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El territorio de Europa en riesgo alto de incendios se ha duplicado en los últimos 50 años
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El territorio de Europa en riesgo alto de incendios se ha duplicado en los últimos 50 años

Desde 1971, la superficie afectada por riesgo meteorológico alto o superior ha pasado de ser el 20% a ser casi el 40% de toda Europa. Pero hay amplias diferencias entre países

Foto: Labores para sofocar las llamas de los incendios en Evros, Grecia, en septiembre de 2023. (Dimitris Alexoudis/EFE)
Labores para sofocar las llamas de los incendios en Evros, Grecia, en septiembre de 2023. (Dimitris Alexoudis/EFE)

Los nombres de países como Portugal, España, Grecia o Italia se repiten todos los años cuando hablamos de grandes incendios forestales. Y es que no hay que echar la vista muy atrás para recordar catástrofes como la del pasado julio en Rodas, isla griega donde se tuvo que desalojar a 20.000 personas. O el incendio de Pedrógão Grande en 2017, en Portugal, en el que fallecieron 66 personas. Que el Mediterráneo es uno de los lugares más afectados por el cambio climático es una realidad, y que también por los incendios forestales es otra.

Pero cada vez hay más países en Europa que sufren riesgo de incendio forestal muy alto o extremo. Para algunos, es un problema al que no se habían tenido que enfrentar antes. En los últimos años, los incendios forestales también se producen con mayor virulencia en países del centro, este y norte del continente. Por ejemplo, 2018 fue un año especialmente malo para Suecia. El riesgo meteorológico de incendio forestal muy alto llegó a cubrir, de media, un 49% del territorio y el de riesgo extremo, un 14% de este. Fue récord en las últimas cinco décadas. Ese mismo año, en julio, se dio también el récord en hectáreas quemadas a lo largo del país, muchas más de las que había ardido cualquier año durante la década anterior.

Europa, en su conjunto, tiene más territorio en riesgo meteorológico muy alto o extremo de incendio forestal del que tenía en 1971. Específicamente, antes había un 20% y ahora hay un 40%. Es decir, poblaciones que antes no sufrían un peligro tan alto —o ninguno— ahora sí lo tienen.

Este índice, el de riesgo meteorológico de incendio forestal, mide cómo de favorable son las condiciones climáticas para que un incendio se expanda. Tiene en cuenta la humedad, el viento, la temperatura y las precipitaciones, pero no incluye otras variables, muy importantes, como la vegetación. Para conocer cuál es el peligro real de incendio, el riesgo meteorológico es solo uno de los componentes. El riesgo “en parte depende del clima, en parte depende del combustible y de su inflamabilidad y también de la humedad que estos tengan”, explica el director del Copernicus Climate Change Service (C3S), Carlo Buontempo.

Si nos centramos solo en la meteorología, tanto el avance de este riesgo en Europa como en algunos países concretos hacen pensar que las condiciones son cada vez peores para controlar los posibles incendios forestales. De hecho, una investigación científica internacional señala la relación entre este aumento de riesgo y el cambio climático. Solo en la cuenca mediterránea, el número de días con riesgo extremo se ha duplicado en los últimos 40 años, explica el estudio. En la misma dirección apunta el informe de la OCDE Managing wildfires in the context of climate change: “El cambio climático está acentuando el riesgo de incendios forestales extremos. La subida de las temperaturas atmosféricas, la variabilidad de las pautas de precipitación, la sequedad del entorno y cambios en los patrones de los vientos y los rayos han acrecentado el riesgo de incendios forestales”.

No se trata solo de que cada vez haya más territorio en riesgo meteorológico o que se haya incrementado con los años. También se dan estas condiciones fuera de lo que consideramos la época de verano tradicionalmente. “La duración de la temporada meteorológica de incendios, que marca el periodo anual en el que las condiciones meteorológicas son propicias para el fuego, también está aumentando en la mayoría de las zonas del mundo. De media, la duración de la temporada de incendios forestales aumentó un 27% en todo el mundo entre 1979 y 2019”, señala el estudio de la OCDE. En Cataluña los bomberos encargados de extinguir los incendios forestales ya están observando este cambio en el patrón a la hora de actuar.

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“Es como una desestacionalización del riesgo, que no solamente está en verano, sino que también hay un incremento de número de servicios distribuido a lo largo del año, también en primavera”, cuenta Etel Arilla, subinspectora del Grupo de Actuaciones Forestales de los Bomberos de Cataluña (GRAF). En Polonia, los bomberos forestales Przemysław Rembielak y Bartosz cuentan una historia similar: “La temporada de incendios ya se ha prolongado, desde febrero. Con la falta de nieve, arden los matorrales bajos y secos, cuando antes, en febrero o marzo, aún había nieve. Ahora, mientras hablamos, hace dos días había 30 grados de temperatura siendo octubre”.

¿Dónde está aumentado más el riesgo?

Hay países en Europa donde el riesgo de incendio forestal muy alto es casi anecdótico. Suiza, Noruega, Irlanda o Finlandia han tenido muy poco territorio bajo este nivel de peligro desde 1971. Otros, sin embargo, han visto como cada vez más parte de su población se encontraba bajo riesgo meteorológico muy alto o extremo. Bulgaria, por ejemplo, ha llegado a tener, en 2022, más de un 70% de su territorio en riesgo muy alto o superior, cuando 50 años antes este porcentaje era del 23%. Algo parecido le ocurre a Bélgica, Francia, Alemania, Albania o Luxemburgo, donde el territorio afectado ha pasado de estar por debajo del 25% en 1971 a superar el 50% el pasado año.

Pero no solo se trata de que haya incrementado la población afectada por este riesgo, también hay más días de riesgo meteorológico muy alto en algunos países europeos. En Albania, por ejemplo, el riesgo meteorológico no solo crece en extensión, sino también en intensidad. Países del centro y este de Europa como Hungría, Moldavia, Rumanía o Serbia han tenido una tendencia creciente en el número de días de riesgo muy alto en los últimos 50 años.

De hecho, fuentes de la Comisión Europea hablan de la relación directa que existe entre el aumento del riesgo meteorológico en Centro Europa con el aumento en los incendios forestales que estamos viendo en los últimos años. El biólogo Ondřej Sedláček, de la Universidad Charles de Praga, explica sobre la situación en la República Checa: “Nos esperan mayores extremos. Por ejemplo, habrá sequías más prolongadas, olas de calor o vientos más fuertes. Por tanto, se prevé que las condiciones climáticas sean más proclives a los incendios forestales”.

Según el informe Advance Report on Forest Fires in Europe, Middle East and North Africa 2022 del Joint Research Centre (JRC) de la Comisión Europea, Rumanía tuvo en 2022 su peor año de la última década en cuanto al número de hectáreas afectadas por los incendios forestales, 162.518 en total. Ardieron más hectáreas en relación con su superficie total que en España, por ejemplo. La mayoría de los incendios ocurrieron en marzo.

Riesgo muy extremo, concentrado en el Mediterráneo

Hasta 2021, el índice de riesgo meteorológico de incendio forestal estaba clasificado en cinco categorías de menor a mayor peligro: riesgo bajo, moderado, alto, muy alto y extremo. A partir de esa fecha se incluyó un nivel más: el riesgo “muy extremo”, para aquellos datos que se encontraban muy por encima de lo que, hasta ese momento, estaban clasificados solo como “extremos”.

Los datos entre 1971 y 2022 muestran que el riesgo muy extremo apareció ya hace años en zonas del Mediterráneo, pero se han ido incrementando con el cambio de siglo. España, por ejemplo, en 2022, batió su propio récord de más territorio en riesgo muy extremo (un 55% del total del país). Lo mismo ocurría en Portugal, con un 43%. O en Grecia, en 2021, con un 37% del país en ese tipo de riesgo. El último informe de World Wide Fund for Nature (WWF) apunta en la misma dirección: “La estrechísima relación entre condiciones meteorológicas extremas e incendios descomunales es más que evidente. Y los escenarios confirmados de cambio climático auguran para todo el Mediterráneo cada vez con más frecuencia situaciones de emergencia: más olas de calor intensas y duraderas, sequías prolongadas y humedades relativas muy bajas”.

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Fuera de España, Portugal, Grecia o el sur de Italia, el riesgo muy extremo de incendio forestal apenas se registra. Francia también ha sufrido este peligro algunos años, aunque en zonas muy concretas del país. O Ucrania, que en 2017 y 2018 llegó a tener, de media, tres días de riesgo muy extremo en más del 30% de su territorio. Sin embargo, hay 14 países de los 36 analizados que no han sufrido un riesgo tan alto en ningún momento de las últimas cinco décadas. Entre ellos se encuentran Bélgica, Suiza, Irlanda, Países Bajos, Lituania o Suecia.

En un esfuerzo por poder prever los incendios forestales que ocurran en Europa, desde la Comisión Europea han realizado una evaluación del peligro de incendio forestal teniendo en cuenta no solo la meteorología, sino también la vegetación o el riesgo de que afecte a zonas habitadas. Así, diferentes zonas de cada país están clasificadas en un nivel de riesgo alto o bajo. Esta herramienta es especialmente importante “dado el aumento potencial del riesgo de incendios forestales en las regiones de clima mediterráneo a causa del cambio climático”, como explica el documento que lo desarrolla.

En los escenarios de aumento de la temperatura, los modelos de predicción contemplan “un notable aumento de los días con peligro de incendio alto a extremo en la península ibérica, Turquía, junto con parte de Grecia y los Balcanes, parte del centro y sur de Italia, y de Francia”. En el peor de estos escenarios, con un aumento de tres grados, en algunas zonas como el sureste de España aumentarían en 40 los días de riesgo meteorológico alto o superior de incendio forestal, lo que podría llevar a incendios aún más devastadores.

Esta investigación ha sido posible gracias a European Data Journalism Network (EDJnet)Pulse aquí para saber más sobre cómo se hizo esta investigación, en Civio. 

Los nombres de países como Portugal, España, Grecia o Italia se repiten todos los años cuando hablamos de grandes incendios forestales. Y es que no hay que echar la vista muy atrás para recordar catástrofes como la del pasado julio en Rodas, isla griega donde se tuvo que desalojar a 20.000 personas. O el incendio de Pedrógão Grande en 2017, en Portugal, en el que fallecieron 66 personas. Que el Mediterráneo es uno de los lugares más afectados por el cambio climático es una realidad, y que también por los incendios forestales es otra.

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