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El momento anfibio de Ucrania: puntos clave para intentar revivir una contraofensiva estancada
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El momento anfibio de Ucrania: puntos clave para intentar revivir una contraofensiva estancada

Pero no era la primera vez que Moscú utiliza un circunloquio rebuscado para reconocer un retroceso militar. Más allá de cómo quieran explicar el episodio, la señal es clara. Algo se mueve en la orilla oriental del río Dniéper

Foto: Soldados ucranianos sujetan una antena para un dron de ataque en el frente de Zaporiyia. (EFE/EPA/Oleg Petrasyuk)
Soldados ucranianos sujetan una antena para un dron de ataque en el frente de Zaporiyia. (EFE/EPA/Oleg Petrasyuk)

El lunes, las agencias estatales TASS y Ria Novosti —brazos mediáticos del Kremlin— publicaban un inesperado comunicado del Ministerio de Defensa: "Tras analizar la situación, el regimiento [del ejército ruso] del Dniéper ha decidido mover sus tropas a posiciones más favorables al este del [río] Dniéper. Después de este reagrupamiento, [el regimiento] liberará algunas de sus fuerzas para ser utilizadas en la ofensiva". Pocas horas después, la noticia era retirada sin explicaciones. ¿Qué ha pasado aquí?

Los funcionarios militares rusos recogieron cable. Aseguraron que se trataba de un “informe falso” y una “provocación”, sin dar más detalles sobre el origen de la información. No sería la primera vez que Moscú utiliza un circunloquio rebuscado para reconocer un fiasco bélico, pero la forma de anunciarlo era demasiado brusca. Los kremlinólogos han aventurado varias posibilidades, desde fricciones entre el estamento militar y la prensa estatal a la hora de informar sobre la evolución de la guerra a luchas de poder entre diferentes facciones castrenses rusas, o incluso algún error burocrático de bulto. Más allá de cómo se quiera explicar el episodio, la señal es clara. Algo se mueve en la orilla oriental del río Dniéper.

Desde hace un mes, la actividad militar ucraniana se ha intensificado en la vía fluvial en el óblast de Jersón. Las fuerzas de Kiev aseguran haber tomado al menos tres posiciones en el margen controlado por el invasor. Buscan establecer una cabeza de puente estable que les permita atravesar de forma segura el río con equipos pesados y tropas. En redes sociales, ya se han visto imágenes de algunos blindados siendo cruzados a la otra orilla. Aunque son casos puntuales y los efectivos ucranianos en esa orilla son todavía escasos, Rusia ya ha reconocido las operaciones del enemigo en la zona —a unos 60 km de Crimea—. Imágenes satelitales difundidas a principios de semana lo confirman.

La portavoz del Comando Operacional del Sur de Ucrania, capitán Natalia Humeniuk, aseguró que sus tropas han desplazado a los rusos entre tres y ocho kilómetros en la margen oriental del Dniéper. Un alcance significativamente mayor al que apuntan las evidencias disponibles de inteligencia con datos abiertos. En comparación, las tropas ucranianas apenas habrían avanzado 17 kilómetros en el frente de Zaporiyia durante los cinco meses de contraofensiva. Las Fuerzas Armadas ucranianas han decretado "silencio de radio".

Contra todo pronóstico

Sean más o menos kilómetros, más o menos tropas, Ucrania parece estar buscando puntos menos protegidos en la línea de contacto para mantener las esperanzas en el avance terrestre significativo, que parece inviable ahora mismo en Zaporiyia y el Donbás. Desde la espantada rusa de la ciudad de Jersón en noviembre de 2022, este eje había quedado paralizado. Con los enemigos separados por el río Dniéper, impracticable tras la voladura de la presa Nueva Kajovka el pasado mes de junio, ambos bandos se dedicaron durante meses a intercambiar fuego de artillería. Apenas algunas incursiones de operaciones especiales ucranianas mostraban que Kiev seguía buscando formas de cruzar esa formidable muralla natural.

Ahora, algunos analistas creen que podemos estar ante el incipiente retorno de un nuevo frente oeste. "Contra todo pronóstico, las fuerzas de defensa de Ucrania se han afianzado en el margen izquierdo (este)", dijo esta semana Andrii Yermark, jefe de la oficina del presidente Volodímir Zelenski, en una charla ante un grupo de expertos del Instituto Hudson en Washington.

Esta misma semana, el Ejército ucraniano acometió operaciones de mayor envergadura en la orilla oriental del río Dniéper, según el más reciente informe del Institute for the Study of War (ISW). Blogueros militares rusos aseguraron que fuerzas ucranianas llevaron a cabo ataques infructuosos desde el centro de Krynky (30 km al noreste de la ciudad de Jersón y a 2 km del río Dniéper) y también cerca de Poyma (11 km al este de la ciudad de Jersón y a 4 km del río). Los informadores rusos también aseguraron que Rusia neutralizó el intento ucraniano para desplegar más tropas en la ribera oriental, cerca del puente Antonivsky. Esta resistencia "no evitó que fuerzas ucranianas hayan transferido personal y material a posiciones en la orilla este del río", detalló ISW. Sin embargo, las ganancias territoriales siguen siendo marginales.

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Kiev llevaba meses solicitando material anfibio a sus aliados internacionales para lidiar con la trinchera fluvial que les impide lanzar un asalto en este flanco. Recientemente, Alemania mostró imágenes en las que se veían ejercicios del ejército ucraniano en un río practicando con los vehículos lanzapuentes M3 Amphibious Rig que se podrían utilizar para cruzar vehículos pesados a través del Dniéper. También el exministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov, solicitó a España el envío de más material de apoyo para guerra anfibia durante un encuentro con su homóloga Margarita Robles el pasado mes de abril. "[Este material] podría jugar un nuevo papel", se limitó a explicar el funcionario ucraniano.

Sin embargo, los expertos militares advierten que las operaciones anfibias son de las más complicadas y arriesgadas a ejecutar por los militares. "Cualquier intento de cruzar el Dniéper con un amplio número de tropas probablemente sería descubierto y contrarrestado por fuerzas rusas en las primeras líneas de fortificación que van desde el delta del Dniéper a la ciudad de Jersón y por subiendo por el río hacia el norte. Incluso un cruce exitoso requeriría de un complejo apoyo logístico y superar las defensas y campos de minas que Rusia ha sembrado en las carreteras de la región", detalló un reciente informe del Center for Strategic International Studies, un grupo de análisis estadounidense.

Hasta la fecha, el parapeto del Dniéper le ha permitido a Rusia para liberar tropas y concentrar sus recursos en el minado bastión de Zaporiyia y en las trincheras del Donbás, donde el escaso intercambio de terreno ha sido a un alto coste humano y material. Pero si Ucrania lograra concentrar un número significativo de efectivos al otro lado del río, obligaría a Moscú a redistribuir su presencia en la línea de contacto, debilitando otros frentes. También podría ser una oportunidad para que Ucrania flanquee las eficientes fortificaciones rusas en el flanco sur y tome una ruta terrestre más directa hacia su gran objetivo: la península de Crimea.

"Si los ucranianos logran establecer su presencia en el margen izquierdo, esto cambiará dramáticamente la situación para Rusia", dijo Sergej Sumlenny, del European Resilience Initiative Center, a la publicación Newsweek. "Eso significa que los rusos necesitarían mantener ambos sectores del frente bajo control".

La batalla del Mar Negro

El otro punto clave donde Ucrania está intensificando sus esfuerzos —siempre con Crimea en mente— es en el mar Negro, donde las hostilidades han escalado dramáticamente en los últimos meses. Allí, las tropas ucranianas han golpeado directamente en la península (ocupada desde 2014), en la base de la flota rusa en Sebastopol, varios buques militares rusos e infraestructuras críticas para el abastecimiento de las tropas enemigas con misiles guiados, drones navales e incursiones de comandos de operaciones especiales. El último golpe de mano en este frente se produjo a principios de este mes, cuando Ucrania atacó unos astilleros rusos con un misil francés SCALP, dañando severamente la corbeta Askold, una de las más modernas de la flota rusa.

"Los éxitos ucranianos en el mar son un recordatorio de que pese a que la sensación es de bloqueo, la guerra Rusia-Ucrania sigue siendo extremadamente dinámica. Los progresos en el mar Negro no ganarán la guerra pero [...] hará que Crimea se vaya volviendo insostenible para las fuerzas rusas de ocupación en los próximos meses. Esto constreñirá las líneas de suministro. Muchos en Kiev especulan con que es cuestión de tiempo para que destruyan definitivamente el puente de Crimea y corten el lazo entre la península y Rusia", valoró Peter Dickinson, editor del servicio Alerta Ucrania del Atlantic Council.

Foto: Una imagen fija de un vídeo, difundido por el Ministerio de Defensa ruso, muestra disparos hacia lo que dijo ser el barco ucraniano no tripulado que atacó al buque de guerra ruso Priazovye en el mar Negro. (Reuters/Ministerio de Defensa ruso)

Estas noticias no han servido para levantar el ánimo en Occidente, frustrado por la incapacidad ucraniana para recuperar el territorio al ritmo de sus expectativas. La reserva moral, militar y financiera para apoyar a Ucrania podría resentirse ante la falta de resultados, mientras la agenda bélica de Kiev se ve desplazada mediática y diplomáticamente por las hostilidades entre Israel y Hamás. En el horizonte, las elecciones de Estados Unidos en 2024, donde una victoria republicana podría suponer un severo revés para las necesidades militares y financieras de Kiev.

Mientras, no hay nada que haga pensar que Putin vaya a titubear. Después de 20 meses de guerra, todavía un 76% de los rusos apoyan la ‘operación militar especial’ en Ucrania, según una encuesta del Levada Center, considerada una de las firmas demoscópicas más independientes del país. Pese a alguna variación mensual, las cifras son consistentes desde julio de 2023 y siguen mostrando que una amplia mayoría de los ciudadanos (62%) cree que la invasión progresa adecuadamente. Unas cifras similares a las de otros sondeos más cercanos a la oposición rusa.

Las inesperadas declaraciones del comandante de las Fuerzas Armadas ucranianas, Valery Zaluzhny, asegurando que la contraofensiva se había estancado fueron un jarro de agua fría para la causa ucraniana. Así que analistas y expertos insisten en que Ucrania sigue necesitando de un golpe de efecto para levantar la moral en casa, reactivar las esperanzas occidentales y poner de verdad a Putin en problemas. Y ese golpe es Crimea, la única vía para que Kiev pueda llevar la guerra a Rusia.

"Paso a paso, vamos desmilitarizando Crimea", aseguró Yermak. "Ya hemos cubierto un 70% de la distancia y nuestra contraofensiva está en pleno desarrollo".

El lunes, las agencias estatales TASS y Ria Novosti —brazos mediáticos del Kremlin— publicaban un inesperado comunicado del Ministerio de Defensa: "Tras analizar la situación, el regimiento [del ejército ruso] del Dniéper ha decidido mover sus tropas a posiciones más favorables al este del [río] Dniéper. Después de este reagrupamiento, [el regimiento] liberará algunas de sus fuerzas para ser utilizadas en la ofensiva". Pocas horas después, la noticia era retirada sin explicaciones. ¿Qué ha pasado aquí?

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