Es noticia
Cinco datos para desgranar la UE energética de 2030
  1. Mundo
Sorteando la energía de Rusia

Cinco datos para desgranar la UE energética de 2030

Independencia total de la energía rusa, un 10% de materias primas ‘Made in Europe’ o el primer gran corredor de hidrógeno verde son algunos de los objetivos para finales de década

Foto: La vicepresidenta tercera del Gobierno de España y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera (2d), durante la reunión de los ministros de Medio Ambiente y Energía de la Unión Europea. (EFE / Nacho Gallego)
La vicepresidenta tercera del Gobierno de España y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera (2d), durante la reunión de los ministros de Medio Ambiente y Energía de la Unión Europea. (EFE / Nacho Gallego)

El futuro de la Unión Europea pasa, primero, por el objetivo 55, una de las grandes promesas que Ursula von der Leyen hizo en 2019 para ganarse el apoyo de los eurodiputados en la votación de investidura fue presentar un paquete climático sin precedentes durante los 100 primeros días de mandato. Poco después de consolidar el apoyo de la cámara —por una mínima de nueve votos— vio la luz el Pacto Verde, que fue presentado en Bruselas como un "acontecimiento similar para Europa a la llegada del hombre a la luna". Su objetivo final es convertir a Europa en el primer continente climáticamente neutro en 2050. Una meta a la que solo se opuso Polonia en la cumbre de 2019.

Dentro de la batería verde presentada en Bruselas destaca la Legislación Europea sobre el Clima, que busca reducir un 55% las emisiones de gases de efecto invernadero en 2030 —con respecto a los niveles de 1990— y aumentando el 40% de umbral establecido anteriormente.

Foto: Vista del hemiciclo del Parlamento Europeo (EFE/Olivier Hoslet)

Para ello, Europa necesita consolidar un cambio de mentalidad en todas las capas de la sociedad, que derive en una reducción de consumo energético para 2030 del 11,7%. En el nivel social, los ciudadanos están llamados a evitar el despilfarro energético. En el tejido industrial, Europa está intentando blindar la competitividad de sus empresas para que no se queden atrás en medio del proteccionismo de Estados Unidos y de China. Y en el estrictamente energético, los Veintisiete tienen que acordar la reforma del mercado energético, una de las ambiciones prioritarias de la Presidencia española de la UE, que tiene por objetivo evitar picos de volatilidad en los mercados como los ocurridos durante los primeros compases de la guerra en Ucrania.

Rusia

Una de las grandes obsesiones de la UE desde la irrupción del conflicto es desprenderse de la energía rusa. Cuando durante los primeros días de la contienda le preguntaron a Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, cómo era su trabajo en esa nueva coyuntura, el español respondió que se pasaba el día buscando recursos energéticos en todos los rincones del globo.

La consigna estaba marcada: soltar la mano de Rusia. Con mención especial a Alemania, el país más dependiente de la energía del Kremlin. Así nació el plan RepowerEU con el que la Comisión Europea busca dejar de depender al 100% del gas ruso en 2030, aunque los expertos consideran que podría conseguirse mucho antes. Uno de los incentivos que acompaña esta medida es una bazuca macrofinanciera de 300.000 millones de euros para ayudar a los Estados miembros en los próximos siete años a encontrar vías de energía barata, segura y sostenible.

Foto: Ilustración: EC Diseño.
TE PUEDE INTERESAR
China, Rusia y los factores que definirán la energía en Europa
Nemesio Fernández-Cuesta

La guerra sobre el terreno en Ucrania pronto se transformó en una guerra energética en la UE. El gas, carbón y petróleo barato que llegaba desde Rusia al bloque comunitario pronto se convirtió en su gran china en el zapato. Durante los primeros compases de la contienda, los líderes europeos se referían con frecuencia a la energía como un "arma" empleada por Vladímir Putin para chantajear a Europa. Antes del 24 de febrero de 2022, jornada en la que Rusia invadió a su vecino, la UE importaba de Moscú el 40% de todo su gas, siendo el energético uno de los pilares más consolidados de su relación bilateral. La anexión de Crimea de 2014 no solo no cambió esta dependencia, sino que se fortaleció poco después con la construcción de un nuevo gasoducto, el Nord Stream II. Pero la guerra a gran escala lo cambió todo.

Transición geocológica

Hay una máxima que reza que en las relaciones internacionales no hay amigos sino intereses. Y en el planeta, muchos de los intereses presentes y futuros pasan por garantizar el abastecimiento de materias primas y recursos naturales en medio de una progresiva competencia global y una creciente escasez.

Con el cambio copernicano de modelo energético que cocina Bruselas, la UE enfrenta un dilema enorme en términos geopolíticos. Su apuesta en el largo plazo son las energías limpias. Según el último acuerdo interinstitucional, las renovables —eólica, solar, hidroeléctrica, oceánica, geotérmica, de la biomasa y de los biocarburantes— deberán constituir el 42,5% del consumo total de energía de la UE de aquí en 2030. Ello debería ayudar a los Estados miembros a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector del transporte un 14,5% para finales de la década a través de, por ejemplo, el reemplazo del diésel por biocombustibles.

Sin embargo, este cambio de modelo energético hacia una Europa mayormente renovable es gradual, lento y caro. Una aspiración en el corto-medio plazo. La primera fase para desprenderse del yugo ruso ha sido virar hacia otros países para cerrar nuevos contratos de gas natural licuado (GNL). En 2022, las importaciones de GNL en 2022 experimentaron un récord histórico en suelo europeo, incrementándose un 60% y posicionando a Estados Unidos como el principal suministrador de la UE, muy por delante de Rusia o Catar. Una estrategia que puso contra las cuerdas la propia apuesta ecologista europea. Se transporte por mar y tierra —y no a través de gaseoductos—. Es más caro. Y su modo de producción a través mayoritariamente del fracking. Una contradicción que, según las ONG ecologistas, supone una bofetada y regresión a la transición ecológica.

La necesidad y la urgencia han llevado a la UE a firmar acuerdos energéticos con regímenes controvertidos. Hace un año, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, celebraba un compromiso con Azerbaiyán, al que se refirió como un "proveedor de confianza", para duplicar el suministro de gas desde el país a la UE a través de tubos. Un año después, el país ha iniciado una campaña de bombardeos sobre el enclave armenio de Nagorno Karabaj.

Hidrógeno verde

La transición de modelo energético cambiará en los próximos años, le forma en la que nos desplazamos o calentamos nuestros hogares. La UE ha prohibido la venta de coches de combustión en 2035 y busca que las calderas desaparezcan progresivamente de las viviendas ya en 2028, Bruselas quiere que los edificios nuevos están libres de gases de efecto invernadero.

Foto: Foto del logo de Cepsa. (Reuters Jon Nazca)
TE PUEDE INTERESAR
Cepsa ve positivo subir impuestos a los combustibles para rentabilizar el hidrógeno verde
Juan Cruz Peña. Algeciras (Cádiz) Europa Press

En este camino, uno de los grandes protagonistas será el hidrógeno verde, que se produce mediante la electrólisis del agua utilizando electricidad de fuentes renovables y no emite gases de efecto invernadero durante su producción. Cuenta con un punto de partida muy versátil que lo hace útil para el transporte de mercancías pesadas, para el combustible de cohetes espaciales o para la producción de otros gases.

En esta línea, en 2030, el corredor H2Med, que conecta la Península Ibérica con Francia, debería estar a pleno pulmón. El proyecto que nació de las cenizas del MidCat es el primer corredor de hidrógeno verde de Europa y busca transportar 2 millones de toneladas de hidrógeno verde cada año. La estrategia actual del hidrógeno pivota sobre el objetivo de conseguir hasta 10 millones de toneladas de hidrógeno renovable producidas en la Unión. A partir de 2030, la implantación del hidrógeno renovable a gran escala. La presión de Francia ha logrado que la Comisión Europea eleve el hidrógeno de origen nuclear a la categoría de verde.

Ayudas

Lo que está en juego no solo es la transición energética, sino cómo afectará ella al propio modelo y savia bruta de la UE, un proyecto que emana del libre mercado, que pivota en una maquinaria regulatoria y cuyo músculo es la política comercial. Europa busca su lugar ante un repliegue proteccionista que tiene como protagonistas a los gigantes chino y estadounidense.

El Gobierno de Joe Biden sorprendió hace unos meses disparando una bazuca de 400.000 millones de euros en subvenciones a las empresas de tecnología verde, bajo la ley inflacionista bautizada como IRA. Por su parte, el gigante asiático aprobó entre 2016 y 2022 ayudas estatales por valor de 53.000 millones de euros a los vehículos eléctricos, según datos que recoge Reuters, lo que ha propulsado el inicio de una investigación por parte de la Comisión Europea. "El mundo está entrando en una competencia desleal", aseguró en el último Pleno de Estrasburgo, Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea.

En esta guerra por la seguridad económica, los recursos naturales, en escasez, juegan un papel determinante para avanzar en la llamada autonomía estratégica europea. En la pandemia, los europeos se dieron cuenta de que no eran capaces de producir ni un solo gramo de Ibuprofeno. En la actual transición climática han saltado las alarmas tras darse cuenta de que el 89% de sus paneles solares importados provienen de China. El objetivo para 2030 pasa por extraer el 10% de las materias primas energéticas dentro de su territorio.

* Este artículo forma parte de Este año, votas la Europa de 2030, un proyecto editorial de El Confidencial cofinanciado por el Parlamento Europeo.

El futuro de la Unión Europea pasa, primero, por el objetivo 55, una de las grandes promesas que Ursula von der Leyen hizo en 2019 para ganarse el apoyo de los eurodiputados en la votación de investidura fue presentar un paquete climático sin precedentes durante los 100 primeros días de mandato. Poco después de consolidar el apoyo de la cámara —por una mínima de nueve votos— vio la luz el Pacto Verde, que fue presentado en Bruselas como un "acontecimiento similar para Europa a la llegada del hombre a la luna". Su objetivo final es convertir a Europa en el primer continente climáticamente neutro en 2050. Una meta a la que solo se opuso Polonia en la cumbre de 2019.

Unión Europea Energía Proyecto Parlamento Europeo
El redactor recomienda