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Jóvenes noruegos demandan a su propio país por exportar gas y petróleo
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HAN LLEGADO HASTA EL TRIBUNAL SUPREMO

Jóvenes noruegos demandan a su propio país por exportar gas y petróleo

Acusan al estado de contribuir al cambio climático al exportar la mayoría de los combustibles fósiles que se consiguen al perforar en sus aguas

Foto: Greenpeace lleva años denunciando las perforaciones petrolíferas en el Ártico
Greenpeace lleva años denunciando las perforaciones petrolíferas en el Ártico

Naturaleza y Juventud (Natur og Ungdom, en noruego) es el nombre de un grupo de activistas medioambientales que han decidido plantar cara a su propio país. Formado por defensores de la naturaleza menores de 25 años, esta organización ha demandado al Gobierno de Noruega por perforar las aguas del Ártico para conseguir gas y petróleo que venden a otros países. Según ellos, están contribuyendo al proceso degenerativo provocado por el cambio climático.

La primera demanda que presentaron en el juzgado fue rechazada porque, según la justicia, Noruega no podía ser considerada responsable de lo que sucediera fuera sus fronteras. Naturaleza y Juventud apeló la decisión, pero se encontró un segundo fallo en contra, aunque con una salvedad: según la justicia, Noruega no contradecía su Constitución, pero sí debería ser responsable de las emisiones que se producen más allá de su frontera.

Este 4 de noviembre, las dos partes se veían las caras en el Tribunal Supremo de Noruega. Naturaleza y Juventud, apoyada por Greenpeace, llevaba su demanda hasta la más alta instancia de la justicia de su país. El Estado, por su parte, trataba de acabar con un litigio que ya dura varios años y que podría poner en peligro la estabilidad del país.

La paradoja noruega

La industria del petróleo es la mayor fuente de ingresos de Noruega. La gran mayoría de esa industria es de titularidad estatal, por lo que los grandes beneficiados de la extracción de recursos naturales son los propios ciudadanos noruegos. Son muchos los que apuntan al petróleo como el artífice del milagro económico del país: pasó de una economía pobre basada en la pesca a ser uno de los países más ricos del mundo. De hecho, Noruega posee el primer fondo soberano del mundo con inversiones en todos los sectores.

Foto: El objetivo es frenar los efectos del vertido de crudo y limpiar la zona lo antes posible (EFE EPA/Maxar Technologies)

Emma Bugge Gjerdevik tiene solo 17 años, pero es la líder local de Naturaleza y Juventud de Stavanger. Esta ciudad es hoy una de las más ricas de Noruega gracias al petróleo que se descubrió frente a sus costas en 1969. Emma explica a la BBC que "es imposible no conocer a alguien que trabaje en el petróleo. Las únicas fuentes de información que tienes cuando eres pequeño son la escuela y tus padres, que a menudo trabajan en la industria petrolera. Nadie habla sobre las consecuencias del petróleo".

Sin embargo, no todo el mundo opina como Emma. la primera ministra Erna Solberg aseguró este mismo verano que "la industria del petróleo ha sido uno de los principales motores de la economía noruega durante más de 50 años. Si perdemos el potencial de crecimiento de esta industria, también perderemos gran parte del impulso de la transformación de Noruega".

Poco más de la mitad de la población de Noruega apoya las perforaciones en busca de petróleo, a pesar de ser su mayor fuente de ingresos

Hilde-Marit Rysst es la líder de un sindicato de los trabajadores del petróleo, que defienden su trabajo: "La energía verde aún no está lista para satisfacer todas nuestras necesidades. Durante mucho tiempo, las energías renovables tendrán que ir de la mano de los combustibles fósiles. Los jóvenes están ansiosos e impacientes, pero tenemos que ir paso a paso". El fallo del Tribunal Supremo puede marcar un antes y un después en el futuro de Noruega.

Naturaleza y Juventud (Natur og Ungdom, en noruego) es el nombre de un grupo de activistas medioambientales que han decidido plantar cara a su propio país. Formado por defensores de la naturaleza menores de 25 años, esta organización ha demandado al Gobierno de Noruega por perforar las aguas del Ártico para conseguir gas y petróleo que venden a otros países. Según ellos, están contribuyendo al proceso degenerativo provocado por el cambio climático.

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