La Eurocámara aprueba el pacto del Brexit pero avisa a UK: no es "un cheque en blanco"
El visto bueno de la Eurocámara ha salido adelante con 660 votos a favor, 5 en contra y 32 abstenciones
En la noche del 24 de diciembre de 2020 la Unión Europea y el Reino Unido llegaron a un acuerdo para las relaciones futuras entre ambos bloques. Un pacto de mínimos, negociado contrarreloj y en un ambiente muy tenso. Pero habían logrado cerrarlo. El trabajo estaba casi hecho. Solo quedaba que el Parlamento Europeo diera su visto bueno al texto, que se ha hecho efectivo este miércoles 28 de abril: la luz verde de la Eurocámara ha salido cómodamente adelante con 660 votos a favor, 5 en contra y 32 abstenciones. Durante los últimos meses, los eurodiputados han estado pasando la lupa al acuerdo, y la aprobación del Parlamento es necesaria para su entrada permanente en vigor, antes del fin del periodo transitorio el 30 de abril. El Brexit, ha concluido el pleno, "es un error histórico", pero el acuerdo "es bienvenido".
La aprobación del texto en una votación del Pleno este martes no ha estado exenta de polémicas. El Reino Unido no ha cumplido su parte del trato en lo que se refiere al Protocolo de Irlanda, clave para evitar la aparición de una frontera dura entre el Ulster (provincia británica) y la República de Irlanda, uno de los elementos centrales del acuerdo de retirada, un primer pacto que entró en vigor en febrero de 2020 y que establece las condiciones de la salida de la Unión Europea, un texto distinto al acordado en diciembre de 2020, que establece las condiciones de las relaciones futuras. Con la confianza bajo mínimos y un aumento de los problemas en Irlanda del Norte, donde se han registrado protestas violentas, han sido muchos los eurodiputados que se han preguntado hasta qué punto había que ofrecer a Londres la aprobación del acuerdo mientras el Gobierno de Boris Johnson no cambiara de actitud en la implementación de lo que ya estaba aprobado.
Esos recelos de muchos miembros de la Cámara hicieron que se retrasara una votación, como una protesta ante las acciones británicas. El Parlamento Europeo no se fía del Gobierno británico y en el debate celebrado este martes por la mañana ha quedado a la vista de todos. Los dos eurodiputados que han coordinado el trabajo para la aprobación del texto por parte de la Eurocámara, el socialista austriaco Andreas Schieder y el popular luxemburgués Christophe Hansen, han señalado que seguirán de cerca la situación. “Queremos jugar nuestro papel en este proceso, mantenernos alerta en los próximos años sobre cómo se implementa el acuerdo”, ha señalado Schieder, mientras que Hansen ha lanzado un aviso a Johnson: esta luz verde no es “un cheque en blanco”.
El acuerdo de relaciones futuras, que establece nuevas barreras comerciales entre el Reino Unido y la UE tras la salida efectiva de Londres del mercado único, entró en vigor de forma provisional el pasado 1 de enero, pero todavía no había sido aprobado para su puesta en marcha completa. Sin embargo, la decisión del Gobierno británico de extender de forma unilateral el periodo en el que permite que los bienes crucen el mar de Irlanda, del Reino Unido a Belfast, sin tener que pasar por los controles que establece el Protocolo de Irlanda, instauró una nueva fase de desconfianza y ha obligado a la Comisión Europea a amenazar con acciones legales.
“Lo que están votando hoy es trascendental por lo que representa y por lo que asegura. Representa la unidad, la responsabilidad y la solidaridad dentro de la UE para proteger los intereses de nuestros ciudadanos y de nuestra Unión”, ha señalado por su parte Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, que por otro lado aseguró a los eurodiputados que se están haciendo progresos con el Gobierno británico en lo que se refiere a la aplicación del Protocolo de Irlanda.
El ambiente ha estado muy lejos de ser festivo. Todo el mundo en Bruselas está cansado del Brexit aunque en los últimos meses ha dejado de estar en primera fila debido a la lucha contra la pandemia y el reparto de las vacunas, pero, incluso así, no se pierde la perspectiva: se trata del primer acuerdo comercial para empeorar una relación y tiene unas bases débiles, acordadas contrarreloj. Es solamente el principio de una larga negociación de décadas con el Reino Unido hasta que se llegue a un nuevo encaje.
También ha estado presente Michel Barnier, el que fue desde 2016 hasta ahora el negociador jefe de la Comisión Europea con el Reino Unido. Con su trabajo hecho, el francés anunció que pasaba a segunda fila. Pero este martes ha vuelto a estar en el centro de los focos y ha recibido una ovación de un Pleno en pie para agradecer al antiguo negociador su trabajo durante los últimos años, manteniendo siempre la calma y centrando su estrategia en la unidad europea. El Brexit “es un fracaso de la Unión Europea y tenemos que sacar lecciones. Nuestro deber es escuchar y entender los sentimientos de los ciudadanos”, ha señalado Barnier.
En la noche del 24 de diciembre de 2020 la Unión Europea y el Reino Unido llegaron a un acuerdo para las relaciones futuras entre ambos bloques. Un pacto de mínimos, negociado contrarreloj y en un ambiente muy tenso. Pero habían logrado cerrarlo. El trabajo estaba casi hecho. Solo quedaba que el Parlamento Europeo diera su visto bueno al texto, que se ha hecho efectivo este miércoles 28 de abril: la luz verde de la Eurocámara ha salido cómodamente adelante con 660 votos a favor, 5 en contra y 32 abstenciones. Durante los últimos meses, los eurodiputados han estado pasando la lupa al acuerdo, y la aprobación del Parlamento es necesaria para su entrada permanente en vigor, antes del fin del periodo transitorio el 30 de abril. El Brexit, ha concluido el pleno, "es un error histórico", pero el acuerdo "es bienvenido".
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