Es noticia
En la frontera de EEUU: "Descubrí que mi jefe era el que organizaba el contrabando de drogas"
  1. Mundo
Una línea criminal

En la frontera de EEUU: "Descubrí que mi jefe era el que organizaba el contrabando de drogas"

La exagente de fronteras Jen Budd cuenta en una entrevista su experiencia trabajando en la frontera entre Estados Unidos y México

Foto: Un grupo de migrantes y familiares de personas fallecidas por un incendio protestan, frente al Instituto Nacional de Migración (INM), hoy en Ciudad Juárez. (EFE / Luis Torres)
Un grupo de migrantes y familiares de personas fallecidas por un incendio protestan, frente al Instituto Nacional de Migración (INM), hoy en Ciudad Juárez. (EFE / Luis Torres)

El pasado lunes, en la mexicana Ciudad Juárez fallecieron 38 inmigrantes en el incendio de un centro migratorio. Un último ejemplo de la terrible realidad que se vive en la frontera entre Estados Unidos y México, cada vez más dramática. Para hablar de lo que supone esa línea divisoria imaginaria que separa Estados Unidos y México, Jenn Budd, una exagente de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos cuenta su experiencia trabajando como agente en la frontera. Con solo 24 años, fue reclutada como agente en terreno. Poco tiempo después pasó a ser agente de inteligencia de esta agencia federal en el área de San Diego (California). Recuerda que algunas noches detenía a más de 20 personas y calcula que mientras fue agente "conocí y detuve a miles de migrantes".

Jenn Budd no esquiva ninguna pregunta. Ahora tiene 51 años y dedica su vida y su vitalidad a denunciar las atrocidades de la Patrulla Fronteriza y a defender los derechos de sus principales víctimas: las personas migrantes. En esta entrevista reflexiona sobre el negocio detrás de los muros fronterizos, que quedan recogidos en su libro: Against the wall (Heliotrope Books).

placeholder La ex agente de fronteras Jen Budd. (Cedida)
La ex agente de fronteras Jen Budd. (Cedida)

PREGUNTA. ¿Por qué dejó la Patrulla Fronteriza? Me consta que vivió un intento de asesinato mientras trabajabas.

RESPUESTA. La Patrulla Fronteriza me ofreció trabajar en California. Pensé que podría ser una experiencia interesante. Me fui de la Patrulla Fronteriza seis años después. Trabajaba en el departamento de inteligencia y estaba investigando cómo entraba la droga en una zona llamada 'Campo', que era mi destino como agente. Descubrí que mi jefe, el responsable de la estación, era el que organizaba el contrabando de drogas. Él descubrió que estaba investigándole y me tendió una trampa. Me desplegó en la frontera en mitad de la noche, a pesar de que ese no era mi destino. Entonces, empezaron a dispararme con armas automáticas desde el lado mexicano de la frontera.

Mi vehículo recibió varios impactos pero logré escapar. Unos 15 minutos después, el jefe de la estación al que yo acusaba de tráfico de drogas se presentó en mitad de la nada, sobre las 3 de la madrugada, y me dijo "he visto que nadie estaba respondiendo a tus llamadas de auxilio, nadie, y te están disparando, ¿has aprendido ya la lección?". Denuncié todo esto a instancias superiores. Los jefes de San Diego respondieron ofreciéndome un puesto de supervisora al que podía postular a todo el mundo, y prometieron que me lo darían a mí si mantenía la boca cerrada. Dijeron que era para mantenerme a salvo.

Yo les dije "no, estáis intentando callarme". A partir de ahí empezaron a hacerme tests de drogas, a pesar de que no había razones para ello, y después me enviaron a la primera línea de la frontera y me dieron órdenes de disparar. Ese mismo día dimití y entregué mi arma.

P. ¿Cómo se convirtió en defensora de derechos de las personas migrantes?

R. En la academia nos decían que detendríamos a delincuentes que huían de la ley y trataban de entrar de forma ilegal en el país. Yo no era consciente de que no había vías legales para entrar en el país. Te enseñan muy poco sobre cómo funciona el sistema migratorio. Recuerdo el día de mi primera detención. Detuve a una familia. Recuerdo que le dije a mi madre que me había sentido literalmente como una nazi. Todavía no entendía este sistema, pensé que era cuestión de tiempo y que pronto estaría arrestando a criminales de verdad.

* Si no ves correctamente este formulario, haz click aquí

Pasaba el tiempo y yo iba constatando que estaba en una agencia racista, misógina y brutal que seguía divulgando estereotipos racistas sobre los latinos. Intentaba justificarme a mí misma por qué seguía ahí, no aceptaba el trauma que yo estaba generando a las personas migrantes. Poco a poco empecé a ver más y más muertos por las 'políticas de disuasión' en nuestra zona. Veíamos más y más cadáveres. Mi último mes en la Patrulla Fronteriza estuve destinada en el desierto de Sonora, en las ciudades de Calexico y El Centro. Ese fue el mes más mortífero que he vivido jamás en la Patrulla Fronteriza. Veía cómo morían en grupos de cinco, siete, diez personas, atropellados por camiones y cosas por el estilo.

P. ¿Cómo era el ambiente dentro de la Patrulla Fronteriza?

Mis compañeros se emborrachaban la mayor parte del tiempo para lidiar con todo esto. Yo me encerré más en mí misma y traté de bloquearlo, intenté decir que no deberían haber cruzado y cosas así. Pero había llegado a un punto en el que tenía que salir del terreno y tenía ataques de ira. No entendía en qué me había metido. Por eso me pasé a inteligencia. Cuando dejé la Patrulla Fronteriza, intenté olvidarlo.

Foto: Fuente: Wikipedia

No podía negar que estaba aplicando leyes racistas y xenófobas que estaban enviando a familias a la muerte. Sentí que había participado en un genocidio porque, aunque la Patrulla Fronteriza dice que han muerto 10.000 personas desde 1994, desde que entraron en vigor las políticas de disuasión, la verdad es que esa cifra es, como mínimo, de tres veces a diez veces superior. Hay entre 30.000 y 100.000 personas muertas por ahí. Los dejamos tirados y lo sé porque yo estaba allí cuando nos ordenaron que dejáramos de buscar cadáveres. Nos ordenaron que los ignoráramos, porque el número de muertos hacía quedar mal a la Patrulla Fronteriza. Se sigue haciendo hoy en día. No responden a la mayoría de las llamadas de auxilio. Los pocos que lo hacen, hacen publicidad de ello. Se felicitan a sí mismos.

P. ¿Qué es lo que les enseñan al entrar en la Patrulla Fronteriza?

R. Te enseñan a mentirles, a decirles "sí, te daremos tus papeles de asilo". Les mentíamos cuando se llevaban a sus hijos durante la administración Trump, diciendo "solo nos llevamos a tu hijo a ducharse". Te enseñan que los niños migrantes no son niños como los de Estados Unidos, son niños de países del tercer mundo expuestos a mucha violencia y brutalidad. Se les considera pequeños criminales adultos por cruzar la frontera de forma irregular. Para la Patrulla Fronteriza, todas esas personas son criminales, violadores, asesinos, narcotraficantes y líderes de pandillas. Nos enseñan que cada uno de ellos es un ser infrahumano que debe ser tratado como tal, eso a pesar de que el 50% de los agentes de la Border Patrol son latinos de algún tipo, muchos de ellos hijos de migrantes irregulares.

P. Un exdirector de Frontex, algo así como la Patrulla Fronteriza de la Unión Europea, me confesó que no tienen mecanismos para evitar contratar a gente racista. ¿Cómo funciona esto en Estados Unidos?

R. Tenemos el mismo problema en Estados Unidos, no solo en la Patrulla Fronteriza, también en la mayoría de las agencias de policía. Son los agentes de la Patrulla Fronteriza los que deciden cómo se te forma y exactamente en qué se te forma. Te enseñan que si te metes en una pelea con un migrante y le disparas, tienes que decir que el migrante tenía una piedra en la mano y que temías por tu vida. Eso es suficiente para salirte con la tuya y matar fácilmente a un migrante. Ningún agente de la Patrulla Fronteriza ha rendido cuentas por matar a un migrante. Si otros testigos dicen que es mentira, los arrestamos y los deportamos lo antes posible para que no puedan ser interrogados. La Patrulla Fronteriza está configurada para ser racista, misógina y xenófoba.

Foto: Partido de la imagen de la nueva valla cedida por el 'Faro de Ceuta' y el muro fronterizo de EEUU y México. (EC)

P. ¿Qué piensa del rol de la corrupción en la frontera?

R. La corrupción está generalizada, y no me refiero solo al tráfico de drogas o a las violaciones. La Patrulla Fronteriza registra cinco veces más casos de corrupción que el resto de agencias policiales. Es una de las razones por las que tiene un problema con tantos agentes cometiendo violaciones y pedofilia. Muchos agentes violan a niños y es algo que todo el mundo ahí dentro sabe. Algunos son arrestados. Hay dos agencias que supervisan y hacen investigaciones internas en estos casos. El problema es que quienes dirigen esas investigaciones internas a menudo son ex agentes de la Patrulla Fronteriza.

Las denuncias y pruebas que aportan las víctimas y sus abogados rara vez son incorporadas a estas investigaciones internas. En la Patrulla Fronteriza te explican que "sangramos de verde", por el color de nuestro uniforme, porque nos defendemos unos a otros hasta el final. Siempre encuentran excusas para desacreditar a las víctimas. Por ejemplo, meten a las víctimas de agresiones en camiones con otros migrantes y después dicen que no pueden fiarse de esos testimonios porque estuvieron hablando entre ellos. Recuerdo que tuvimos a un compañero en la Patrulla Fronteriza que era un asesino en serie. En casi 100 años ningún agente de la Patrulla Fronteriza ha sido condenado por el asesinato de personas migrantes.

P. En España hay dos partidos políticos mayoritarios, como en Estados Unidos. Se presentan como partidos diferentes pero mantienen las mismas políticas antimigratorias. ¿Cómo interpreta esto?

R. Todos obtienen dinero de la misma gente. Aquí los altos cargos de la Patrulla Fronteriza y el Departamento de Defensa se retiran y pasan a trabajar a las empresas a las que ellos mismos dieron grandes contratos. Siempre quieren ganar más dinero. Hicieron mucho negocio con la guerra contra el terrorismo, con la guerra contra las drogas, y ahora con la guerra contra los solicitantes de asilo y los refugiados. Estamos exportando este modelo a los países de origen. Criminalizamos a las personas migrantes para hacer dinero con ellas.

P. La frontera ha cambiado mucho desde que entraste en la Patrulla Fronteriza. ¿Qué tendencia ve?

R. El muro solo creó más incentivos para los cárteles y las mafias. Cuando empecé como agente fronteriza, el cártel no estaba involucrado en los cruces fronterizos. En esa época un mexicano pagaba entre 400 y 700 dólares para cruzar. Actualmente llegan a pagar 10.000 dólares. Hemos convertido la frontera en un negocio muy rentable para el cártel. Ahora los pasantes van armados. Es una profecía autocumplida. Al mismo tiempo, Clinton endureció las leyes para que pudiéramos deportar a gente que llevaba muchos años viviendo en Estados Unidos, y que tenían sus familias aquí. Esas personas expulsadas después tratan de volver para reencontrarse con sus familias, es decir, aumentan el número de intentos de cruce. Ahora tenemos el Título 42, que legaliza las expulsiones en caliente. Esta norma cierra el sistema de asilo y obliga a todo el mundo a tratar de cruzar de forma irregular. No tienen otra opción.

P. En Europa percibimos Estados Unidos como un país de emigrantes. La migración es un tema clave en la identidad de tu país. ¿Por qué crece tanto el odio contra los migrantes?

R. Si haces una encuesta entre los estadounidenses, la mayoría, el 70%, cree que debe haber inmigración y defiende el sistema de asilo. Solo que también quieren que haya control. Pero lo que el Partido Republicano, la Patrulla Fronteriza, los grupos de odio anti-inmigrantes y Donald Trump expresaron dejaron claro es que hay una minoría que está dispuesta a que esto siga así. Necesitan que pensemos que la frontera está fuera de control y que no hay más que cuerpos negros y marrones invadiendo el país. Ellos se expresan en esos términos. Es parte de la toma autoritaria de los Estados Unidos. Siempre ha existido el sueño americano, pero el sueño americano es para la gente que es blanca. Un ejemplo: al principio en los Estados Unidos los italianos no eran considerados blancos. Ahora sí, porque con el tiempo el número de ciudadanos negros y mestizos creció, y la derecha está luchando contra eso. Tratan de mantener la mayoría blanca. Vemos esto mismo en más lugares. Fíjate en la Hungría de Viktor Orban, donde se usaron los cuerpos de los sirios para asustar a los húngaros. Te venden que tu precariedad es culpa de los que vienen de fuera porque se quedan todos los trabajos. Es mentira, pero mucha gente lo cree. Es más fácil culpar a los migrantes que hacer autocrítica y ver los problemas propios.

El pasado lunes, en la mexicana Ciudad Juárez fallecieron 38 inmigrantes en el incendio de un centro migratorio. Un último ejemplo de la terrible realidad que se vive en la frontera entre Estados Unidos y México, cada vez más dramática. Para hablar de lo que supone esa línea divisoria imaginaria que separa Estados Unidos y México, Jenn Budd, una exagente de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos cuenta su experiencia trabajando como agente en la frontera. Con solo 24 años, fue reclutada como agente en terreno. Poco tiempo después pasó a ser agente de inteligencia de esta agencia federal en el área de San Diego (California). Recuerda que algunas noches detenía a más de 20 personas y calcula que mientras fue agente "conocí y detuve a miles de migrantes".

México Estados Unidos (EEUU)
El redactor recomienda