Es noticia
La sorpresa militar ucraniana: por qué su aviación aún sobrevive y puede entrar en acción
  1. Tecnología
CONFLICTO A LAS PUERTAS DE EUROPA

La sorpresa militar ucraniana: por qué su aviación aún sobrevive y puede entrar en acción

Contra todo pronóstico, la fuerza aérea sigue operativa. ¿Cómo es posible que Rusia no haya destrozado a la aviación ucraniana? ¿En qué tipo de misiones podría usarla ahora Ucrania?

Foto: Avión de ataque Sukhoi Su-24. (Ministerio de Defensa de Ucrania)
Avión de ataque Sukhoi Su-24. (Ministerio de Defensa de Ucrania)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

El conflicto ucraniano nos ha deparado unas cuantas sorpresas. Puede que nos depare alguna más porque, lejos de tocar a su fin, parece que ha llegado a un punto crítico donde cualquier desenlace es posible. Quizás nos hayan causado sorpresa algunos hechos importantes, como la figura de Zelensky o la tenaz resistencia ucraniana. También los errores, carencias logísticas y debilidad del material ruso. Pero sin duda hay algo muy llamativo y es el papel de la aviación, desaparecida por el lado ruso e inesperadamente viva por el ucraniano.

Foto: Prototipos del Su-57 en vuelo. (Vadim Savitsky).

Antes del inicio de la contienda, pocos apostaban por una aviación ucraniana en manifiesta inferioridad de condiciones. Todo eran desventajas. Tenían pocos aviones frente a la abrumadora superioridad numérica enemiga. Además, sus modelos eran inferiores a los que podían desplegar los rusos y, para remate, todos ellos eran de sobra conocidos, pues los pilotos de Moscú conocían de primera mano o por referencias, los puntos fuertes y debilidades de cada uno de sus aviones.

Por si fuera poco, el invasor podía desplegar una potente y sofisticada sombrilla antiaérea cubriendo todo el espacio aéreo, empezando por la corta distancia y baja cota con piezas autopropulsadas, como los veteranos ZSU-23-4 Shilka, armados de cuatro cañones de 23 mm o los modernos 9K22 Tunguska, con una letal combinación de dos cañones de 30 mm y 8 misiles 9M311 y con un alcance de 8 km. Para objetivos más alejados (hasta 15 km) disponen de los TOR M-1, para distancias intermedias los 9M311 Buk, que llegan hasta los 50 km y finalmente los famosos S-300 y S-400, capaces de abatir un avión a unos 400 km de distancia con las versiones más modernas.

placeholder Dos Su-27 ucranianos despegando. (Airwolfhound)
Dos Su-27 ucranianos despegando. (Airwolfhound)

Con este panorama, poco podía hacer la aviación ucraniana y cualquier intento de frenar en el aire al atacante o de realizar misiones contra sus fuerzas terrestres, parecía condenado al fracaso de antemano. Por último, los rusos hicieron en las primeras horas de su ofensiva un movimiento que, no por menos esperado, se presumía definitivo: atacar el territorio ucraniano en profundidad con misiles y destruir sus bases aéreas. La fuerza aérea de Zelenski parecía condenada a durar tan solo unas horas.

La aviación de combate ucraniana

En términos numéricos, la fuerza aérea de Ucrania no era muy potente pero tampoco despreciable. Sus principales elementos son sus aviones de combate MiG-29 y Su-27 más los aviones de ataque Su-25. Los primeros son un buen aparato para combate aéreo, ya superado por modelos más modernos, pero muy eficaz en ese rol en manos de un buen piloto. Su diseño data de los años setenta y comenzó su servicio activo en 1982. En su momento se consideró un buen adversario para los cazas de la OTAN y se exportó con bastante éxito.

Ucrania disponía de una importante fuerza de MiG-29 heredados tras la desmembración de la Unión Soviética, pero perdió una gran parte tras la anexión rusa de Crimea, al encontrarse muchos de ellos basados en Belbek, un aeropuerto militar próximo a Sebastopol y desde entonces ocupado por cazas rusos. Los MiG-29 ucranianos no estaban modernizados y aunque se inició un ambicioso plan de mejoras en el que se invitó a participar a la industria israelí —con bastante experiencia en la materia— no dio tiempo a completarse.

placeholder Su-24MR. (Ukrainian MoD)
Su-24MR. (Ukrainian MoD)

El Su-27 es su otro modelo de avión de combate, más polivalente que el MiG, pero casi contemporáneo de él. La fuerza aérea llegó a contar con una elevada cifra de estos aviones (puede que más de 70) pero la falta de recambios, el mantenimiento inadecuado y las ventas de aviones al extranjero a raíz de la imposibilidad (técnica y económica) de sostener una aviación tan numerosa, ha hecho que la invasión rusa les pillara con pocos ejemplares.

Para las misiones de ataque cuentan con un avión muy eficaz para estas tareas, el Sukhoi Su-25. Se trata de un avión especializado para ataque a tierra y misiones a baja cota. Es un avión de diseño muy sencillo que nació a mediados de los 70. Fue algo así como la 'réplica rusa' del avión americano Fairchild A-10. Para su cometido se diseñó subsónico —no es necesaria una gran velocidad para atacar a tierra, todo lo contrario— y con blindaje y protecciones en partes sensibles del avión, como cabina del piloto, depósitos, etc., también con esa premisa se le dotó de dos motores separados a ambos lados del fuselaje, de tal manera que si uno era alcanzado, el otro mantuviera al avión en el aire.

El resultado fue un avión muy robusto y capaz de aguantar un duro castigo. Se han visto imágenes de los Su-25 regresar a su base con un motor destrozado y acribillados de metralla tras recibir el impacto de un misil de corto alcance. Además, va armado hasta los dientes, con un cañón Gryazev-Shipunov GSh -30-2 de 30 mm más 11 puntos de anclaje (10 bajo las alas) donde puede llevar una enorme variedad de armas, como misiles, cohetes no guiados, armas de precisión y bombas de caída libre.

placeholder Cabina de un Sukhoi Su-25 ruso. Como se ve, todo analógico. (Alex Beltyukov)
Cabina de un Sukhoi Su-25 ruso. Como se ve, todo analógico. (Alex Beltyukov)

Aparte de estos modelos, también hay que considerar un puñado de bombarderos Sukhoi Su-24, un modelo ya desfasado diseñado en los años 60, con tecnología anticuada, alas de geometría variable y elevada firma de radar, lo que le hace muy vulnerable a los modernos sistemas antiaéreos. También importante su contingente de helicópteros de ataque Mil Mi-24 de sus fuerzas terrestres, el mítico Hind que también utilizan los rusos y que, pese a sus años, sigue siendo un elemento muy peligroso si se usa adecuadamente.

Aniquilación fallida

El objetivo ruso era acabar con la aviación ucraniana en las primeras horas de combate y pudo haberlo hecho, pues contaba con toda la ventaja. Lo primero fue atacar con misiles sus bases aéreas a retaguardia. Era algo que estaba clarísimo que iba a ocurrir y los ucranianos, que contra lo que algunos han creído, se han estado preparando y organizando para esta guerra, habían tomado algunas medidas.

El ataque ruso pareció contundente y los misiles guiados, tanto los Kalibr de crucero como los Iskander, cayeron por las bases aéreas como una lluvia devastadora. Luego se comprobó que no lo fue tanto. Alcanzar una base aérea es muy fácil, su extensión es enorme, pero también hay mucho espacio vacío. Si no se dañan las pistas con varios impactos, los hangares o las instalaciones de control o mantenimiento, los daños reales pueden ser escasos. Los misiles rusos, como se pudo ver después en imágenes de satélite, no consiguieron una elevada precisión a la hora de alcanzar sus verdaderos objetivos.

placeholder Sukhoi Su-25 ucraniano. (Ukrainian MoD)
Sukhoi Su-25 ucraniano. (Ukrainian MoD)

En paralelo, los ucranianos empezaron a operar desde lugares improvisados —lo que demuestra que estaban preparados— por lo que entre unas cosas y otras y pese a que se vieron imágenes de aviones destruidos en tierra, lo cierto es que la aviación ucraniana seguía con vida. Sobre estas imágenes de restos de aviones, hay que recordar que en Ucrania tenían un buen número de aviones fuera de vuelo estacionados en las plataformas de sus bases, lo que podría hacer pensar en daños mayores de los que se produjeron en realidad.

Incluso con los limitados daños iniciales, los superiores aviones rusos deberían haber barrido a los escasos enemigos y haber impuesto un dominio total del espacio aéreo. Pero ya hemos ido viendo que la aviación rusa no ha conseguido esa superioridad y ese espacio fue rápidamente ocupado por los ucranianos, en acciones limitadas, a pequeña escala y con pérdidas, pero los rusos les han permitido un margen de maniobra que sin duda han aprovechado.

Cifras, propaganda y éxitos

En cuanto a las cifras, es muy difícil establecer las cantidades precisas de aviones que tenían y, menos aún, que tienen ahora los ucranianos tras un mes de guerra. De los MiG-29, en su inventario de 2020 figuraban 16 monoplazas y 8 biplazas en servicio (cifra que se nos antoja muy escasa), pero a lo largo de 2021 podrían haber puesto en vuelo unos cuantos de los que se encontraban almacenados o fuera de servicio con problemas leves. De los Su-27 tan solo contaban con 26 monoplazas y 6 biplazas, de los Su-25 el número estaría alrededor de los 15 ejemplares y habría que añadir unos 32 Mi-24.

placeholder MiG-29 de la fuerza aérea ucraniana en vuelo. (Ukrainian MoD)
MiG-29 de la fuerza aérea ucraniana en vuelo. (Ukrainian MoD)

Si tenemos en cuenta que la operatividad real siempre es menor que el total de efectivos (por averías, mantenimientos, etc.) podríamos hacer una estimación en el sentido de que los efectivos ucranianos a principios de febrero se podrían situar en unos 50 aviones de caza, 12 de ataque y cerca de 30 Mi-24. Las cifras rusas, en esas mismas fechas, podían ser bastante más del triple.

Los pilotos ucranianos aprovecharon el hueco dejado por los aviones rusos y realizaron más acciones de las que se podían esperar. Se trata de pilotos bien adiestrados que, además, han compartido ejercicios con unidades de la OTAN. Algunos están muy fogueados de haber participado en el Donbás y también tenían verdaderos expertos, como el famoso coronel Oksanchenko, un conocido piloto de exhibiciones, capaz de exprimir al máximo al Su-27. El veterano coronel fue abatido con su avión cerca de Kiev, la noche del 1 de marzo por un misil lanzado por un S-400 ruso.

placeholder Helicóptero de ataque Mil Mi-24. (President.gov.ua.)
Helicóptero de ataque Mil Mi-24. (President.gov.ua.)

Estas acciones alimentaron también la propaganda, como la del llamado 'Fantasma de Kiev', un supuesto piloto ucraniano que, a los mandos de su MiG-29 habría abatido seis aparatos enemigos, lo que de ser cierto, le habría convertido en el primer 'As' de la aviación del siglo XXI. Este tipo de propaganda fue alimentada desde las propias instituciones ucranianas e incluso el expresidente Petro Poroshenko publicó un tuit con una foto de un piloto anónimo afirmando que era él 'Fantasma', aunque esas fotos correspondían a unos años antes. En la guerra se necesitan héroes que inspiren al resto y eleven la moral del pueblo, ha pasado siempre y seguirá pasando y esa fue la verdadera misión de nuestro 'Fantasma'.

Propaganda aparte, lo cierto es que la aviación ucraniana ha mantenido una cierta actividad contra todo pronóstico. Han realizado sobre todo ataques muy arriesgados, volando en misiones individuales o en parejas y a muy baja cota, para evitar los radares y misiles enemigos. En algunas de ellas los aviones no regresaron.

Incluso han dado golpes de éxito, entre ellos el reciente del ataque, de momento confirmado por Rusia, a un depósito de combustible situado en Belgorod, territorio ruso a 35 km de la frontera en el área de Járkov. El ataque, realizado al amanecer del 1 de abril por dos helicópteros Mi-24, supone la demostración de que Rusia no mantiene el control del espacio aéreo, la aviación ucraniana está muy viva y que todavía puede dar algún disgusto a las tropas rusas.

El conflicto ucraniano nos ha deparado unas cuantas sorpresas. Puede que nos depare alguna más porque, lejos de tocar a su fin, parece que ha llegado a un punto crítico donde cualquier desenlace es posible. Quizás nos hayan causado sorpresa algunos hechos importantes, como la figura de Zelensky o la tenaz resistencia ucraniana. También los errores, carencias logísticas y debilidad del material ruso. Pero sin duda hay algo muy llamativo y es el papel de la aviación, desaparecida por el lado ruso e inesperadamente viva por el ucraniano.

Conflicto de Ucrania Tecnología militar
El redactor recomienda