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Maduro termina de devorar la democracia en Venezuela y a nadie le importa
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"No veo que haya ninguna amenaza"

Maduro termina de devorar la democracia en Venezuela y a nadie le importa

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha fulminado a la única candidata que le podía hacer frente en las presidenciales

Foto: El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. (Reuters/Leonardo Fernandez Viloria)
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. (Reuters/Leonardo Fernandez Viloria)

Venezuela ha entrado en un escenario político incierto tras la inhabilitación de la líder opositora, María Corina Machado, para presentarse a las elecciones presidenciales que deben tener lugar en algún momento de este año. Existía un acuerdo entre el Gobierno de Nicolás Maduro y sus detractores, firmado en octubre en Barbados, para permitir esos comicios sin candidatos vetados, a cambio del levantamiento de sanciones de EEUU.

Washington cumplió su parte, pero Caracas no. Ahora queda en muchos venezolanos la sensación de que Maduro ya puede hacer lo que le dé la gana, a pesar de una abrupta bajada de su popularidad, después de que ninguna sanción haya hecho siquiera tambalearse al Ejecutivo, con la calle desactivada y un contexto internacional considerablemente menos hostil.

"En este momento yo no veo que haya ninguna amenaza, ni externa ni interna, contra el régimen de Maduro, y por eso creo que la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) contra Machado no va a significar una derrota para el Gobierno de Maduro, en el sentido de que no lo va a hacer retroceder", comenta a El Confidencial Trino Márquez, doctor en Ciencia Política de la Universidad Central de Venezuela. "Es una decisión que debilita, aísla y hace todavía más impopular al Gobierno de Nicolás Maduro, pero eso no significa que se vaya a debilitar y que deba hacerle concesiones a la oposición", acota el analista.

Machado ganó abrumadoramente, con el 92% de los votos, las primarias opositoras de octubre. Fue inhabilitada por su supuesta relación con hechos corruptos acaecidos en el seno de la presidencia interina del opositor Juan Guaidó. Para el chavismo no representa una violación del acuerdo de Barbados.

Foto: Tribunal supremo de venezuela ratifica inhabilitación de la opositora maría corina machado

"Hay una voluntad de cambio y esa voluntad de cambio para la gente, para la mayoría, se quiere expresar a través del voto. El chavismo puede dinamitar las elecciones impidiendo la participación de Machado y forzando a que la oposición nombre un candidato designado, a dedo... con lo cual digamos quebraría el momento que hay de respaldo popular a la acción de cambio", considera el periodista y analista Andrés Cañizález.

"El problema que tiene Maduro es que en este año 2024 la Constitución señala que tiene que haber elecciones presidenciales y para poder ganar va a tener que hacer un megafraude, más del 80% quiere un cambio", advierte, por su parte, Óscar Arnal, profesor de Derecho Constitucional de la UCV.

"Con Maduro en el poder y optando a una nueva reelección es imposible pensar en elecciones libres y justas. Sin embargo, en unas elecciones medianamente competitivas o semicompetitivas también pierde Maduro abrumadoramente. Por eso, la oposición no puede caer en el camino de la confrontación o el golpismo, sino que tiene que insistir en la ruta electoral", considera el analista.

EEUU ha respondido al desafío de Caracas cancelando las licencias al sector del oro y avisando que no renovará las petroleras, que expiran el próximo 18 de abril, si Machado no es habilitada.

Sin embargo, numerosos analistas consideran que esas advertencias, incluso en el caso de cumplirse, no influirán en la decisión del Gobierno de Maduro, que ha sobrevivido durante años a unas sanciones, además, extremadamente dañinas e impopulares para una mayoría de los venezolanos de cualquier signo político, y criticadas, además, por un buen número de oenegés que ni siquiera son sospechosas de ser afines a Caracas.

"El Gobierno ya ha sobrevivido varios años con las sanciones. No los afectó, sino que más bien fortaleció la economía ilícita en Venezuela y al mismo tiempo el Gobierno logró posicionar, especialmente en el chavismo, la idea de que no se podían aumentar los salarios por la crisis. Todo eso estaba relacionado con las sanciones. No es una narrativa que le compre todo el mundo, pero los sectores que le apoyan, las bases, más pobre, más dependiente del Estado, leen esto desde el prisma de que Washington los está atacando", asegura Cañizález, que duda también de la voluntad de EEUU de volver a las sanciones más duras.

"Yo la percepción que tengo es que el gobierno de Joe Biden ha querido quitarse de encima el tema de las sanciones, de Venezuela, desde hace rato, como si fuera uno de la política exterior de EEUU porque heredó el tema de las sanciones y otras decisiones que vienen de la época de Donald Trump", dice.

Foto: El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. (EFE)

También la Unión Europea (UE) ha relajado su postura en un contexto internacional muy exigido por los conflictos en Ucrania y Gaza, especialmente en el tema energético. La española Repsol, la italiana Eni y la estadounidense Chevron, que duplicó su producción, según la agencia Bloomberg, tienen operaciones petroleras en el país sudamericano y Washington necesita ese crudo para disminuir los precios del petróleo.

La estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) está impulsando exportaciones directas a puertos de EEUU, ayudando a controlar el costo del oro negro y, por ende, algunos analistas creen que si Washington restablece finalmente las sanciones al sector, podrían ser muy limitadas.

Además, en un reciente canje de prisioneros, Caracas logró su mayor objetivo, la liberación de Alex Saab, preso hasta hace unas semanas por EEUU por corrupción y calificado en Washington como el testaferro de Maduro. Fue una tremenda victoria para el Gobierno de Maduro. "Y a todo esto se une el empantanamiento del tema migratorio, especialmente en un año electoral en EEUU que, si bien no es importante en parte del territorio, sí va a ser crítica en Estados clave como Florida y Texas", recuerda Cañizález.

Foto: Irfaan Ali, presidente de Guyana y el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, acordaron no recurrir a la fuerza, pero la tensión continúa. (EFE/Miraflores)

Parte importantísima de la reciente ola migratoria a EEUU es de venezolanos, mayoría entre quienes duermen a la intemperie en ciudades como Nueva York, que incluso está pagando hoteles a parte de los recién llegados para capear la crisis.

La vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, ya ha avisado que Caracas impedirá el aterrizaje de los vuelos de deportación de sus conciudadanos a partir del 18 de febrero si EEUU persiste en su intención de restablecer sanciones.

No es un tema en absoluto baladí y supone un as en la manga del madurismo para presionar. Los vuelos le han servido a Biden para demostrar que sí está haciendo algo en cuestión migratoria, aunque sean más simbólicos que otra cosa, según algunos analistas, debido a la gran cantidad de venezolanos que ingresan sin papeles a EEUU todos los días, y hayan sido considerados como violatorios de los derechos humanos por varias oenegés. Además, la ola de victorias de izquierda en América Latina ha cambiado el equilibrio de fuerzas regional. Maduro no afronta ahora ni siquiera una porción de la presión que provenía hace apenas cinco años de sus vecinos.

"Maduro no afronta ahora ni siquiera una porción de la presión que provenía hace apenas cinco años de sus vecinos"

Los Gobiernos de México, Brasil y Colombia ni siquiera se han referido a la inhabilitación de Machado hasta la fecha. Especialmente los presidentes de los dos últimos países creen que consiguen más dialogando con Maduro. Lula da Silva recientemente logró apaciguar la posición venezolana con respecto al conflicto con Guyana por la región del Esequibo que amenazaba la estabilidad de sus propias fronteras. El colombiano Gustavo Petro ha llegado a firmar acuerdos económicos con Caracas muy beneficiosos para las arcas de su país e, independientemente de su opinión sobre el Gobierno venezolano, se arriesgaría a perder esos réditos en el hipotético caso de que quisiera confrontar.

Todos ellos, además de Chile, Perú y Ecuador, afrontan problemas internos por la ola de llegada de venezolanos y son conscientes, como denuncian las oenegés, que las sanciones han espoleado la salida de Venezuela de cientos de miles de personas. "Maduro tiene además aliados muy poderosos en el mundo. Rusia, China, Irán y en menor medida Turquía. Las sanciones que adopte EEUU podrían ser evadidas o en todo caso reducidas por el apoyo de estas grandes potencias mundiales, a las cuales les interesa que Venezuela se mantenga alejada de EEUU", considera Márquez.

Foto: Urnas electorales en Venezuela en una imagen de archivo. (EFE/Henry Chirinos)

La migración, además, también ha debilitado a la misma oposición venezolana. Más de siete millones de venezolanos de los 30 que tiene el país viven ahora en otros lugares del globo, y entre ellos están parte importante de las bases y los antiguos estudiantes que protagonizaron las protestas de 2014, 2017 y 2019.

La calle está desactivada, y prácticamente ningún analista cree que puedan darse manifestaciones masivas en los próximos meses, protestas que, en cualquier caso, también sorteó el Gobierno en numerosas ocasiones en los últimos 25 años.

"Es muy difícil que vuelvan a producirse protestas masivas. Primero porque los instrumentos organizativos de la sociedad han desaparecido o están muy amenazados y muy golpeados. Los sindicatos y los gremios están en la práctica desmantelados. Igual ocurre con las oenegés, muchas de ellas están siendo perseguidas y hostigadas, todas amenazadas por el Gobierno", asegura Márquez, quien destaca, además, el temor a expresarse en protestas.

El Gobierno ejerce una represión muy fuerte en los sectores más populares y pobres del país. Hay un enorme miedo en la población

"El Gobierno ejerce una represión muy fuerte en los sectores más populares y pobres del país. En los barrios la policía actúa con mucha fuerza y también algunos grupos paramilitares y colectivos que son armados por el Gobierno. Hay un enorme miedo en la población a ser reprimida", considera el analista.

La situación a corto plazo no es fácil de prever. Algunos politólogos piensan que la oposición seguirá insistiendo en la opción de Machado unas semanas o meses pero, eventualmente, tendría que apostar por otro candidato. Muchos creen, eso sí, que las formaciones contrarias a Maduro están decididas a apostar por la vía electoral ante el manifiesto fracaso pasado de las otras vías para cumplir sus objetivos. Otros aseguran, sin llegar a pedir la insurrección, que lo único que afectaría al Gobierno sería una pérdida paulatina del apoyo militar". El Gobierno, si bien quiere que haya comicios, no va a organizar unas elecciones para perderlas", destaca Cañizález ante el complicado panorama político de su país.

Venezuela ha entrado en un escenario político incierto tras la inhabilitación de la líder opositora, María Corina Machado, para presentarse a las elecciones presidenciales que deben tener lugar en algún momento de este año. Existía un acuerdo entre el Gobierno de Nicolás Maduro y sus detractores, firmado en octubre en Barbados, para permitir esos comicios sin candidatos vetados, a cambio del levantamiento de sanciones de EEUU.

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