Es noticia
No es otro estúpido análisis sobre capitalismo: ¿por qué hablamos del 'efecto China' en la democracia?
  1. Mundo
Un viaje a lo más profundo de Shanghái

No es otro estúpido análisis sobre capitalismo: ¿por qué hablamos del 'efecto China' en la democracia?

China ha cambiado mucho en las últimas décadas. El estado de protección social del régimen comunista palidece frente el proteccionismo social europeo, ¿será suficiente?

Foto: Shanghái. (J.B)
Shanghái. (J.B)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Es muy probable que si hoy salieran a la calle los hombres que en 1921 bebieron de las 14 simbólicas tazas de té que hay colocadas sobre una mesa de madera en el número 30 de Old North Chengdu Road, en la exconcesión francesa de Shanghái, se sintieran profundamente desconcertados.

Hace algo más de un siglo, aquellos héroes patrios fundaron allí la asociación política más grande y poderosa del globo, el Partido Comunista de China (PCC). El lugar de culto está enclavado en el que fuera barrio francés. Los cabecillas revolucionarios, de renacer hoy (solo unos pocos vieron nacer la República Popular China en 1949), pondrían un pie en la calle y se encontrarían en territorio controlado por China, que entonces no lo era, en medio de una zona de estilo industrial llena de restaurantes, bares y centros comerciales de lujo donde un montón de gente guapa va a divertirse.

placeholder Mesa con las 14 tazas de los creadores del PCC. (J.B)
Mesa con las 14 tazas de los creadores del PCC. (J.B)

Todo impecable, automatizado, moderno. El aparente triunfo de un capitalismo que ellos repudiaban en una China poderosa e independiente ya no sometida a potencias extranjeras. Cara y cruz para los anhelos de aquellos comunistas nacionalistas.

El país es otro. Hay muchas Chinas, como hay muchos EEUU o Españas. La de la costa este es la vanguardista, pujante, arrolladora. El cambio es descomunal. Hace 40 años, la otra ribera del río de Shanghái, el hoy distrito financiero del Pudong con sus rascacielos del siglo XXII, era un campo de arroz al que se accedía por barca. La China próspera enseña bloques de apartamentos lustrosos que han ido borrando los viejos hutong (barriadas de mini casas con baños comunales) de las grandes ciudades. El progreso y el mercado han cambiado las tradiciones. "China está perdiendo su esencia", nos dice un taxista en Pekín. No entendemos si es una queja.

El principal cambio chino ha sido ideológico. Del sistema económico de la China de Mao y su Gran Salto Adelante y la posterior Revolución Cultural, con sus comunas agrarias y su ortodoxa ideología comunista, no queda mucho. Mao propuso eliminar todo rastro capitalista de China con sus programas de reeducación. Su sucesor, Deng Xiaoping, heredó una nación muy pobre y empezó a desmantelar, sin tocar la superficie, la obra del Gran Timonel.

Foto: China comienza su semana de vacaciones con motivo del Día Nacional. (EFE/Wu Hao)

El estado de protección social del régimen comunista, ahora bautizado por el presidente Xi Jinping como socialismo con características chinas, palidece frente el proteccionismo social europeo. El comunismo promulga la lucha de clases, la igualdad social. "China ha experimentado un rápido crecimiento económico en las últimas dos décadas y está a punto de erradicar la pobreza. Sin embargo, la desigualdad de ingresos aumentó considerablemente desde principios de la década de 1980 y convirtió a China en uno de los países más desiguales del mundo", señala un informe de 2018 del FMI. ¿Será China la que cerciore la consolidación global del capitalismo y la derrota de la democracia? Ese es un giro geopolítico imprevisible hace unas décadas.

¿Socialismo o capitalismo chino?

"China es un país de nombre capitalista y apellido comunista. El expresidente Dean Xiaoping dijo que da igual que el gato sea negro o blanco, lo importante es que cace ratones. Esa es la ideología del país", nos dice Huan en la ciudad de Xi'An mientras va narrando los costes que enfrenta para mantener su familia. "Nadie se cree esto. Mis tíos y abuela dicen que esto es una farsa. Aquí no hay ya comunismo ni estado social. Todo cuesta mucho para vivir", nos comentan en el museo del PCC de Shanghái.

¿Practica China socialismo o capitalismo con características chinas? "En mi opinión practica socialismo con características chinas. El estado domina sobre el sector privado y eso es la parte socialista. Las características vienen por el hecho de que respecto a la URSS, los ciudadanos no cuentan con un estado del bienestar. Esto genera un modelo mucho más fácil que el soviético", explica a El Confidencial Alicia García Herrero, prestigiosa analista del think tank Bruegel y economista jefe para Asia del banco de inversión Natixis.

placeholder Objetos con la imagen de Mao, en una tienda de suvenires. (J.B)
Objetos con la imagen de Mao, en una tienda de suvenires. (J.B)

¿Pero eso no define a un estado autoritario, como el fascista, que también controlaba las empresas privadas, más que a uno socialista? "Quizá, pero desde luego el socialismo lo hace. Yo creo que la diferencia fundamental es que es un régimen autocrático que escoge los mejores ángulos para permanecer en el poder. El estado tiene todo el poder sobre el sector privado y los ciudadanos, pero sin responsabilidades", señala García Herrero.

Entender el régimen de Pekín es importante por lo que conlleva. El presidente Xi Jinping, considerado un neomaoísta, pretende regresar a la senda del socialismo. Las superpotencias suelen imponer su modelo al resto. Si China acaba ganando la disputa por el cetro mundial, puede que ocurran dos cosas: se consolide el capitalismo bajo la bandera del libre comercio, quizá con mayor control estatal del sector privado, y se debiliten las democracias. Al líder se le imita. Si a la nueva superpotencia le ha ido bien con este sistema que mezcla autoritarismo con capitalismo, ¿por qué el resto pensaría en mantener un sistema de voto popular que no es rentable? ¿Por ser libre? ¿Qué es ser libre? ¿Comer, votar, opinar…?

"Claro que el modelo chino puede acabar con la democracia. Pero especialmente por la narrativa y fuerza de no haber disidencia más que por el modelo. El modelo, a pesar del copago, es bastante insostenible. Y no por el gasto público en sanidad, educación o pensiones, que no es muy alto, sino por el gasto público en subsidios a empresas y el gasto político militar. Ese es un gasto enorme que ha hecho que la deuda pública haya llegado a 100 puntos del PIB", sostiene García Herrero.

"Es un gasto enorme que ha hecho que la deuda pública haya llegado a 100 puntos del PIB

¿Se trata de ver quién aguanta más? "Esto es como una partida de ajedrez. Si China acaba antes con las democracias, ese modelo, por muy insostenible que sea, se hará sostenible gracias al control que China tenga del mundo, como ha sucedido con EEUU, y su acceso a los recursos. Pero quizá las democracias sobreviven al modelo chino, que es bastante insostenible pese a lo que diga la narrativa. Tiene un gasto público enorme, la población envejece y no va a ser tan productiva, no habrá crecimiento y la deuda será más pesada… Hemos hecho un informe en Bruegel sobre esto que se titula Can Chinese Growth defy gravity? (¿Puede el crecimiento chino desafiar la gravedad?). La respuesta es no. El crecimiento va a caer. La duda es quién aguanta más, las democracias o China", dice la analista.

La capacidad social de aguante, así como la falta de libertades para expresar disconformidad, favorecen al modelo chino. Occidente tiene una base social enfadada, que ha visto como su calidad de vida ha menguado los últimos años, mientras China está en el proceso opuesto. "A un chino le basta con tener una casa y comida. Nosotros no somos franceses protestando por todo. En China decimos que en Europa el Gobierno da de comer a la gente, mientras que en China si no trabajas no comes. Aquí no vienen inmigrantes porque nadie les regala comida. Hasta los presos deben trabajar para comer", nos dice Fan, un pekinés. ¿Entonces Europa es más socialista que China? "Puede", ríe él, "pero el presidente Xi es un presidente del pueblo, de la gente, y quiere cambiar algunas cosas", añade.

"A un chino le basta con tener una casa y comida. No somos franceses protestando por todo"

Sanidad: sin pagar

"Todos en China pagamos parte del sueldo para un fondo sanitario. Cuando vas al hospital miran si tienes ese fondo y te atienden hasta que lo consumes. El resto debes pagarlo tú. Te exigen que pagues antes de tratarte", nos explican en Pekín. ¿Y si no tienes dinero no te atienden como en EEUU? "Así es. Pagas en anticipo o no te atienden. El estado paga un 70% de las medicinas si son chinas. Si son importadas, el ciudadano paga el 100%".

"Hay franquicia. Por debajo de 1200 yuanes uno paga todo en el hospital. A partir de ahí, el estado paga un 70% y el ciudadano un 30%. Te puedes morir en la puerta como en América", es la versión que nos dan en Xi’an. "Hay copago en medicamentos. Tienes una mínima cobertura y después todo lo que es adicional, incluida una operación, tienes que pagarlo tú, hasta las medicinas", señala García Herrero.

"Aproximadamente, 354 millones de personas tienen el seguro médico de empleados"

Oficialmente, la cobertura médica pública, según un documento facilitado por el despacho de García Herrero, "afecta a un 94,6% de la población". Ese seguro médico se divide entre empleados y personas que gestionan su propia cobertura. "Aproximadamente, 354 millones de personas tienen el seguro médico de empleados. Este plan ofrece una amplia cobertura y reembolsa del 75% al 90% de los costos de pacientes ambulatorios y del 90% al 99% de los costos de pacientes hospitalizados. Sin embargo, requiere una importante contribución de los salarios, aproximadamente el 10%, siendo pagado el 6% por el empleador y el 4% restante por el empleado", señala el informe.

placeholder Una farmacia en Pekín. (J.B)
Una farmacia en Pekín. (J.B)

"Por otro lado, el plan de seguro para personas físicas, que cubre alrededor de 1.000 millones de personas, requiere menos cotización, pero ofrece una cobertura ligeramente menor. Cubre el 50%-55% de los costos de pacientes ambulatorios y el 70%-80% de los costos de pacientes hospitalizados", mantiene el documento facilitado por García Herrero.

Finalmente, en un claro sistema de copago, hay además limitaciones específicas. "El Gobierno también regula estrictamente las tarifas hospitalarias. Por ejemplo, las tarifas de consulta oscilan entre 10 y 50 yuanes (1,5 y 6,5 euros) para los médicos generales y pueden llegar hasta los 100 yuanes para los especialistas (12,5 euros). El costo de una cama de hospitalización en un hospital es de aproximadamente 100 yuanes por día. Con un seguro médico para empleados, estos costos se reducirían entre un 10% y un 25% del precio original. Sin embargo, no todos los tratamientos o medicamentos están cubiertos y es posible que los pacientes deban pagar el costo total de ciertos procedimientos o medicamentos designados".

Foto: Huang Yan, responsable de Comunicación, frente a las pantallas de la sede de Longmaster.

"Este es el panorama general oficial desde una visión teórica optimista", reconoce Alicia García Herrero. Las diferencias son enormes con un sistema sanitario gratuito, público y universal como el español.

Escuelas privadas y universidades públicas

"Nadie quiere tener hijos porque cuesta mucho mantenerlos. En la escuela pública el 70% lo paga el ciudadano y el 30% el Gobierno. En una escuela privada el coste alcanza los 20.000 dólares anuales. En cuanto a la universidad, tienen fama de ser mejores las públicas, pero hay pocas plazas y mucha gente manda a los hijos a privadas o al extranjero", nos resume Fan, que tiene una hija, en Shanghái.

"Para conseguir plaza en las escuelas públicas tienes que vivir en el barrio. Hasta la secundaria es gratuita, pero a veces no es fácil conseguir las escuelas que queremos porque hay mucha demanda. Yo a mi hijo este año le he cambiado de escuela porque no me gustaba la anterior. La escuela privada aquí no es cara, unos 1000 yuanes al año (1250 euros), pero o vives en la zona o tu hijo tiene muy buenas notas para que lo admitan", nos dicen en Xi’an.

Las versiones varían de nuevo. En Pekín algunos ciudadanos nos hablan de costes altos para vivir. "En China las familias estamos endeudadas por todo. La casa, el coche, la universidad de nuestro hijo…", explica una pareja.

placeholder Museo del PCC. (J.B)
Museo del PCC. (J.B)

"En China, el sistema educativo se compone de una combinación de instituciones públicas y privadas. A partir de 2022, hay aproximadamente 178.300 escuelas privadas, incluidos los jardines de infancia, que constituyen el 34,4% de todas las escuelas del país. Estas instituciones privadas atienden a cerca de 53 millones de estudiantes, lo que representa el 18% de la población estudiantil total", nos señalan desde el despacho de García Herrero.

Los datos hablan de un problema bastante genérico a nivel global, que es el cuello de botella que se produce en los jardines de infancia. "Un aspecto notable es la prominencia de los jardines de infancia privados, que representan la friolera de 55,4% de todos los jardines de infancia en China. En contraste, la proporción de escuelas secundarias, escuelas vocacionales y universidades privadas es considerablemente menor, rondando el 25% al ​​29% respectivamente".

¿Es la educación gratuita? "La educación pública es gratuita y la educación hasta el nivel medio es obligatoria. Después de completar esta etapa obligatoria, los estudiantes tienen la flexibilidad de continuar sus estudios académicos en una escuela secundaria tradicional, seguir una formación profesional o trabajar. Las escuelas privadas, por otro lado, cobran tasas de matrícula. Sin embargo, estas tarifas están sujetas a la aprobación de las autoridades pertinentes para garantizar que sean justificables y justas", dice el informe.

Foto: Imagen: Follow The Money.

Otra vez el ciudadano tiene una visión algo más pesimista al aterrizar las normas a la realidad. "Mandar a un hijo a la universidad es muy complicado. Cada especialidad tiene un número de estudiantes máximo que fija el Gobierno para las universidades públicas, que son consideradas las mejores. Dicta además el porcentaje de alumnos para acceder a ellas que provienen de la escuela pública y privada. Es más fácil por el número de estudiantes de cada una, en tanto por ciento, acceder desde la privada, así que muchas familias se endeudan en pagar esas escuelas para garantizar que su hijo tenga más opciones de acceder a la universidad que desea", explican en Shanghái.

Es decir, el hijo de una familia capaz de pagar una escuela privada sale beneficiado. Ante todo este panorama, hay claras diferencias entre el socialismo chino actual y la doctrina económica y social de Mao o del marxismo leninismo. Quizá todo se base en el control del estado por parte del PCC, sin ofrecer un estado del bienestar, lo que más que socialismo es una, hoy, exitosa autocracia. Cuando el presidente Xi salió elegido presidente por segunda vez en 2018, se adoptaron una serie de enmiendas constitucionales para consagrar el socialismo con características chinas. Se basaba en 14 puntos y el último de ellos dice: "La dirección del PCC es el rasgo definitorio del socialismo con peculiaridades chinas y la mayor fortaleza del sistema del socialismo con peculiaridades chinas. El Partido es la máxima fuerza de dirección política. Su pensamiento establece los requisitos generales para la construcción del Partido en la nueva era y subraya la importancia del trabajo político en la construcción del Partido".

Es muy probable que si hoy salieran a la calle los hombres que en 1921 bebieron de las 14 simbólicas tazas de té que hay colocadas sobre una mesa de madera en el número 30 de Old North Chengdu Road, en la exconcesión francesa de Shanghái, se sintieran profundamente desconcertados.

Noticias de China Estados Unidos (EEUU)
El redactor recomienda