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El libro maldito sobre Shakespeare que Boris escribió a escondidas en horario laboral
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Cuando algo se hace bola

El libro maldito sobre Shakespeare que Boris escribió a escondidas en horario laboral

Al político británico le pagaron un adelanto millonario por escribir un ensayo sobre el autor de 'Hamlet'. Cuando llegó a primer ministro, la finalización del texto se complicó hasta derivar en folletín político y sentimental

Foto: Boris Johnson. (Reuters)
Boris Johnson. (Reuters)

Hay una frase de Shakespeare para cada ocasión: "La vida es una historia contada por un idiota, una historia llena de estruendo y furia, que nada significa".

Y ahora, vamos con un extracto de la vida de Boris Johnson

Febrero de 2020 podría haber sido un mes como otro cualquiera, de no ser porque luego vino marzo (confinamientos coronavíricos).

Boris Johnson empezó a perder el favor de la opinión pública y de la prensa afín por algo que pasó en febrero de 2020 y estalló en marzo.

Foto: Rishi Sunak y Liz Truss, en un momento de un debate televisivo. (EFE/Jonathan Hordle)

Como si la vida de Boris fuera una novela satírica, en un breve lapso de tiempo se concentró el auge y caída de su mandato: en los pocos días que pasaron entre que el Reino Unido certificó su salida de la UE (finales de enero) y el primer ministro se tomó unas vacaciones sorpresa (principios de febrero), cuando Boris se enclaustró 12 días con su prometida en su mansión campestre. Culminado el Brexit, el guerrero populista creía merecer un descanso, pero el retiro derivó en melodrama victoriano.

Inglaterra estaba al borde de su peor crisis de salud pública desde la II Guerra Mundial, pero en febrero de 2020, la vida sentimental de Boris Johnson no era menos convulsa. Esos días hubo cinco reuniones de alta seguridad (Cobra) sobre el virus desconocido, pero Boris se saltó todas ellas, tenía otras cosas en las que pensar: en su divorcio, en el embarazo de su antigua amante (y futura esposa) y en un jugoso contrato editorial que se le había atascado. Poca broma.

Foto: Allegra Mostyn-Owen, primera pareja de Boris Johnson, en Oxford en 1987

Dos meses después, el rotativo conservador 'The Sunday Times' publicó un demoledor reportaje sobre la gestión coronavírica centrado en la escapadita de Boris a la campiña: "Sus ayudantes recibieron una orden esos días: reducir el número de papeles e informes que le pasaban al primer ministro si querían que se los leyera… Boris quizá estaba distraído en asuntos personales... Tenía que preparar a su familia para el anuncio de que Carrie Symonds [su amante desde 2018] estaba embarazada. Boris y Carrie se habían comprometido en secreto meses atrás. Las relaciones de Boris con sus hijos eran tensas desde que se separó de su mujer (la abogada Marina Wheeler), y la grieta familiar se agrandó cuando (a Wheeler) le diagnosticaron cáncer en 2019. Boris también aprovechó sus vacaciones para cerrar el divorcio con Wheeler con un acuerdo judicial. Esos días, algunos ministros y colaboradores murmuraron frustrados que Johnson no estaba liderando suficiente al país", según 'The Sunday Times'.

"No se puede declarar una guerra con el primer ministro ausente (…) Le gustan sus descansos campestres. No está disponible los fines de semana... No parecía estar planeando nada en caso de emergencia. Se comportó exactamente como muchos temían que se iba a comportar", explicó un alto asesor gubernamental a 'The Sunday Times' sobre las vacaciones de Boris con el covid acechando.

El padre de todos los bardos

El primer ministro, en definitiva, andaba esos días despistado con su vida sentimental; le preocupaban los gastos de su divorcio, lo que dio pie a otra teoría sobre su desaparición de 12 días. No fue una luna de miel anticipada con su nueva pareja, sino un intento de acabar de una maldita vez el (lucrativo) libro que tenía atravesado desde hacía siete años: una biografía divulgativa sobre William Shakespeare titulada 'The Riddle of Genius'.

La editorial pagó a Boris medio millón de libras de adelanto: 100.000 del tirón y 400.000 cuando entregara el manuscrito

Boris Johnson era aún el estrafalario pero carismático alcalde de Londres, cuando publicó (2014) una exitosa biografía ligera sobre Churchill. El libro vendió tanto como para que su editorial (Hodder & Stoughton) le ofreciera medio millón de libras por escribir un texto similar sobre Shakespeare. Anunciado el verano de 2015, el nuevo libro se publicaría al año siguiente, coincidiendo con el 400 aniversario de la muerte del bardo de Avon.

El político empezó a escribir. Conocimos la portada del libro (en la que el nombre de Boris, ¡ejem!, aparecía más grande que el de Shakespeare), su fecha de lanzamiento y su prolija sinopsis:

Foto: Campaña del Partido Conservador. (EFE/Neil Hall)

"Una celebración del británico más conocido de todos los tiempos por el ingenioso político y periodista británico con cabeza de mopa" (en serio: la sinopsis describe así el icónico (des)peinado de Boris). Más información sobre lo que Boris tenía entre manos:

1) "Cuatrocientos años después de su muerte, William Shakespeare es más popular que nunca. Con obras traducidas a más de cien idiomas y estudiadas por alumnos de todo el mundo... sigue siendo un fenómeno mundial sin precedentes. ¿Pero por qué? ¿Qué tiene Shakespeare que le ha permitido resistir el paso del tiempo? Con su curiosidad, brío e ingenio característicos, Boris Johnson se propone determinar si el bardo es realmente todo lo que se supone que es... Nos sumerge en las circunstancias en las que Shakespeare alcanzó la mayoría de edad, la arrogancia y el terror del Renacimiento isabelino, con su nueva locura por el teatro y su audaz florecimiento intelectual, bajo la amenaza de la represión. Explora los temas infinitamente intrigantes de las obras y cómo nos hablan a través de los siglos: el sexo ilícito y las luchas por el poder; el fratricidio y el matricidio; las identidades confusas y los adolescentes hormonados; el racismo, los celos, la corrupción política".

placeholder Portada del libro. (Cedida)
Portada del libro. (Cedida)

2) "Boris examina la psicología de los personajes de Shakespeare y sus convincentes tramas que rompen tabúes. Celebra el aprecio del dramaturgo por las mujeres y los papeles que creó para ellas, más plenamente realizados que los que Hollywood produce en masa. Enfoca el ojo astuto de Shakespeare para el giro histórico y el impacto sísmico del cambio. Y, sobre todo, se deleita con nuestra lengua, que aquel maestro poeta enriqueció con al menos 2.500 vocablos nuevos y una ligereza que es un deleite permanente para todos. En este libro alegre y fascinante, Johnson nos recuerda por qué Shakespeare fue realmente un genio, un escritor no solo para su tiempo, sino para todos los tiempos", concluye la sinopsis editorial.

Pero, siete años después, aún no hemos podido leer una sola línea de este libro "alegre", "fascinante" e increíblemente caro por los honorarios de un autor al que se le ha hecho bola.

"Ser un político a tiempo completo significa que no podré completar rápidamente un libro sobre Shakespeare que tengo en preparación"

Los problemas comenzaron cuando Boris fue nombrado (2016) ministro de Exteriores en el gabinete de Theresa May. La editorial anunció un retraso de varios meses por la imposibilidad de terminar el manuscrito rápido por las nuevas obligaciones políticas de Boris. Pero ni rápido ni lento: el ministro Boris volvió a saltarse el nuevo plazo de entrega.

El asunto pareció solucionarse cuando Boris dimitió en 2018, en plena tormenta del Brexit, pero tampoco entonces fue capaz de acabar el libro, y, un año después, su conversión en primer ministro complicó la finalización hasta extremos insospechados.

Durante su campaña para sustituir a Theresa May al frente del país, Boris se refirió así al libro: "No hay duda de que ser un político a tiempo completo significa que no podré completar rápidamente un libro sobre Shakespeare que tengo en preparación. "Esto significa que Shakespeare, injustamente desatendido, ya no recibirá el tratamiento que merece tan pronto como debería. Eso me entristece porque... me encanta escribir sobre él", (por lo que sea, cuando Boris era alcalde de Londres, sí tenía todo el tiempo del mundo para escribir libros por la vía rápida, pues publicó varios durante su mandato, entre ellos, el de Churchill).

No me consta

Volvemos a los sucesos de febrero de 2020.

Cuando arreciaron los rumores de que Boris se había tomado unas vacaciones difíciles de justificar para terminar su libro maldito sobre Shakespeare, su portavoz trató de zanjar las habladurías sin mucho éxito. Preguntado sobre si Boris se había ido al campo (saltándose reuniones de emergencia del covid) para escribir sobre Shakespeare, el portavoz oficial de Boris dijo: "No, el primer ministro ha estado liderando la respuesta a la pandemia en todo momento". Pero al ser preguntado si Boris había dedicado algo de su tiempo en Downing Street a escribir el libro, el portavoz se mostró asombrosamente menos contundente: "No que yo sepa"... Cualquiera que haya visto una serie política británica de chufla, sabe de sobra que ese “no que yo sepa” puede significar perfectamente: "Boris no hace otra cosa que escribir sobre Shakespeare, tocar el banjo y perder el tiempo desde que es primer ministro".

Boris y su entorno, en definitiva, trataron de convencer a la opinión pública de que, durante sus vacaciones, no hizo otra cosa que trabajar para el país. En su retiro campestre, de hecho, Boris participó en una entrevista online ciudadana ('People’s PMQs') sobre su gobierno. Ocurre que, en mitad de una respuesta sobre su gestión, y sin venir en absoluto a cuento, Boris lanzó una larga reflexión sobre, ojo al dato, la relación entre Isabel II, Shakespeare y el personaje de Falstaff. Acabada la lección magistral sobre el bardo, Boris exclamó ufano a los internautas: "¿Qué os ha parecido eso, eh? Apuesto que no lo conocíais. Nadie me había preguntado [sobre Shakespeare], pero he dado esta información absolutamente gratis".

En otras palabras: todo apuntaba a que Boris llevaba varios días enfrascado en Shakespeare y no pudo evitar bromear sobre sus hallazgos con el populacho. ¿Es o no es un titán? Hora de la metáfora: las dificultades para rematar el libro de Shakespeare como espejo de la inconclusa presidencia de Boris, purgado (julio de 2022) por su tendencia a centrarse más en sus cosas que en las de los demás (nada, por otro lado, que los ingleses no supieran cuando le auparon al poder).

Coge el dinero y corre

Se dice que Boris firmó un adelanto de medio millón de libras por el libro de Shakespeare: 100.000 en mano y 400.000 a cobrar cuando entregara el manuscrito. En febrero de 2020, en pleno frenesí sentimental y económico, quizá le entraron prisas por acabarlo, con un divorcio que pagar y una boda en el horizonte que celebrar (nota secundaria pero que resume la psicología del personaje: Boris y Carrie ultimaban ahora los preparativos de una boda de altos vuelos, que la pareja quería celebrar en la residencia estival del primer ministro (Chequers). Según algunos periódicos, Boris se habría resistido a dimitir hasta otoño para poder casarse en Chequers. ¿Cierto? El hecho es que el bodorrio en Chequers ha sido anulado tras el escándalo originado).

Ya tenemos, por tanto, todos los ingredientes para un serial sobre la decadencia de las clases altas británicas. Sinopsis imaginaria: "Mientras el país se cae a cachos, excéntrico primer ministro protagoniza aparatoso culebrón sentimental en suntuosa residencia campestre; entre besos furtivos a damas intrigantes en los jardines, ginebras y partidas de bridge, nuestro prohombre todavía tiene tiempo para escribir una alegre oda a William Shakespeare".

En efecto, si Boris no es la quintaesencia del británico desahogado, ¿quién lo es?

placeholder Boris Johnson saliendo de Downing Street. (EFE/Neil Hall)
Boris Johnson saliendo de Downing Street. (EFE/Neil Hall)

Curtido en el periodismo, Boris se convirtió en una de las plumas conservadoras más populares antes de saltar a la política. Nadie duda de que escribe con ingenio y que su cultura general (estudió filología clásica en Oxford) es considerable. Lo que le falla a Boris es la constancia...

Según desveló a 'The Guardian' uno de los grandes expertos británicos en Shakespeare (bajo la condición de anonimato), el entorno de Boris le contactó para ayudar al político (a cambio de euros) con su libro sobre el bardo. ¿Cómo? El experto tenía que estar disponible para que, cuando Boris tuviera un rato libre, respondiera a sus preguntas sobre Shakespeare en su despacho. Boris reelaboraría luego sus respuestas con su característico estilo florido. Según 'The Guardian', este singular método de documentación (pagarle a un experto la merienda y tirarle de la lengua), fue también el elegido por Boris para escribir sobre Churchill.

Boris está tan blindado folclóricamente que el punto álgido de su carrera pública, quizá esté aún por llegar

Pero también hay buenas noticias: ahora que su partido le ha puesto en la calle, Boris ya tiene tiempo para acabar su libro sobre Shakespeare… y alguno más: se rumorea que podría cobrar un adelanto de un millón de libras por sus memorias como primer ministro. Las editoriales se lo rifan.

En teoría, una purga tan salvaje y humillante como la que ha sufrido él, acabaría con cualquier para una buena temporada (¿cuánto tiempo tendrá que estar Pablo Casado bajo tierra?), pero Boris está tan blindado folclóricamente que el punto álgido de su carrera pública (ahora más en el 'show business' que en la política) quizá esté aún por llegar.

Y hasta aquí una fascinante historia de estruendo y furia, protagonizada por un bribón y que nada significa.

Hay una frase de Shakespeare para cada ocasión: "La vida es una historia contada por un idiota, una historia llena de estruendo y furia, que nada significa".

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