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Un nuevo empuje desde Oriente: ¿dará Corea del Sur el paso de armar a Ucrania?
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Un nuevo empuje desde Oriente: ¿dará Corea del Sur el paso de armar a Ucrania?

Corea del Sur es una de las principales industrias bélicas del mundo tras un gran contrato de suministro a Polonia en 2022. Esto puede significar un punto de inflexión en Ucrania

Foto: El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg (i), estrecha la mano del ministro de Asuntos Exteriores de Corea del Sur, Park Jin (d). (EFE/Kim Min-Hee)
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg (i), estrecha la mano del ministro de Asuntos Exteriores de Corea del Sur, Park Jin (d). (EFE/Kim Min-Hee)
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El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha hecho una mini gira por Corea y Japón en busca de estrechar lazos con los dos socios claves del bloque trasatlántico en el decisivo tablero asiático. En Seúl, el noruego pidió a sus aliados orientales un mayor compromiso con la Guerra de Ucrania: "Insto a la República de Corea a dar un paso al frente en el tema del apoyo militar". Y los surcoreanos, mirando al norte y al oeste, rodeados de China, Rusia y Corea del Norte, no ven tan sencillo lo de dar el paso al frente que les pide Washington en boca de la OTAN, pero tampoco negárselo, por exactamente los mismos motivos.

Stoltenberg sabe eso, y apretó a uno de los aliados históricos en Asia de EEUU y Occidente, poniendo como ejemplo el cambio dado en las últimas fechas por otras naciones que en el inicio del conflicto también optaron por dar ayuda humanitaria pero no militar a Ucrania. "Varios aliados de la OTAN que tenían como política nunca exportar armas a países en conflicto han cambiado esa política ahora (...) Después de la brutal invasión de Ucrania, estos países cambiaron su política porque se dieron cuenta de que cuando te enfrentas a una brutal invasión en la que una gran potencia, Rusia, invade a otra de una manera descarada como ha sucedido en Ucrania, si creemos en la libertad, si creemos en la democracia, si no queremos que ganen la autocracia y la tiranía, entonces necesitan armas", dijo el noruego en referencia al giro dado por su propio país, Alemania o Suecia.

Foto: Un F-35 de Lockheed Martin. (Reuters/Axel Schmidt)
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El problema técnico es que las leyes coreanas impiden la exportación de armamento en medio de conflictos bélicos. La doctrina, basada en el equilibrio belicista tras los años de la Guerra Fría, dicta que las armas se venden solo para generar un efecto disuasorio previo y no para ser usadas en él durante. "Fines pacíficos y no afectar a la paz internacional y al mantenimiento de la seguridad nacional", dicta la norma.

Pero las normas están hechas para saltarse con discreción. Corea del Sur, por un lado, juega la baza de mantener una cierta neutralidad al no dar armas a Kiev y, por otro, está vendiendo armas a Polonia y EEUU que acaban en manos del ejército ucraniano.

En noviembre pasado, el Wall Street Journal publicó un acuerdo secreto entre Corea del Sur y Estados Unidos por el que los asiáticos proveían de munición a los estadounidenses para que estos posteriormente la enviaran a Ucrania. El Gobierno de Seúl se escudó diciendo que pensaba que "el destinatario final era EEUU".

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La muy avanzada y sofisticada industria armamentística surcoreana está haciendo caja con el conflicto y pretende afianzarse entre los cuatro mayores exportadores a nivel mundial. "Para estar entre los cuatro principales exportadores de defensa del mundo después de Estados Unidos, Rusia y Francia, la industria de defensa de Corea del Sur se convertirá en una industria estratégica", dijo el presidente Yoon Suk el pasado agosto.

Y así han hecho. La industria de armas en Corea del Sur facturaba 7.000 millones de dólares en 2021, con un casi 3% del total de ventas a nivel global. En 2022, esa cifra ascendió bruscamente hasta una horquilla de "entre 15.000 y 20.000 millones", según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo. La mayoría de esas armas se han vendido a Polonia, que llegó a un histórico acuerdo de compra por valor de más de 12.000 millones (incluye Himars, tanques, obuses…). Corea, que cuenta con el apoyo tecnológico de EEUU, fabrica armamento compatible con los estándares técnicos de la OTAN.

Foto: El comandante americano Joshua McCullion junto al general coreano Ahn Byung-seok durante una ceremonia en la base aérea de Osan. (EFE/Yonhap/Pool)

Pero toda esa venta se produce haciendo caja y sin involucrarse directamente en el conflicto, doctrina compartida por muchos actores que no se quieren significar con ningún bando, mientras oficialmente se responde con evasivas. "La visita del señor Stoltenberg fue para ver formas de mejorar la cooperación entre Corea y la OTAN", se ha limitado a decir el ministro de Asuntos Exteriores coreano, Park Jin. No ha habido portazo y tampoco se ha dado un sí a la OTAN, que lo que pretende es que las armas se donen para compartir el enorme esfuerzo económico que supone esta guerra.

El paso al frente que exige la OTAN es en todo caso complicado de dar a nivel interno. Los propios surcoreanos prefieren no posicionarse excesivamente contra Rusia. Una encuesta de julio de 2022 realizada por la empresa Gallup afirmaba que el 70% de los coreanos prefieren solo aportar ayuda humanitaria y no armas a Ucrania. En esa encuesta, solo el 15% apoyaba el envío de armamento.

Funambulismo diplomático

Los equilibrios que tiene que hacer el Gobierno de Seúl son los de un funambulista subido a un alambre. EEUU, China, Rusia, Corea del Norte, OTAN, Aukus… Muchos frentes abiertos y muchas siglas de nuevas organizaciones defensivas internacionales revolviendo un cada vez más complicado avispero.

La OTAN y Washington tienen claro donde apuntar: "El orden global que nos ha servido tan bien durante muchas décadas está bajo amenaza. Moscú y Pekín están al frente de un retroceso autoritario. La OTAN necesita garantizar que tenemos amigos y es importante trabajar unidos con nuestros socios de la región del Indo-Pacífico", dijo Stoltenberg en Tokio.

Luego, por si alguno no entendía el mensaje, no se anduvo por las armas. "Lo que está sucediendo hoy en Europa podría suceder mañana en el Este de Asia. China no es el adversario de la OTAN, pero su creciente asertividad y sus políticas coercitivas tienen consecuencias. Pekín está aumentando sustancialmente sus fuerzas militares, incluidas las armas nucleares, sin ninguna transparencia. Está intentando afirmar el control sobre el mar de China Meridional y amenaza a Taiwán (…) Si Putin vence, el mensaje a Moscú y Pekín será que pueden lograr lo que quieren a través de las armas".

Al otro lado, siempre hay otro lado, la carrera armamentística emprendida por Japón con el apoyo de EEUU y las recientes peticiones de armas nucleares de Seúl a Washington para contrarrestar la amenaza de Corea del Norte, levantan ampollas en Pekín y Pyongyang.

Foto: El Presidente chino Xi Jinping celebra una ceremonia de bienvenida. (EFE / Xinhua Yao Dawei)

"Quieren plantar sus botas militares en la región y crear una versión asiática de la OTAN", ha advertido Corea del Norte. "La situación militar y política en la península de Corea y en la región ha llegado a un límite extremo debido a las temerarias maniobras militares de confrontación y los actos hostiles de los EEUU y sus fuerzas vasallas", dice en un comunicado Pyongyang tras la reciente visita del Secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, a Corea del Sur.

"La OTAN ha ido constantemente más allá de sus áreas tradicionales de defensa, ha hecho avances en nuevos dominios y ha fortalecido los lazos militares y de seguridad con los países de Asia-Pacífico. Tales desarrollos exigen una gran vigilancia entre los países de la región", ha declarado el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Mao Ning.

En juego, tras Ucrania, está toda la hegemonía mundial y los equilibrios y alianzas de poder de un siglo XXI al que se suman constantemente nuevos actores con algo que decir. En Asia, en los próximos años, parece que están varios de los que serán principales protagonistas.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha hecho una mini gira por Corea y Japón en busca de estrechar lazos con los dos socios claves del bloque trasatlántico en el decisivo tablero asiático. En Seúl, el noruego pidió a sus aliados orientales un mayor compromiso con la Guerra de Ucrania: "Insto a la República de Corea a dar un paso al frente en el tema del apoyo militar". Y los surcoreanos, mirando al norte y al oeste, rodeados de China, Rusia y Corea del Norte, no ven tan sencillo lo de dar el paso al frente que les pide Washington en boca de la OTAN, pero tampoco negárselo, por exactamente los mismos motivos.

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