Ibai se plantea dejar Twitch y pasarse a YouTube: qué hay detrás de la decisión

Ibai Llanos, el creador de contenido español más seguido de Twitch, ha anunciado que ya ha tomado la decisión de en qué plataforma realizará sus streams a partir de 2023, y todo apunta a que podría pasarse a YouTube. "Solo había dos posibilidades, porque el resto ni de coña, amigos", ha dicho el bilbaíno durante uno de sus directos, donde ha explicado que la decisión ya está tomada y que no cree que vaya a hacer una comunicación oficial sobre ello. De confirmarse que se pasa a YouTube, sería un duro revés para la aplicación, que lleva meses encadenando polémicas sobre la remuneración de sus usuarios. Como él mismo ha reconocido, "la pasta que paga cada uno" ha sido una de las razones que han impulsado el cambio.

"Obviamente, Twitch es la mejor plataforma para streamear, en base a lo que es el chat y la comunidad que tenemos aquí, aunque hay otras muchas más cosas que no me gustan", ha comentado Llanos (puedes verlo en el minuto 29:40 de este vídeo), que ha recordado que su canal de YouTube cuenta con casi 10 millones de suscriptores. "Sé que muchos de vosotros también veis YouTube", ha señalado. Sin embargo, ha indicado que la plataforma de Google es peor que la de Amazon para hacer streaming, pero que la primera "es mucho más grande", algo que supone un trampolín mayor para los eventos que organiza, como La Velada del Año. "Los próximos años ya sé dónde streamear", ha dicho, sin aclarar si ha firmado algún contrato fijo con Google, aunque sí que su contrato con Twitch finaliza este 2022.

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Llanos no ha aclarado qué es lo que no le gusta de Twitch. Sin embargo, la referencia a "la pasta que paga cada uno" es cristalina. Hace un año, la plataforma comenzó a reducir las tarifas de los creadores de contenidos, algo que ha tensionado cada vez más la relación entre ellos. Es más, hubo directivos y empleados que decidieron dejar la compañía por no compartir el nuevo rumbo. De hecho, algunas medidas fueron consideradas una auténtica tomadura de pelo, mientras que otras suponían incluir tanta publicidad que los dejaba demasiado cerca de la televisión tradicional.

En el trasfondo de todos estos movimientos está el dopaje con el que Amazon ha inflado durante años a Twitch. Esto se debe a que la suscripción de Prime —que tiene un coste de 4,99 euros al mes— permite abonarse a un creador sin ningún coste extra, cuando el precio habitual es 3,99. El streamer, por su parte, recibe el importe íntegro, generando un agujero importante para las cuentas. Es la misma estrategia que llevaron a cabo (y no salió nada mal) con la tienda online: soportar pérdidas hasta que se domine el mercado y se empiece a ganar dinero.

En un inicio, aquello sirvió para provocar la huida masiva de youtubers de la que fue su casa madre que, para más inri, les había reducido las tarifas. Una vez hecho el roto a la competencia, el problema es cuánto aguantar en un nicho que, hoy por hoy, parece complicado rentabilizar y que está lejos de ser el negociado principal de Amazon. Al mismo tiempo, YouTube lleva meses buscando ser más atractiva para los creadores de contenido, tanto de vídeos de directo como de Shorts, su clon para competir con TikTok. En una entrevista con este periódico, el periodista de Bloomberg Mark Bergen recalcaba que "estas personas no son empleados de la plataforma ni tienen ningún tipo de garantía por estar ahí, aunque YouTube les pague a algunos millones de dólares".