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Al político más radical de la UE se le han limado los cuernos: ni 'Nexit' ni prohibir el islam
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¿Es un lobo con piel de cordero?

Al político más radical de la UE se le han limado los cuernos: ni 'Nexit' ni prohibir el islam

La agenda que prometía el político ultraderechista neerlandés en campaña se ha desinflado ante su falta de apoyos para encumbrarse como primer ministro

Foto: Geert Wilders (PVV) es el líder de la extrema derecha neerlandesa. (EFE/Phil Nijhuis)
Geert Wilders (PVV) es el líder de la extrema derecha neerlandesa. (EFE/Phil Nijhuis)
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Geert Wilders se está quedando sin programa electoral. O al menos sin la parte que más le definía como líder de un partido de extrema derecha. Ya no quiere prohibir el Corán, cerrar mezquitas y escuelas islámicas. Tampoco quiere sacar a los holandeses de la Unión Europea. Y está dispuesto a ayudar a Ucrania en la guerra contra Rusia. Porque, por encima de todo eso, quiere ser primer ministro de todos los holandeses, independientemente de su religión y origen. ¿Se ha "ablandado" desde las elecciones generales de noviembre? ¿Es un lobo con piel de cordero, como lo califican sus rivales políticos? ¿O quizás el poder corrompe y está dispuesto a renunciar a sus ideales para formar gobierno?

La última sorpresa que ha dado ha sido comunitaria. El Partido por la Libertad (PVV) dice seguir preocupado por la influencia que tiene la Unión Europea en sus Estados miembros, pero no impulsará la celebración de un referéndum sobre la permanencia de Holanda en el bloque de los 27, su propuesta estrella desde hace años. Su campaña de cara a las elecciones europeas de junio se centrará en atraer votantes para que el partido de extrema derecha entre al Parlamento Europeo, y una vez allí, Wilders quiere trabajar para "desmantelar" o, al menos reducir, el poder de la UE. "Todos nuestros socios y partidos hermanos en la Unión Europea han elegido tratar todo posible de erosionar el poder de la UE desde dentro", ha dicho a los periodistas.

La otra explicación: es consciente de que el público holandés ya no apoyaría un nexit. Wilders había aumentado la retórica para celebrar un referéndum sobre la permanencia en la UE después de que el público británico votara a favor de salir de la Unión en un plebiscito en junio de 2016. Por esas fechas, las encuestas holandesas indicaban que un 53 % del electorado holandés estaba en contra de tal iniciativa en Países Bajos. Para 2019, solo el 15 % de los holandeses pensaba que sacar al país de la UE sería una buena idea. A pesar del panorama social, el PVV incluyó la idea de un nexit incluso en su programa para las elecciones holandesas de noviembre pasado. Decía que el partido quería una "Holanda soberana" que estuviera "a cargo de su propio dinero, sus propias fronteras e hiciera sus propias normas". Su argumento era que la UE es innecesaria y acumula cada vez más poder.

En esas elecciones, que tuvieron lugar hace poco más de cuatro meses, Wilders arrasó. Su partido se hizo con 37 escaños. El Congreso holandés tiene en total 150 escaños y están representados unos 15 partidos. Así que la extrema derecha es, con mucha diferencia, el partido más grande de la Cámara. Le sigue un bloque de izquierdas formado por los verdes y los socialdemócratas GL-PvdA, que encabeza el excomisario europeo Frans Timmermans. A pesar del gran número de votos que ha logrado Wilders, solo el 36 % de quienes le votaron están realmente a favor de un nexit, según varias encuestas posteriores a los comicios de noviembre. "Dejar la Unión Europea ya no es lo que queremos", se rindió. Si no hay apoyo público, lo más inteligente es "hacer esto de otra manera", sentenció Wilders.

Foto: Geert Wilders, después de las elecciones parlamentarias del 22 de noviembre. (EFE/Remko De Waal)
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Pero no ha cambiado de postura, dice. La "cooperación económica intensiva" beneficia a Holanda y prefiere que el PVV "trabaje duro para cambiar la UE desde dentro". Quiere "conservar y proteger" la soberanía holandesa y no piensa ceder en cuestiones migratorias y de asilo. Quiere que Holanda tenga un trato de excepción para que pueda decidir sobre sus políticas migratorias sin intervención de la UE. La semana pasada, el propio Congreso holandés le advirtió de que un nexit tendría un impacto "destructivo" para este país y debilitaría su estatus internacional. También le dijeron los diputados que una Europa dividida y el caos político solo benefician a Rusia en su enfrentamiento continuo con Países Bajos, la UE y la OTAN. Así que en su programa electoral aboga por "cooperar con personas afines" y poner fin a los "sueños eurófobos".

Una mayor tolerancia de Wilders hacia la UE no es la única novedad. La extrema derecha apoya de forma mucho más clara a Ucrania en su guerra contra "el agresor ruso". Eso es un paso muy grande, viniendo de Wilders. Desde 2022, no ha hecho más que criticar y vetar las ayudas a Kiev desde Países Bajos y la UE. En su programa, no pone cifras a lo que le gustaría invertir en ayudar al país en la guerra, ni cómo quiere hacerlo, pero si apoya la cooperación europea en defensa. No quiere oír hablar de un Ejército europeo, ni de una especie de comisario europeo para temas de Defensa. Cooperación europea, sí, pero no en el marco de la UE.

Foto: Unos operarios quitan un cartel del líder del Partido por la Libertad (PVV), Geert Wilders, tras su victoria electoral. (EFE/Robin Utrecht)

Las críticas al islam, la bandera de Wilders desde 2008, tampoco encabeza su programa. En las anteriores elecciones europeas, en 2019, y en las generales holandeses de noviembre, el PVV tenía toda una página dedicada a esta cuestión. Decía que esta religión es un problema y una amenaza a los valores holandeses, que la UE era culpable de lo que llama "la islamización" de la población europea, y que la identidad nacional de Países Bajos tenía que ser la prioridad. No verter odio sobre el islam en su programa no significa que haya cambiado de opinión tampoco, insiste. Dice que, "intrínsecamente", le sigue pareciendo una religión "reprobable, odiosa y violenta" contra la cual siempre luchará, pero que es "evidente" que su partido ha declarado que respetará el Estado de derecho de ahora en adelante. Que como la Constitución recoge la libertad de credo, no le queda de otra más que respetarla "al 100 %" si quiere "participar en un gobierno nacional".

A pesar de haber ganado las elecciones, Wilders no tiene mayoría suficiente para formar un gobierno en solitario. Necesita aproximadamente otros tres partidos más, pero nadie quiere quemarse los dedos y llegar a acuerdos con él. Como una repetición electoral incluye el riesgo de que el PVV gane incluso con aún más apoyos, tampoco quieren forzar este escenario. Así que tres partidos de centroderechas está en plenas negociaciones de gobierno con él, pero le han obligado a renunciar a su aspiración a ser primer ministro de ese futuro gobierno (también se comprometieron a esto los líderes de los otros tres partidos), y también le han hecho firmar algún que otro compromiso democrático. Sobre todo, documentos donde asegura que respetará el Estado de derecho y los derechos fundamentales. Es decir, están haciendo todo lo posible para no parecer que van a gobernar con la extrema derecha, pero gobernando con la extrema derecha. No quieren volver a las urnas, pero tampoco asustar a la parte de su electorado que no acepta a Wilders.

"Para preservar la libertad, debes ser intolerante con las personas o ideas que son intolerantes"

Los demás rivales políticos han mostrado más bien su escepticismo hacia este supuesto cambio de imagen. Timmermans fue el más duro. Dijo que Wilders tiene principalmente una "imagen distorsionada" de la libertad. "Durante veinte años, ha dicho que solo podemos ser libres si restringimos la libertad de un millón de holandeses. Que no le conceda a los musulmanes la libertad de religión, ni les permite tener lugares de culto o libros sagrados. Eso es libertad para una parte de la población, basada en la falta de libertad de otra parte de la población", le echó Timmermans en cara en un debate parlamentario. "Para preservar la libertad, también debes ser intolerante con las personas o ideas que son intolerantes", le contestó Wilders. "Tú has hecho de la intolerancia tu marca registrada. Has apartado a un millón de personas que no representan ninguna amenaza a nuestro Estado democrático de derecho", le acusó Timmermans. Aún no hay fecha ni garantías de ese nuevo gobierno, pero los posibles socios de Wilders sí quieren, al menos en la apariencia, ponerle límites, sin obviar la democracia. Ha ganado las elecciones y no se le puede ignorar más.

Geert Wilders se está quedando sin programa electoral. O al menos sin la parte que más le definía como líder de un partido de extrema derecha. Ya no quiere prohibir el Corán, cerrar mezquitas y escuelas islámicas. Tampoco quiere sacar a los holandeses de la Unión Europea. Y está dispuesto a ayudar a Ucrania en la guerra contra Rusia. Porque, por encima de todo eso, quiere ser primer ministro de todos los holandeses, independientemente de su religión y origen. ¿Se ha "ablandado" desde las elecciones generales de noviembre? ¿Es un lobo con piel de cordero, como lo califican sus rivales políticos? ¿O quizás el poder corrompe y está dispuesto a renunciar a sus ideales para formar gobierno?

Ámsterdam Geert Wilders
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