Erdogan aprovecha la buena relación con España para pedirle avances con la UE
El presidente turco ha solicitado a Sánchez una reunión en la que le ha pedido el apoyo para avanzar en los próximos meses en el acercamiento de las relaciones con la UE
Recep Tayyip Erdogan, presidente turco, rompió el tablero el pasado lunes cuando, por sorpresa, vinculó el ingreso de Suecia en la OTAN, que llevaba bloqueando desde verano de 2022, con la entrada de Turquía en la Unión Europea, que lleva décadas congelado. Poco después, ya en Vilna (Lituania), donde se celebra una cumbre de la OTAN, Erdogan cedía y se comprometía a ratificar el ingreso de los suecos en la Alianza Atlántica, pero no sin antes exigir una reunión con Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, en el que hizo que el belga se comprometiera a encargar a la Comisión Europea y al Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) un informe sobre la situación de las relaciones entre los Veintisiete y Turquía.
Este miércoles, en los márgenes de la cumbre de la OTAN, Erdogan se ha reunido con Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. Durante el encuentro, que se ha producido a petición del líder turco, según han explicado fuentes diplomáticas, Erdogan ha solicitado a España, que ostenta la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea durante los seis próximos meses, que apoye a Ankara en su petición de unas relaciones más estrechas con la UE.
En concreto, Turquía suele solicitar avances en la liberalización de los visados y también en la modernización de la unión aduanera. Durante una rueda de prensa celebrada tras el encuentro, Sánchez ha confirmado que Erdogan le ha solicitado el apoyo en ambas cuestiones. "Ahora que Europa en su conjunto se va a centrar en el debate de la ampliación, creo que tenemos que ver exactamente cómo podemos dar pasos a lo largo de estos meses para que Turquía pueda sentirse más cerca y no más lejos de la UE", ha explicado Sánchez. La presidencia española tiene el objetivo de que se discutan las reformas institucionales que la Unión tiene que acometer para poder hacer frente a la siguiente ampliación del club comunitario.
Turquía ha dado un giro a sus prioridades en los últimos días. Por ejemplo, se ha alejado de Rusia entregando a Ucrania militares que participaron en la resistencia de la planta de Azovstal y se ha mostrado a favor de que en el futuro Kiev ingrese en la Alianza Atlántica, alineándose más con sus socios euroatlánticos. Las peticiones de Erdogan de obtener avances concretos en el camino turco hacia la Unión Europea se interpretan como nuevas señales de que Ankara está reposicionándose, aunque otros analistas opinan que en realidad Erdogan estaría jugando en corto y no está dispuesto a abandonar su posición intermedia entre el resto de sus aliados y Rusia, entre occidente y sus socios del Golfo.
Pero las cosas del comer tienen un enorme peso, cada vez más en Ankara, y las inversiones de Rusia y los países del Golfo no son suficientes para recortar un déficit comercial que se eleva ya hasta los casi 40.000 millones de dólares en los primeros meses del año. También es cierto que Erdogan no puede romper lazos por completo con Moscú, del que depende en términos energéticos y que es un actor relevante en su patio trasero, en Siria.
Candidatos a la adhesión
Hay muchos países que esperan a las puertas de la UE, no solamente Ucrania, que espera que antes de este año los líderes acuerden la apertura de las negociaciones de adhesión. En los Balcanes Occidentales, Montenegro tiene esperanzas en ser uno de los primeros en entrar en la Unión, y en la fila también están Albania, Macedonia del Norte y Serbia, aunque mientras que el conflicto con Kosovo no se haya resuelto, la entrada de Belgrado en el club está descartada. Turquía es candidata a ingresar en la Unión desde el año 1999, aunque lo solicitó en 1987, un año después del ingreso de España, y las negociaciones arrancaron en 2006, sin que se hayan hecho progresos importantes desde entonces, a medida que el país entraba en una deriva cada vez más nacionalista y autoritaria bajo el mando de Erdogan, que fue primer ministro entre 2003 y 2014, y después presidente de la república, ampliando sus poderes en el referéndum de 2017 tras el intento de golpe de estado.
España y Turquía tienen una relación "estratégica", como admite Sánchez, unos lazos que se remontan a la época de José Luis Rodríguez Zapatero, con la famosa "Alianza de Civilizaciones", y que se mantuvieron también durante la etapa de Mariano Rajoy. Aunque a veces se señalan a las características de la psicología política de los viejos imperios como la razón para las buenas relaciones entre Madrid y Ankara, lo cierto es que las relaciones van más allá. Por ejemplo, las inversiones españolas en Turquía han aumentado en los últimos años, y España tiene una fuerte presencia, por ejemplo, en el sector bancario turco.
De hecho, España es uno de los más estrechos aliados de Ankara en la Unión Europea. Sus vecinos mediterráneos no tienen tan buenas relaciones. Grecia tiene continuos roces territoriales con Turquía, aunque el Gobierno de Kyriakos Mitsotakis busca ahora una nueva etapa en sus relaciones con el Ejecutivo de Erdogan, la división de Chipre impide las buenas relaciones entre Nicosia y Ankara, mientras Italia recientemente ha reactivado sus contactos con Turquía, firmando nueve acuerdos bilaterales durante el Gobierno de Mario Draghi. Otros socios tienen una relación de necesidad con Turquía, que ejerce de dique de contención a las rutas migratorias hacia Europa central.
Mientras que para muchos países de la Unión Europea el ingreso de Turquía en el club es un absoluto tabú, España ha mantenido su apoyo a esa idea incluso en los momentos más bajos de las relaciones entre los Veintisiete y Erdogan. Para impulsar esta agenda, Erdogan ha solicitado al presidente del Gobierno una cumbre bilateral entre España y Turquía en los próximos meses, según ha explicado el propio Sánchez.
"Es un buen amigo, me gusta mucho. No quiero involucrarme en España, pero le he deseado el mejor de los éxitos en las elecciones", ha explicado Erdogan durante una rueda de prensa al finalizar la reunión de los líderes de la Alianza Atlántica. Erdogan también se ha reunido esta tarde con Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, que ha agradecido el acuerdo para "avanzar en la adhesión de Suecia a la OTAN". La alemana también ha explicado que en su reunión con el presidente turco han discutido las posibilidades "para fortalecer las relaciones entre la Unión Europea y Turquía".
Recep Tayyip Erdogan, presidente turco, rompió el tablero el pasado lunes cuando, por sorpresa, vinculó el ingreso de Suecia en la OTAN, que llevaba bloqueando desde verano de 2022, con la entrada de Turquía en la Unión Europea, que lleva décadas congelado. Poco después, ya en Vilna (Lituania), donde se celebra una cumbre de la OTAN, Erdogan cedía y se comprometía a ratificar el ingreso de los suecos en la Alianza Atlántica, pero no sin antes exigir una reunión con Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, en el que hizo que el belga se comprometiera a encargar a la Comisión Europea y al Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) un informe sobre la situación de las relaciones entre los Veintisiete y Turquía.
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