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¿Vacunar a embarazadas? Nuevos datos muestran sus beneficios, hasta para los bebés
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La última palabra puede ser del ginecólogo

¿Vacunar a embarazadas? Nuevos datos muestran sus beneficios, hasta para los bebés

A pesar de la falta de ensayos clínicos específicos, hay estudios que recomiendan la vacunación de las embarazadas, que incluso podrían transferir anticuerpos al feto

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Foto: Reuters

Las vacunas del covid están pensadas para casi toda la población, pero la falta de ensayos clínicos específicos hace que, por el momento, haya notables excepciones. La más clara son los niños, que no se incluyeron en los primeros estudios por motivos de seguridad. En otros casos depende de la vacuna que se utilice o del criterio de las autoridades sanitarias. Así, se puede inmunizar a partir de los 16 o de los 18 años, o reservar ciertas vacunas para tramos de edad concretos, como ha sucedido con AstraZeneca en algunos países. Entre esos casos particulares está el de las embarazadas y el de las madres en periodo de lactancia. Al igual que sucede con los niños, no se incluyeron en los ensayos clínicos que justifican las autorizaciones condicionales de todas las vacunas que ya se están comercializando.

Sin embargo, algunos estudios han encontrado un mayor riesgo de hospitalización y muerte entre las embarazadas infectadas por coronavirus que entre otras mujeres de edades similares. Por lo tanto, se plantea el dilema: ¿a pesar de la ausencia de datos, es razonable pensar que el beneficio es mayor que el riesgo? Algunos datos de vacunación ya en población real comienzan a indicar que sí e incluso muestran otros efectos: los bebés se benefician de la inmunización de su madre al recibir sus anticuerpos a través de la placenta durante el periodo de gestación y a través de la leche materna una vez que han nacido.

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Entonces, ¿deben vacunarse las embarazadas? Si seguimos escrupulosamente el mismo criterio que con la población infantil, la respuesta sería negativa, porque ninguna de las cuatro vacunas que tienen luz verde por parte de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) ha realizado ensayos clínicos específicos. Sin embargo, tampoco está contraindicada. En España, el protocolo del Ministerio de Sanidad hace referencia a ese análisis riesgo-beneficio, de manera que en la práctica "el balance individual que haga cada ginecólogo es la clave, porque lo normal es que las mujeres se fíen de su consejo", comenta en declaraciones a Teknautas Jaime Jesús Pérez Martín, experto de la Asociación Española de Vacunología (AEV).

En EEUU, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG, por sus siglas en inglés) y la Sociedad de Medicina Materno-Fetal (SMFM) han ido un poco más allá al recomendar "no evitar la vacunación de las embarazadas que cumplan los criterios". Este posicionamiento fue bastante atrevido en su día, puesto que se publicó el pasado mes de enero. "Lo conservador hubiera sido hablar del balance riesgo-beneficio, pero sabían que realmente la seguridad estaba garantizada", opina el experto. Los datos les están dando la razón, ya que las vacunas no solo son seguras para las embarazadas sino que parecen ser igual de efectivas, con una alta producción de anticuerpos, al mismo nivel que en la población general.

El Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización (SAGE) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) también ha entrado en el debate con una recomendación muy concreta. Según este grupo internacional de especialistas, la vacuna de Janssen (filial de Johnson & Johnson) es segura para las embarazadas. Lo cierto es que no hay más datos sobre esta opción que sobre cualquiera de sus competidoras. Entonces, ¿a qué viene este pronunciamiento? La clave está en el vehículo que transporta el antígeno hasta las células. Janssen utiliza un adenovirus. "Las vacunas de adenovirus son bastante seguras, se han probado con embarazadas para otros usos y no ha habido problemas", destaca el presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), Marcos López Hoyos.

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Foto: EFE.

España espera empezar a recibir esta vacuna de una sola dosis a mediados de abril y tiene previsto contar con 21 millones de dosis. Sin embargo, la vacuna de AstraZeneca también está basada en adenovirus y los expertos confían en que las vacunas de ARN mensajero (Pfizer y Moderna) también son completamente seguras. De hecho, teniendo en cuenta las que se han administrado contra el covid en todo el mundo "ya hay más experiencia con las vacunas de ARN que con las otras", asegura Pérez Martín. En algunas ocasiones es posible que se hayan puesto sin saber que la mujer que la recibía estaba embarazada. En otras, habrá sido una decisión consciente tras sopesar el balance entre riesgo y beneficios.

Transferencia de anticuerpos

Lo cierto es que los estudios comienzan a confirmar no solo la seguridad y la efectividad en embarazadas, sino también el beneficio adicional que reciben los bebés. Es el caso de un 'preprint' (artículo aún no revisado por pares) que incluyó mujeres gestantes y en periodo de lactancia, que encontró anticuerpos en la sangre del cordón umbilical y en la leche materna. Para los expertos, no supone una sorpresa. "Sabemos que los anticuerpos de la madre pasan al bebé, eso es lo normal", explica el presidente de la SEI. De hecho, ocurre en otras situaciones, como "cuando una mujer embarazada tiene una enfermedad autoinmune, que se caracteriza por la presencia de autoanticuerpos". En todos los casos se trasladan al feto a través de la placenta, pero solo lo hacen una clase de anticuerpos, las inmunoglobulinas IgG.

Si estamos hablando de vacunas, se trataría de una "inmunización pasiva", de manera que no sería igual que si se hubiera vacunado directamente al niño. "La vida media de los anticuerpos IgG es de tres a seis meses, cayendo claramente desde el principio hasta el final, así que ese es el tiempo que perdurarían", explica el experto. En definitiva, "no es una vacunación, sino un paso de inmunoglobulinas". La madre las genera, están presentes en su circulación sanguínea, y del mismo modo que pasan al feto otros elementos de su sangre a través de la placenta, se las transmite y se mantienen en el recién nacido.

En la práctica, "sería algo parecido al tratamiento con plasma" que se ha experimentado con algunos pacientes, que reciben los anticuerpos de personas que ya han pasado la enfermedad. "Hay que tener claro que una vacuna produce anticuerpos y células T, pero el recién nacido solo va a tener lo primero, no inmunidad celular", destaca López Hoyos. Eso significa estar relativamente protegido frente al covid en los primeros meses de vida.

placeholder Mujer embarazada recibe una dosis de la vacuna de Pfizer en EEUU. (Reuters)
Mujer embarazada recibe una dosis de la vacuna de Pfizer en EEUU. (Reuters)

No obstante, hay vacunas que se administran a una mujer embarazada, precisamente, buscando esa transferencia de anticuerpos para proteger temporalmente al bebé. Es el caso de la tosferina o de la gripe, enfermedades que pueden incluso llegar a causar fallecimientos en niños pequeños. Sin embargo, "es muy atrevido asumir que podemos tener algo así en covid, todavía falta conocimiento científico", comenta el vacunólogo de la AEV.

Además, ¿sería necesario? Lo cierto es que los casos de enfermedad grave en niños son casi inexistentes, así que este asunto no parece especialmente preocupante. Aun así, "todavía no sabemos muy bien cómo reaccionan los neonatos si están infectados, apenas hay datos; pero entre los dos y los diez años no está siendo una infección agresiva", recuerda el presidente de la SEI. Los estudios indican que la respuesta inmune innata es potente a edades tempranas e impide que se desarrollen los síntomas vinculados al covid grave. En cualquier caso, el covid "puede ser un poquito más grave en los menores de un año que en niños de tres o cuatro, aunque sin tener importancia", apunta Pérez Martín.

Ante este panorama, López Hoyos no cree que la perspectiva de recibir en los próximos meses la vacuna del covid deba influir en las decisiones de una persona a la hora de ser madre. Lo razonable es que pueda vacunarse si así lo estima oportuno valorándolo con su médico. Además, con los datos disponibles, lo más probable es que esta acción no afecte de forma significativa al futuro bebé y que, si lo hace, puede que incluso contribuya a protegerlo.

Las vacunas del covid están pensadas para casi toda la población, pero la falta de ensayos clínicos específicos hace que, por el momento, haya notables excepciones. La más clara son los niños, que no se incluyeron en los primeros estudios por motivos de seguridad. En otros casos depende de la vacuna que se utilice o del criterio de las autoridades sanitarias. Así, se puede inmunizar a partir de los 16 o de los 18 años, o reservar ciertas vacunas para tramos de edad concretos, como ha sucedido con AstraZeneca en algunos países. Entre esos casos particulares está el de las embarazadas y el de las madres en periodo de lactancia. Al igual que sucede con los niños, no se incluyeron en los ensayos clínicos que justifican las autorizaciones condicionales de todas las vacunas que ya se están comercializando.

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