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El covid tampoco pudo con Airbnb: el alquiler vacacional se recupera (salvo en las capitales)
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más ingresos que en 2019

El covid tampoco pudo con Airbnb: el alquiler vacacional se recupera (salvo en las capitales)

El teletrabajo y el cambio de perfil turístico, más nacional, salva a los pisos turísticos, que recuperan sus cifras previas a la crisis, aunque no en todos sitios...

Foto: Dos turistas en Mallorca. (EFE)
Dos turistas en Mallorca. (EFE)

Con el confinamiento, a Paola se le cortó de golpe la base de sus ingresos mensuales. Los dos bajos que tiene en el madrileño barrio de Lavapiés, anunciados en la plataforma Airbnb, completaban sus ingresos como profesora autónoma para empresas, hasta que el virus lo cerró todo. Después de acoger a dos enfermeras que habían venido a Madrid a trabajar en la crisis sanitaria, tuvo que empezar a reinventarse para poder arañar alguna reserva. "Bajé precios y cambié la política de cancelación. Hemos compaginado el turismo con gente que venía a trabajar porque los hoteles estaban cerrados. Pero hasta junio no hemos recuperado la ocupación anterior a la pandemia. Eso sí, con precios todavía más bajos", explica a este diario.

En lo peor de la crisis, algunos auguraron que el covid acabaría con el alquiler vacacional. Lo que no habían conseguido las regulaciones autonómicas ni las legislaciones sobre el alquiler, parecía que lo haría un virus que paralizó abruptamente todos los viajes. Sin embargo, la profecía no parece haberse cumplido, en vista de las cifras que el sector ha experimentado este verano, en algunos casos incluso con valores previos a la pandemia. Airbnb, la mayor plataforma de alquiler vacacional, anunció hace unos días que sus ingresos en el segundo cuatrimestre de este año habían aumentado en un 300% a nivel global comparado con el mismo periodo del año anterior, y un 10% respecto a 2019: de 1,21 millones de dólares a 1,3.

Foto: Si tienes más de un millón de dólares para gastar, puedes ser copropietario de esta casa. Foto: Pacaso.

"Veníamos de cero, así que el crecimiento solo podía ser exponencial. El verano no ha estado nada mal teniendo en cuenta de donde veníamos, con un 65% de ocupación, aunque varía mucho de unas zonas a otras", explica sobre la situación española Tolo Gomila, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos (FEVITUR).

Los datos refuerzan esa diferencia entre ciudades y tipos de oferta: lo que ha subido por un sitio, ha bajado por otro. Según Inside Airbnb, una web que extrae la información del portal turístico, Madrid, Barcelona y Valencia son las únicas ciudades españolas de las nueve que recopila que tenían menos anuncios en octubre del año pasado que en este mes de julio: un -4%, -17% y -22% respectivamente. El resto, han crecido entre un 1,4% y un 37% en el mismo periodo.

Hace poco más de un año, contábamos que, como consecuencia de la crisis sanitaria, gran parte de la oferta de alquiler vacacional se había trasladado al residencial y de temporada. Esta tendencia solo se ha revertido en parte. "Hay que tener en cuenta que los destinos urbanos ya no tienen tanta rentabilidad, por modificaciones como las de la Ley de Arrendamientos Urbanos, que han afectado a las deducciones de esta actividad y también por las legislaciones de cada comunidad, que las ha hecho menos lucrativas, como ocurre en Madrid", explica Gomila. "Además, durante la pandemia muchos se han ido a otras zonas a teletrabajar. El perfil del nómada digital, que se queda dos o tres meses en un lugar ya se está consolidando, y eso es una oportunidad para España porque es agradable hacerlo aquí".

"El perfil del nómada digital ya se está consolidando, y eso es una oportunidad para España porque es agradable hacerlo aquí"

Este cambio de perfil ha diversificado los destinos más allá de las grandes ciudades, hacia zonas más rurales y de costa no solo durante el verano. En un panorama de crisis sanitaria, las capitales han dejado de ser tan atractivas como lo eran incluso durante la crisis económica, cuando siguieron liderando los destinos turísticos. "Las zonas urbanas han sido las grandes damnificadas, porque dependen más de conferencias y congresos y eso aún no ha vuelto", añade el presidente de Fevitur. Según datos de Airbnb, las búsquedas de alojamiento a menos de 30 minutos en coche de parajes naturales han subido un 60% en España.

Ya en junio del año pasado el CEO de Airbnb, Brian Chesky, profetizó que "los viajes ya no volverán a ser como los conocemos" y no se mostraba precisamente optimista: "Tras 12 años haciendo negocios, hemos perdido todo en cuestión de cuatro semanas". Entonces, la compañía despidió al 25% de la plantilla, casi 2.000 empleados para intentar capear el temporal que se le venía encima. Sin embargo, hace unos días, tras conocerse las últimas cifras de negocio ha sacado pecho sobre la "resiliencia inherente" de su modelo.

placeholder Brian Chesky, CEO de Airbnb. (Reuters)
Brian Chesky, CEO de Airbnb. (Reuters)

Según la compañía, Barcelona ha dejado este año de ser el destino estrella de España. De hecho, casi todos sus distritos han perdido oferta, como puede verse en el mapa bajo estas líneas. Lo mismo ocurre en Madrid, donde solo se salva el sur de la capital con pequeños aumentos en términos absolutos. Ahora es la Costa Blanca la que lidera el 'ranking' de la plataforma, aunque desde allí son cautelosos con las cifras. "Ha habido un buen mes de agosto, es verdad, parecido al de 2019, pero hay empresas y particulares que siguen muy jodidos. Julio no ha ido tan bien y tampoco durante el invierno, aunque gracias a que tenemos un clima muy bueno incluso comparado con otras zonas de costa, ha habido zonas que han podido mantenerse gracias al teletrabajo esos meses", explica Miguel Ángel Sotillo, presidente de APTUR (Asociación de empresas de apartamentos turísticos de la Costa Blanca), quien recela de las cifras de reservas que aportan plataformas como Airbnb como medidor de la recuperación. "Puede que te reserven cinco personas, pero cuatro de ellos te cancelen tres días antes. Eso y nada es lo mismo, y ha pasado muchísimo en función de los confinamientos perimetrales de cada sitio o de los contagios", explica.

El teletrabajo ha sido la gran baza del turismo para recuperarse, y su estrategia se ha adaptado en este sentido. Según datos de Airbnb, las estancias por tiempo prolongado (al menos un mes) representan ya el 30% de todas las reservas respecto al 14% que suponían antes de la pandemia. Para atraer a ese perfil, Airbnb ha añadido mejoras como una herramienta para comprobar la calidad del Wifi antes de hacer la reserva o una nueva tipología de cancelación, más flexible, que se adapte a los vaivenes de restricciones e incidencias.

"Muchas empresas han aprovechado para digitalizarse, sobre todo las pequeñas y los particulares, que no lo estaban", añaden desde APTUR. "Estoy valorando poner cerraduras inteligentes para que no haya contacto, y mi política antes era no reembolsable y ahora es flexible, por ejemplo", explica Paola sobre los cambios de gestión que ha hecho en este tiempo.

Otro de los motivos tras las buenas cifras está en el turismo autóctono, que ha suplido al internacional. "En agosto ha habido una eclosión de público español que no ha salido fuera, y también de nacionalizados españoles que eran extranjeros de Latinoamérica o Marruecos. Como este año no han podido viajar a ver a sus familias, han venido aquí", añade Sotillo.

Como contábamos hace unos meses, el miedo a los hoteles habría servido de acicate para recurrir a este tipo de plataforma y así no tener que compartir espacio con desconocidos. También para otros que, cerrado el ocio nocturno y con los límites del toque de queda, han usado los pisos turísticos como lugar donde dar rienda suelta a las ganas reprimidas durante meses con un círculo cercano de amigos.

De hecho, las cifras también señalan que viajamos con más acompañantes que antes de la pandemia. Si en 2019 las reservas en Airbnb de cinco o más viajeros suponían el 37% de las reservas en España, este año han subido hasta el 56%. A nivel mundial, los viajes en familia han pasado del 27 al 33% en el mismo periodo, sobre todo a zonas rurales (un 42% frente al 32%). Incluso hemos viajado más con nuestras mascotas: un 65% más de usuarios marcó esta opción a la hora de elegir alojamiento en el primer cuatrimestre de 2021 respecto al año anterior.

No obstante, a pesar de las buenas cifras de agosto, el sector se mantiene cauteloso. "Todo eso ahora se acaba, la gente vuelve a trabajar y si sigue habiendo restricciones y miedo, el invierno puede quedarse en nada", añade Sotillo. "Aunque estemos mejor, ha habido víctimas", explica Gomila. "Hemos visto el cierre de algunas compañías que se dedicaban a la gestión del uso turístico, y se han transformado en alquiler por temporada. O se han orientado hacia el nómada digital o inversiones para 'coliving', sobre todo en grandes capitales. Ahora habrá que ver dónde estamos a final de año, que nunca tiene el mismo fragor que el verano".

Con el confinamiento, a Paola se le cortó de golpe la base de sus ingresos mensuales. Los dos bajos que tiene en el madrileño barrio de Lavapiés, anunciados en la plataforma Airbnb, completaban sus ingresos como profesora autónoma para empresas, hasta que el virus lo cerró todo. Después de acoger a dos enfermeras que habían venido a Madrid a trabajar en la crisis sanitaria, tuvo que empezar a reinventarse para poder arañar alguna reserva. "Bajé precios y cambié la política de cancelación. Hemos compaginado el turismo con gente que venía a trabajar porque los hoteles estaban cerrados. Pero hasta junio no hemos recuperado la ocupación anterior a la pandemia. Eso sí, con precios todavía más bajos", explica a este diario.

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