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Los incendios forestales disparan las emisiones de CO₂ en Europa
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Las otras secuelas de las llamas

Los incendios forestales disparan las emisiones de CO₂ en Europa

Francia y España registran las emisiones más elevadas en 20 años como consecuencia de los devastadores incendios sufridos este verano, arruinando sus esfuerzos para reducirlas

Foto: Grandes columnas de humo, en el incendio de Bejís. (EFE/Biel Aliño)
Grandes columnas de humo, en el incendio de Bejís. (EFE/Biel Aliño)

Además de la dolorosa pérdida de vidas humanas, a los elevados daños causados por los incendios forestales en la biodiversidad, los paisajes, las propiedades y las infraestructuras, entre muchos otros, cabe añadir su importante contribución al agravamiento de la crisis climática.

Una contribución negativa por partida doble, ya que, por una parte, perdemos uno de los mayores sumideros de dióxido de carbono (CO₂) del planeta: las cubiertas forestales, y por otra se liberan a la atmosfera altas cantidades de CO₂. Unas emisiones consideradas neutras en el balance total al tratarse de un carbono que el árbol había capturado y fijado previamente en su estructura, pero que de esta manera vuelven al sistema climático, contrarrestando las medidas emprendidas por los diferentes sectores de la economía para reducir las emisiones de gases con efecto invernadero (GEI). Y no estamos hablando de una resta menor.

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Según el informe especial del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), los incendios forestales generan hasta un tercio de las emisiones de carbono de los ecosistemas globales, un fenómeno que intensifica el cambio climático y agrava sus efectos, entre los que cabe destacar el aumento en la virulencia y la capacidad de devastación de los propios incendios forestales: una pescadilla climática que se muerde la cola.

Eso es lo que subraya el último informe del Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS, por su sigla en inglés), en el que se resalta cómo la combinación de las intensas y enlazadas olas de calor y las prolongadas condiciones de sequía que sufre Europa Occidental han dado lugar a ese aumento de los daños causados por los incendios.

placeholder Seguimiento por satélite del incendio de Bejís, en Castellón. (Copernicus)
Seguimiento por satélite del incendio de Bejís, en Castellón. (Copernicus)

Con base en la información aportada por el Sistema Mundial de Asimilación de Datos sobre Incendios del CAMS, que utiliza las observaciones por satélite y el seguimiento de los incendios forestales, las emisiones totales de los incendios forestales registrados en la Unión Europea más el Reino Unido desde el 1 de junio hasta el 31 de agosto de 2022 han sido de 6,4 megatoneladas de carbono: el nivel más alto para estos meses desde el verano de 2007. Estos datos se deben en gran medida a los devastadores incendios forestales en el suroeste de Francia y la península Ibérica. Francia y España registraron las emisiones procedentes de incendios más elevadas de los últimos 20 años.

Las emisiones de CO₂ provocadas por los incendios contrarrestan en buena medida los esfuerzos llevados a cabo para reducirlas

Junto a las enormes cantidades de CO₂ que se liberan durante un incendio forestal, hay que tener en cuenta los efectos negativos provocados por las inmensas columnas de humo que se generan durante la combustión y que agravan los efectos de la crisis climática en la región afectada, multiplicando el riesgo de incendios. Otra pescadilla que se muerde la cola.

Los otros efectos del humo

Más allá de la grave contaminación del aire y los efectos negativos en los cultivos, la revista científica 'Geophysical Research Letters' publicaba hace un tiempo un informe de la Agencia Espacial Estadounidense (NASA) en el que se determinaba que el humo de los incendios forestales provoca la escasez de lluvias en las áreas arrasadas por las llamas, circunstancia que eleva el riesgo de incendio, hace que el fuego adquiera mayor intensidad y se propague con mayor capacidad de destrucción por el desecamiento de la vegetación.

placeholder Las columnas de humo de los incendios agravan el cambio climático. (EFE/Brais Lorenzo)
Las columnas de humo de los incendios agravan el cambio climático. (EFE/Brais Lorenzo)

Según los investigadores, cuando el humo llega a la atmósfera se infiltra en las nubes e impide que se desencadenen los procesos naturales que dan lugar a la lluvia. La comprobación de este fenómeno ha permitido catalogar los incendios forestales como causa, además de efecto, de la crisis climática.

Uno de los ejemplos más claros de esa relación causa/efecto es la intensa sequía que se dio en Indonesia tras los grandes incendios que arrasaron más de millón y medio de hectáreas de selva en 2015. El posterior estudio de las alteraciones de la meteorología provocadas por los incendios demostró que las altas concentraciones de humo habían provocado la formación de las denominadas 'nubes estériles', que impiden de manera directa la lluvia y fueron la causa principal de la grave sequía que sufrió el país tras los incendios.

La suma de los graves impactos en el clima y los daños 'físicos' causados por los incendios debería llevar al Gobierno a emprender medidas de prevención mucho más ambiciosas y eficaces, entendidas también como parte fundamental de la acción climática de nuestro país para contribuir a los objetivos de la UE para alcanzar la neutralidad en 2050.

Además de la dolorosa pérdida de vidas humanas, a los elevados daños causados por los incendios forestales en la biodiversidad, los paisajes, las propiedades y las infraestructuras, entre muchos otros, cabe añadir su importante contribución al agravamiento de la crisis climática.

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