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En Islandia estalla un volcán y nadie mueve una ceja: "Aquí nadie tiene cara de emergencia"
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En Islandia estalla un volcán y nadie mueve una ceja: "Aquí nadie tiene cara de emergencia"

Este lunes ha entrado en erupción el volcán cercano a la ciudad de Grindavík, pero nadie ha entrado en pánico. Una española en el país y una vulcanóloga local explican por qué

Foto: Erupción el volcán cerca de la ciudad de Grindavík, en Islandia. (EFE/Anton Brink)
Erupción el volcán cerca de la ciudad de Grindavík, en Islandia. (EFE/Anton Brink)

Este pasado lunes, a las 22:17, un volcán entraba en erupción en Islandia, a unos tres kilómetros al noreste de la ciudad de Grindavík y a 60 kilómetros de la capital, Reikiavik. Las imágenes de la grieta terrestre, de unos cuatro kilómetros de largo, de la marea de lava y de la columna de humo han dado la vuelta al mundo. Sin embargo, en el país no reinó el pánico. La población de Reikiavik ha amanecido este martes como si nada hubiera pasado.

"La gente pasea con sus hijos por la calle y compra en los supermercados. Es un día normal y ni siquiera se comenta tanto, más allá de decir 'mira qué foto más bonita'. Se mandan vídeos más que nada admirando el poder de la naturaleza", explica Otilia Martín, una española que vive en la capital islandesa desde 2010.

La erupción del volcán no ha sido del todo inesperada. Desde finales de octubre se empezó a registrar una actividad sísmica que era la antesala del despertar de la estructura geológica. Desde ese momento, se empezaron a tomar medidas para evitar el desastre, como la evacuación de la población de Grindavík. Horas después del estallido del volcán, la Oficina Meteorológica de Islandia anunció que la intensidad había empezado a disminuir, aunque el alcance de la lava es todavía impredecible.

Las autoridades islandesas decretaron el estado de emergencia, pero esta medida no ha hecho mella en la sociedad. "Han seguido el protocolo estándar, pero aquí están muy preparados para esto. Estamos en estado de emergencia, pero los ciudadanos no tienen cara de emergencia", afirma Martín desde la capital. "Creo que eso tiene una relación, independientemente de que no hay peligro inminente en Reikiavik, con la resiliencia de una población que vive con una anomalía que para ellos es normal".

La erupción que todos vieron venir

Por ahora, no se han registrado heridos ni daños en la infraestructura. Sin embargo, la grieta del volcán se encuentra cerca de la central eléctrica de Svartsengi, una de las mayores preocupaciones del Gobierno de Islandia. Rikke Pedersen, directora del Centro Volcanológico Nórdico con sede en Reikiavik, explica a El Confidencial cómo se ha gestionado la crisis y cómo la situación podría empeorar en las próximas semanas.

PREGUNTA. El volcán ha entrado en erupción, pero ni la sociedad ni el Gobierno han entrado en pánico. ¿Era un fenómeno tan esperado?

RESPUESTA. Por suerte, hemos vivido una temporada larga con advertencias de una futura erupción. Empezamos viendo cómo se acumulaba la manga a cuatro kilómetros de profundidad y el 10 de noviembre se produjo la fisura en la tierra (llamada fisura eruptiva), de 15 kilómetros de largo. De esta grieta sale el magma, pero no hay explosión, es de manera fluida.

Antes de que se llegara a este punto, todos los habitantes de la ciudad de Grindavík fueron evacuados y desde ese momento no se les ha permitido pasar la noche en sus casas. Una de las preocupaciones es ahora la central eléctrica que está muy cerca, y para evitar que la lava llegue hasta allí se están construyendo diques en los alrededores. Todas estas medidas son aproximadas, porque no se puede conocer el lugar exacto al que puede llegar la lava, pero se ha estimado el escenario más probable.

P. Entiendo que lo que más preocupa es cómo evolucionará en los próximos días.

R. Esa es la gran pregunta clave. La erupción ha empezado en una fisura de cuatro kilómetros. Pero ha entrado en un equilibro y ahora un tercio de esa fisura está activo. Se está reduciendo y este es un escenario muy común en este tipo de erupciones. Pero, por supuesto, puede continuar durante días, semanas o incluso meses, no lo podemos predecir.

placeholder Rikke Pedersen. (Universidad de Islandia)
Rikke Pedersen. (Universidad de Islandia)

P. El volcán Eyjafjallajökull sembró el caos en 2010 con el cierre del espacio aéreo en media Europa. ¿Por qué esta situación es diferente?

R. Eyjafjallajökull es un estratovolcán, un tipo de volcán cónico, de gran altura, con un casquete glacial. Lo que pasó en ese momento es que cuando hizo erupción, se derritió a través del hielo y la interacción entre el agua derretida y la magna caliente provocó una gran explosión. Esa explosividad resultó en una partícula de grano muy fina, y esa fue la famosa nube de ceniza de 2010. Una gran parte del material tenía un tamaño muy pequeño, y por eso se trasladó hasta tan lejos. Pero la situación de ahora no tiene nada que ver, esto es lava.

P. ¿Cuál es una de las mayores preocupaciones en este momento?

R. Dependiendo de cómo evolucione el volcán, podemos tener problemas con la contaminación proveniente de los gases volcánicos. Los más habituales son el dióxido de carbono (CO₂) y el dióxido de azufre (SO2).

Si la erupción continúa, aumentarán estos gases y eso puede tener consecuencias para la población de Islandia. Podría llegar hasta el aeropuerto y provocar problemas. Pero la dirección del viento en el país cambia bastante rápido, por lo que se producirán perturbaciones temporales en varios lugares. Otra preocupación es el cloro y el fluoruro que se transporten a la superficie. Especialmente en esta época, porque es invierno y tenemos una capa de nieve y tiene afinidad con el agua. Por eso puede concentrarse en la capa de nieve. Se están tomando muestras diariamente para llevar un seguimiento de cerca.

"Todos los habitantes de Grindavík saben qué hacer en caso de emergencia"

P. ¿Cree que se podría haber mejorado respecto a la gestión de la crisis?

R. Creo que se ha manejado muy bien. Por supuesto, lo ideal sería que la Oficina Meteorológica de Islandia (OMI) tuviera más financiamiento para dotar de personal de vigilancia y poder tener un mejor seguimiento, también durante las noches. Pero en general creo que se ha lidiado muy bien con la situación.

P. La población de Islandia parece muy acostumbrada a este tipo de escenarios. ¿Cómo es vivir en un lugar en el que la erupción de los volcanes parece frecuente?

R. Antes de que entrara en erupción, hubo varias reuniones con la gente que vive en Grindavík sobre planes de evacuación y todos sabían cómo reaccionar en caso de emergencia. Esto está muy bien dirigido por la Agencia de Protección Civil de Islandia.

Es verdad que este no es un escenario típico en Islandia, pero es un país bastante grande. Tiene más de 30 volcanes, pero también está muy escasamente poblado. Esta es la primera vez desde la erupción de 1973 que realmente tuvimos el potencial de un impacto enorme en un área poblada. Pero, afortunadamente, la lava en este momento no se mueve hacia Grindavík. Se está moviendo hacia el este y un poco hacia el norte y una pequeña zona hacia el oeste. Pero nada hacia el sur, donde se encuentra Grindavík.

Foto: Un volcán hace erupción al noreste de la ciudad islandesa de Grindavík (EFE/Defensa Civil de Islandia)

P. Además de la ciudad de Grindavík, el volcán está muy cerca del spa Blue Lagoon, una de las mayores atracciones del lugar. ¿Cree que la erupción puede tener un impacto en el turismo?

R. No lo creo, porque normalmente es solo una muy buena publicidad para Islandia. Por supuesto, depende de cómo avance todo. Si la lava aumenta, los diques no pueden controlarlo y se destruye la laguna, puede tener consecuencias, pero seguiría siendo un anuncio masivo de Islandia e interesante para que la gente venga. Por supuesto, esto no es nada bueno para el propietario de Blue Lagoon, aunque creo que no hay manera de ahuyentar a los turistas que vienen a Islandia. Y eso quedó demostrado en 2010.

Este pasado lunes, a las 22:17, un volcán entraba en erupción en Islandia, a unos tres kilómetros al noreste de la ciudad de Grindavík y a 60 kilómetros de la capital, Reikiavik. Las imágenes de la grieta terrestre, de unos cuatro kilómetros de largo, de la marea de lava y de la columna de humo han dado la vuelta al mundo. Sin embargo, en el país no reinó el pánico. La población de Reikiavik ha amanecido este martes como si nada hubiera pasado.

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