre de 2011 con una erupción volcánica submarina cerca de La Restinga, la población más cercana a la salida del magma, que tuvo que ser evacuada varias veces. La actividad del nuevo volcán, que posteriormente fue bautizado como Tagoro, se prolongó hasta comienzos de 2012 y, aunque no llegó a sobresalir de las aguas, superó los 300 metros sobre el nivel de la superficie submarina.

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