Este enorme barco lleno de coches eléctricos es la nueva arma de China para conquistar Europa

El BYD Explorer 1 se ha vuelto a mover este viernes tras unos cuantos días descansando y descargando en el puerto alemán de Bremerhaven. Su próxima parada está prevista en Bélgica, a solo unos cientos de kilómetros y un día de travesía. Un pequeño paseo para su tripulación, si lo comparamos con su viaje anterior. Porque este buque viene de cruzar el océano Índico y rodear África por el sur hasta llegar al puerto teutón. Más de un mes de travesía llevando en su interior un contenido de bastante valor: más de 3.000 coches eléctricos que tienen el objetivo de inundar el Viejo Continente.

Este monstruo de casi 200 metros de eslora y 38 de ancho es un mercante especial. Encargado y pagado por BYD, la automotriz que más coches enchufables vende de todo el planeta, es casi un símbolo. La marca está decidida a que Europa también se rinda a sus vehículos, y esta es su última arma. El Explorer 1, con capacidad para mover 7.000 coches y unas 40.000 toneladas de carga, es el primero de los 8 buques Ro-Ro (acrónimo del término roll on-roll off, con el que se denomina al proceso de carga y descarga de vehículos rodados sin necesidad de grúas) con los que quieren dar el golpe definitivo en una guerra en plena ebullición. Tan decidida es la apuesta que incluso en países como Francia ya se está planteando poner aranceles o medidas de control a estas embarcaciones.

"La historia comienza con el desarrollo de la tecnología eléctrica por parte de China frente a lo que nunca iban a dominar, los motores de combustión. Han estado años y años de desarrollo y, ahora que tienen la tecnología y despierta el mercado, necesitan escalarla para rentabilizarla", comenta Luis Valdés, analista independiente y divulgador del sector del coche eléctrico. "La construcción de esos buques es la respuesta al cuello de botella que existe para el transporte. Probaron con soluciones tan creativas como los pseudocontenedores y de ahí a los buques. La estrategia a largo plazo es poner fábricas más cerca de cada mercado y hasta hubo un plan para transportarlos a Europa por ferrocarril, pero la guerra de Ucrania truncó el proyecto".

Teniendo las diferentes opciones que comenta Valdés y la idea de construir fábricas que ya han llegado a nuestro país, que decidieran lanzarse a construir barcos a este nivel es una muestra de la fuerza con la que quieren conquistar Europa. Y de que no solo buscan una pequeña solución momentánea, sino dominar en más partes del proceso e incluso se ha hablado de motivaciones militares. SAIC Motor, el dueño de la marca MG que dio la sorpresa en España este 2023 al colocar uno de sus SUV como uno de los coches más vendidos, también tiene ya su propio barco y va camino de botar más. Solo el año pasado los astilleros chinos recibieron pedidos para fabricar 58 grandes buques similares al BYD Explorer.

Este crecimiento ya se ve en los datos. China era, al menos hasta 2022, un modesto país en cuanto a transporte marítimo se refiere. Apenas el 3% de la flota global tenía allí su origen y solo 41 de los 750 buques Ro-Ro disponibles eran chinos. Esto está cambiando tan rápido que solo BYD ha pedido ocho barcos para los próximos dos años y ya está moviendo uno. Y, en total, sus astilleros ya están fabricando un número mayor que el total de barcos que tenía todo el país en marcha en 2022.

A nivel global, China sigue lejos de las navieras líderes de este sector, la mayoría japonesas y europeas asentadas hace décadas, pero su futuro es temible. En un momento en el que la construcción de estos barcos había decaído, los pedidos en el gigante asiático representan más del 86% del total en todo el mundo, según la empresa de análisis e inteligencia marítima Clarksons Research. La mayoría, claro, con la idea de explotar al máximo el boom del coche eléctrico chino.

"Si las marcas chinas quieren alcanzar volúmenes importantes en un periodo corto de tiempo, necesitan esos buques de forma urgente. China ha superado a Alemania y Japón como principal exportador de automóviles en tiempo récord y necesitan de estas plataformas para evitar los cuellos de botella y que sus marcas se asienten", comenta Valdés.

¿Un nuevo boom del Ro-Ro?

Lo cierto es que los fabricantes chinos llevan tiempo agobiados por su capacidad de exportación. Por eso, en los últimos años ya habían apostado por alquilar muchos Ro-Ro, como muestra la evolución de exportaciones de los fabricantes de automóviles chinos, que aseguran que, en 2023, las exportaciones chinas de vehículos electrificados alcanzaron 1,2 millones de unidades, lo que supone un aumento interanual del 77,6%. La subida continúa en 2024, con un 27% de crecimiento interanual en enero. Pero hay una razón de peso por la que decidieron dar un paso más: los precios de los fletes.

Las tarifas diarias de los fletes para este tipo de barcos se han disparado en los últimos años. Con los problemas en el canal de Suez, primero por el buque que encalló y luego por los conflictos armados, los costes no han parado de escalar. Alcanzaron los 115.000 dólares el 30 de noviembre del pasado año, un 5% más que en septiembre. Una subida mucho más llamativa si abrimos el foco. En la segunda mitad de 2021, el precio estaba en 15.000 dólares.

De ahí que las marcas se hayan lanzado con todo a algo que ya habían probado otras compañías como Hyundai. Si tienes tu propia naviera, puedes controlar el precio y manejar tiempos y costes. Sin ir más lejos, la marca de Corea del Sur, que tiene sus buques a través de su filial Hyundai Heavy Industries, consiguió gracias a su flota reducir los plazos de entrega de Hyundai y Kia en Europa frente a otros fabricantes después de la pandemia.

Estas experiencias parecen haber despertado de nuevo el interés por esta especie de ballenas de metal que surcan los mares tras décadas de caída. Empezaron a extenderse en los 60, con el boom de la compra de vehículos privados que encontraron en estos graneros reconvertidos la plataforma perfecta para mover grandes cantidades de productos sin demasiado esfuerzo. Pero, con la crisis de 2008 y la caída paulatina de la industria japonesa, principal interesada en ellos, su importancia se hundió. Ahora, China lo está reviviendo.

Wallenius Wilhelmsen, una naviera noruega y sueca que se mueve como uno de los gigantes del mercado, reportó un incremento del 22% en sus beneficios en 2023 y aseguró que la demanda de estos barcos supera aún a la capacidad de tonelaje disponible. Eso sí, están a expensas de la apuesta china. El propio Wang Chuanfu, presidente de BYD, nombró su órdago con los buques como una de las tres claves del éxito futuro de las marcas chinas, y los movimientos de otras marcas como SAIC muestran que no estará solo en la pelea. Ahora queda ver cómo afecta la llegada de estas megaestructuras al cliente europeo.

"Al final, bajarán los precios de los eléctricos, pero nunca antes de que la oferta supere a la demanda. Al contrario de China, donde los constantes lanzamientos de nuevos modelos los hacen con un precio muy competitivo para asegurarse una rápida penetración, en Europa aún no disponen de suficiente stock ni de una red comercial capaz de vender en grandes cantidades. Pero BYD ya está en condiciones de empezar a vender grandes cantidades y eso cambiará la situación", comenta Valdés. "Los movimientos recientes en ferias y publicidad, como ser sponsor de la Eurocopa en Alemania este verano, son señales claras de que el momento de grandes volúmenes se acerca", añade.

Las marcas europeas, de momento, parecen esperar. Francia está liderando la respuesta y plantea penalizar a los coches chinos sacándolos del sus paquetes de ayuda a la compra a los automóviles eléctricos. Para ello, lo justificarían con un límite de emisiones en la producción, pero eso también podría afectar a otros fabricantes internacionales como Tesla. Lo curioso es que Alemania se ha puesto justo enfrente y ve que poner aranceles a China evitaría que los coches europeos pudiesen llegar al gigante asiático, hundiendo las ventas de los fabricantes del Viejo Continente.

"Lo cierto es que las acciones que propone Francia de no incentivar a los coches de China no influirá en sus ventas, solo favorecerá a los fabricantes locales, acelerando la adopción en general. Los coches eléctricos hoy no compiten entre sí, compiten todos juntos con los de combustión. Si los europeos se ven favorecidos en Francia, eso ayuda a todos los eléctricos. Los chinos en Francia ajustarán el precio cuando haga falta y los que no vendan allí los venderán en otros países como España", termina Valdés.