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Golpe al petróleo ruso: la estrategia de Ucrania para ralentizar las operaciones en el frente
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Golpe al petróleo ruso: la estrategia de Ucrania para ralentizar las operaciones en el frente

Ucrania ha atacado durante este mes de enero varias instalaciones petroleras para boicotear las exportaciones rusas y los avances de las tropas del Kremlin en el frente

Foto: Bomberos extinguen el fuego tras la explosión de una instalación de petróleo en Bryansk por un ataque ucraniano. (EFE)
Bomberos extinguen el fuego tras la explosión de una instalación de petróleo en Bryansk por un ataque ucraniano. (EFE)

La industria petrolera de Rusia ha tenido que dar muchas explicaciones en las últimas semanas. Desde mediados de enero, se han repetido las imágenes y vídeos de columnas de fuego en depósitos de petróleo por los ataques que Ucrania está llevando a cabo contra la infraestructura. En la petrolera Rosneft, ubicada en la región de Bryansk, cerca de la frontera con Ucrania, el impacto de los drones provocó que la planta detuviera temporalmente su producción y labores de procesamiento.

Asimismo, Lukoil, el segundo mayor productor de petróleo de Rusia, paralizó una unidad en Norsi, la cuarta refinería más grande de Rusia, situada cerca de la ciudad de Nizhny Novgorod, a unos 430 kilómetros al este de Moscú, tras un "incidente". El viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, indicó que los trabajos de reparación tardarían entre un mes o un mes y medio.

En total, las fuerzas de Kiev han intentado boicotear la infraestructura rusa en siete ocasiones. "Ucrania está atacando profundamente Rusia y continúa atacando instalaciones que no solo son importantes para la economía rusa, sino que también proporcionan combustible a las tropas enemigas. Habrá muchas sorpresas, el trabajo sistemático continúa", dijo una fuente del Servicio de Seguridad del país (SBU) a Politico.

La estrategia, según la fuente, es boicotear las exportaciones rusas, aunque forma parte de un plan mucho más amplio para intentar frenar el avance de las tropas rusas en el frente. "Es lógico que la industria petrolera sea un objetivo. Los productos refinados no solo alimentan los tanques rusos, sino que también proporcionan a los rusos ingresos para financiar la guerra. La suspensión del funcionamiento de las instalaciones de refinado perturbará la logística militar, ya que las fuerzas armadas se encuentran entre los mayores consumidores de combustibles para motores y aviones", dijo Olena Lapenko, experta en seguridad energética del Grupo DiXi —un grupo de expertos ucraniano—, a El Confidencial.

La contraofensiva ucraniana no ha obtenido los resultados esperados y en frentes como el de Avdiivka, la tensión aumenta cada vez más. Las fuerzas rusas han conseguido varios avances alrededor de la ciudad desde principios de octubre y la semana pasada, lograron hacer una incursión en la zona sur. Con túneles de drenaje, lograron traspasar las defensas ucranianas y tenderles una emboscada.

Las tropas de Kiev están intentando retener el avance de las tropas del Kremlin y evitar que lleguen a la ciudad, donde todavía viven cerca de 1.000 personas. Por ahora, no se han destruido las líneas de suministro que llegan al centro de Avdiivka, pero Rusia ha convertido este frente en una de sus prioridades en este momento de la guerra.

En mitad de las operaciones ofensivas de Rusia, es difícil que los ataques contra la industria petrolera puedan tener un impacto sustancial en el frente. Sin embargo, son una de las tácticas que están utilizando las tropas de Ucrania, como los intentos de volar depósitos de municiones y oleoductos.

A finales del año pasado, un grupo de soldados colocaron cuatro explosivos en un tren de carga ruso que transportaba diésel y combustible para los aviones. El ataque contra una línea ferroviaria rusa en Siberia fue reivindicado por Ucrania y, más allá de las implicaciones logísticas, fue importante porque tuvo lugar a miles de kilómetros del frente ucraniano. En un momento en el que Kiev está sufriendo escasez de munición y de tropas para recuperar la iniciativa sobre el terreno, ha recurrido cada vez más a este tipo de tácticas "de guerrilla" para intentar boicotear y ralentizar las operaciones militares rusas.

Foto: El vapor de las chimeneas de las centrales térmicas se eleva sobre los rascacielos del Centro Internacional de Negocios de Moscú. (Reuters/Maxim Shemetov)

A pesar de las imágenes de columnas de fuego en las refinerías de petróleo, sus construcciones son muy robustas y resistentes a los bombardeos aéreos por sus equipos contra incendios. Es muy difícil que un dron consiga destruir toda una instalación, aunque sí es posible provocar daños en alguna unidad y que sea necesario suspender temporalmente las operaciones por motivos de seguridad.

En el caso de los ataques en los centros de Ust-Luga y Tuapse, se reanudaron las operaciones inmediatamente después del ataque con dron, pero con un rendimiento reducido. "Pero cualquier tipo de destrucción es una pérdida, y no diría que el daño es insignificante. Bloomberg ya calculó que la semana pasada Rusia redujo el suministro de petróleo crudo por mar en 250.000 barriles por día, debido a trabajos de reparación en la terminal Ust-Luga", sostiene Olena Lapenko. "También hay que señalar que el equipo dañado estaba hecho a medida para una refinería específica y en su mayoría de proveedores occidentales, por lo que cualquier restauración sería difícil en caso de sanciones. La búsqueda de sustitutos llevará tiempo, lo que hará que la recuperación de las capacidades rusas sea más larga de lo esperado", añadió.

Más allá de los daños que pueden causar los ataques, su alcance pone de relieve el peligro que corren otras refinerías. Si los drones, con no más de cinco kilogramos de explosivo, lograron llegar hasta el territorio ruso que está a más de 950 kilómetros de la frontera con Ucrania, en ese tramo hay más de 18 instalaciones que son posibles objetivos.

Todo pasa por los drones

Estas operaciones en territorio ruso han expuesto uno de los principales objetivos de Ucrania para 2024. "Estos ataques con aviones no tripulados contra depósitos de petróleo en los mares Báltico y Negro nunca serán detenidos. Rusia no puede detenerlos. Aún podrá exportar petróleo y gas por tierra a través de Asia o del Océano Ártico, pero los días de exportación de Rusia utilizando los mares Báltico y Negro están a punto de terminar", apunta Jake Broe, veterano del Ejército de Estados Unidos y exoficial de Operaciones Nucleares y de Misiles.

Olga Lapenko añadió en entrevista con este periódico que los ataques con drones son fundamentales para debilitar las capacidades económicas del Kremlin. Desde febrero de 2022, el Gobierno de Vladímir Putin ha ganado casi 600.000 millones de euros por las exportaciones de recursos energéticos, el 68% de los cuales es petróleo, según datos citados por la experta. "Es decir, los ataques con aviones no tripulados son capaces no solo de alterar parte de la logística militar debido a la destrucción de las reservas de combustible, sino también de reducir los ingresos del presupuesto ruso, en el que la proporción de gastos militares, según datos ucranianos, alcanzará más del 50% y alrededor del 21% del PIB en 2024", detalla.

Mientras Ucrania intenta definir su estrategia contra Rusia más allá del frente, el Ejército del Kremlin ha conseguido más proyectiles, misiles, vehículos blindados y aviación. Kiev, por el contrario, está racionando el uso de artillería a medida que las ayudas occidentales por parte de Estados Unidos y la Unión Europea penden de un hilo.

Foto: Voluntarios ucranianos apuestan por producir drones. (EFE)

Posiblemente, en uno de los pocos ámbitos en los que Ucrania tiene ventaja es en la producción de drones. Rusia también los utiliza, pero las tropas ucranianas han desarrollado un modelo con el que pueden volar largas distancias y atacar objetivos en lo más profundo del país.

Además, a nivel operativo, los ataques con drones dentro de Rusia han obligado a las tropas a trasladar una parte de la defensa aérea de la línea del frente para defender las ciudades cercanas a la frontera con Ucrania. Al respecto, el Institute for the Study of War (ISW) sostuvo en un informe reciente que el Kremlin está reestructurando varios aspectos de sus defensas aéreas en zonas alejadas de la frontera. "El medio ruso Kommersant informó el 29 de enero que el Ministerio ruso de Desarrollo Digital ordenó a las autoridades rusas en los óblast de Leningrado, Novgorod y Pskov bloquear la conexión a Internet 4G LTE hasta el 30 de enero para que los funcionarios rusos puedan ‘afinar la defensa aérea y los sistemas antidrones", reza el informe.

Los ataques de Ucrania contra la infraestructura en Rusia recuerdan a los que lanzó Moscú sobre varias ciudades contra el sistema eléctrico ucraniano. Con el objetivo de desmoralizar a la población y utilizar el invierno como un arma, miles de personas se quedaron sin luz ni calefacción en los últimos meses de 2022. Pero Ucrania logró finalmente conseguir los repuestos suficientes como para restablecer una parte de la infraestructura y facilitó transformadores para una gran parte de la población, así como proteger sus cielos con los sistemas de defensa aérea suministrados por Occidente. Ahora es la infraestructura energética de Rusia la que está en el punto de mira, y necesita encontrar una estrategia para afrontarla.

La industria petrolera de Rusia ha tenido que dar muchas explicaciones en las últimas semanas. Desde mediados de enero, se han repetido las imágenes y vídeos de columnas de fuego en depósitos de petróleo por los ataques que Ucrania está llevando a cabo contra la infraestructura. En la petrolera Rosneft, ubicada en la región de Bryansk, cerca de la frontera con Ucrania, el impacto de los drones provocó que la planta detuviera temporalmente su producción y labores de procesamiento.

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