En España hay más riesgo volcánico del que crees... y el Consorcio de Seguros avisó en junio

Las erupciones volcánicas son recurrentes en el muy largo plazo y la percepción del riesgo de que ocurran está subestimada. Esta es una de las conclusiones de un análisis del Consorcio de Seguros, entidad pública que se encargará de indemnizar a los afectados por la erupción en La Palma siempre y cuando el bien estuviera asegurado.

El informe, publicado en julio, se titula ‘La gestión del riesgo volcánico en España’, y está elaborado por Nemesio M. Pérez Rodríguez, coordinador científico del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) y director de la División de Medioambiente del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER).

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La investigación se centra en analizar el riesgo volcánico en las Islas Canarias, donde el experto explica que, si bien ha habido debate en los últimos 50 años, la comunidad científica acepta de manera mayoritaria que la actividad volcánica en Canarias se encuentra ligada a la presencia de una anomalía térmica profunda en el interior de la Tierra (manto inferior) capaz de haber construido y continuar construyendo estos sistemas volcánicos insulares.

Desde el siglo XV, ha habido 16 erupciones en Canarias, única zona española que, según la Directriz Básica de Planificación de Protección Civil ante el Riesgo Volcánico en España, de enero de 1996, se considera zona volcánica activa. En el caso concreto de La Palma, ha habido siete erupciones en 600 años, con un intervalo promedio de 85,7 años entre ellas.

Los volcanes son complejos de analizar, explica Nemesio M. Pérez Rodríguez. Dos ejemplos: en Italia, el volcán Stromboli está en proceso eruptivo prácticamente continuo, mientras que en Filipinas el Pinatubo registró una de las erupciones más catastróficas del siglo XX tras siglos dormido. Ante esta variabilidad, añade su investigación, publicada por el Consorcio de Seguros, “la única herramienta científicamente válida es el análisis estadístico. Desde un punto de vista físico-matemático, la complejidad del fenómeno volcánico se expresa bajo la forma de una marcada no-linealidad”. Por otro lado, las investigaciones sobre los 1.500 volcanes del planeta apuntan a una distribución de probabilidad tipo Poisson.

Lo anterior se traduce en una fórmula que depende del intervalo promedio siguiendo esta ley de distribución de probabilidad, según la cual que se produzca el hecho depende de la amplitud de los intervalos. Con ello, la probabilidad asignada a una erupción en La Palma era del 44% en una ventana de 50 años y del 69% en 100 años.

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No obstante, cuando la ventana se reduce, también lo hace la probabilidad asignada. El cálculo publicado en julio apuntó a un riesgo del 5,7% en cinco años y del 11% en 10 años. De hecho, son probabilidades inferiores a las otorgadas a una erupción en Gran Canaria en los mismos horizontes temporales, con un 12,5% y un 23,4% respectivamente.

En cualquier caso, son probabilidades altas para un evento que tiene carácter catastrófico. Por ello, el investigador sostiene que “la ciudadanía española posee una percepción baja o no adecuada sobre el riesgo volcánico en España y las acciones que se deben acometer para reducir o mitigar el riesgo volcánico”.

El investigador atribuye que España subestima el riesgo volcánico a varias razones, como una frágil memoria de estos sucesos por la “relativa baja frecuencia” con que ocurren, la desinformación sobre las erupciones históricas y el coste humano, pensar que no hay riesgo para la población, pensar que serán erupciones tranquilas, creer que las futuras erupciones volcánicas en Canarias solo serán como las ocurridas durante los últimos 600 años, sin pensar en la magnitud de erupciones más catastróficas en los últimos 10.000 años, o confundir conceptualmente los términos de peligrosidad y riesgo volcánico, así como la probabilidad de ocurrir un evento eruptivo.

Más riesgo ahora que en el pasado

Pero lo que hay que tener en cuenta, apuntó Pérez Rodríguez, es que la amenaza es mayor ahora que en el pasado. “Teniendo en cuenta la diferencia conceptual entre peligrosidad y riesgo volcánico, el riesgo volcánico en Canarias es en la actualidad mayor que hace varias décadas, como consecuencia de la existencia en la actualidad de mayores índices poblacionales y de desarrollo económico expuestos al fenómeno volcánico”, avisó el científico este verano.

El volcán Cumbre Vieja entró en erupción este domingo después de más de una semana en que se han acumulado miles de seísmos en la zona. No hay víctimas mortales tras la evacuación de 5.000 personas, y está por valorar el daño económico. Una parte de este será cubierta por el Consorcio de Seguros, que se hace cargo de las indemnizaciones en estos casos cuando el bien está asegurado. Los usuarios deben contactar con su aseguradora para canalizar la reclamación.

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En el documento publicado este verano por el consorcio, Pérez Rodríguez enumeró varias opciones para reducir el riesgo volcánico en Canarias. Una cuestión importante, a su juicio, es la comunicación entre organizaciones, instituciones y particulares con intereses para reducir el riesgo de desastres con el entendimiento de este peligro: “En países avanzados, es una parte integral en la planificación de la respuesta a una emergencia volcánica”.

Asimismo, pide sumar esfuerzos públicos para “optimizar la gestión científica del riesgo volcánico”, establecer mecanismos legislativos para obligar a una financiación continua que fortalezca la investigación, mejorar la evaluación del coste económico del riesgo volcánico en Canarias para los próximos 50 años o implementar campañas informativas y educativas periódicas para residentes y visitantes.