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Radiografía militar de la guerra silenciada en el Sáhara: 2 años desestabilizando el Magreb
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Drones vs. Grad

Radiografía militar de la guerra silenciada en el Sáhara: 2 años desestabilizando el Magreb

Este domingo 13 de noviembre se cumplen dos años desde que el Frente Polisario desempolvó un hacha de guerra que se mantenía enterrada durante casi tres décadas

Foto: Un combatiente del Polisario. (Reuters/Zohrra Bensemra)
Un combatiente del Polisario. (Reuters/Zohrra Bensemra)
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"Hay unas milicias armadas que golpean diariamente posiciones marroquíes". Con estas palabras, el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, reconoció por primera vez que había enfrentamientos armados en el Sáhara Occidental. Era 1 de noviembre. Hasta entonces, las autoridades de Marruecos guardaban silencio o incluso lo negaban. Bourita contradecía así a su embajador ante Naciones Unidas, Omar Hilale, que el 13 de junio había declarado que "lejos de las elucubraciones fantasiosas y engañosas de algunos, no hay guerra ni conflicto en el Sáhara marroquí".

Este 13 de noviembre se cumplen dos años desde que el Frente Polisario desempolvó un hacha de guerra que se mantenía enterrada durante casi tres décadas. Lo hizo después de que el Ejército marroquí desalojara a un puñado de civiles saharauis acampados que bloqueaban la carretera de la zona sur de la fortificación de Guerguerat, entre el último puesto de control marroquí y la frontera de Mauritania, a cinco kilómetros.

Desde entonces, el Polisario publica casi a diario partes de guerra en los que da cuenta de sus ataques contra las posiciones de las Fuerzas Armadas Reales marroquíes en esa antigua colonia española. Mientras, las autoridades y la prensa de Marruecos hacen como si nada hubiese cambiado desde los tiempos en que regía aún el alto el fuego que entró en vigor en 1991.

"Hacen como si estuvieran en guerra", comenta Emmanuel Dupuy, presidente del think tank Instituto de Prospectiva y de Seguridad en Europa. El conflicto no tiene, desde luego, la intensidad que tuvo en su primera etapa (1975-1991). "No la tiene porque Marruecos está mucho mejor armado que antaño y construyó además un muro en el desierto detrás del que se parapeta", explica por su parte Akram Kharief, un periodista argelino que anima el blog Mena Défense, dedicado a temas militares.

"Asistimos, ante todo, a una guerra de posiciones en torno al muro de 2.700 kilómetros de largo, desde Guerguerat hasta el macizo de Ouarkziz", prosigue Kharief. "El objetivo del Polisario es bloquear a los marroquíes, mediante bombardeos, en sus fortificaciones, mientras que el Ejército marroquí trata de impedir los movimientos de su enemigo" en esa franja oriental del Sáhara que controla el grupo armado saharaui. Representa la quinta parte de los 266.000 kilómetros cuadrados del Sáhara.

Foto: Soldados saharauis en Rabuni, "zona liberada". (EFE)

Mohamed Chiker, un experto marroquí en temas militares, da una versión algo diferente de lo que sucede en el Sáhara. "Es difícil decir si lo que hay allí es una guerra plena", explica. "Primero hay un muro militar entre los dos contendientes que prácticamente impide un choque directo entre ellos", añade. "Los movimientos de acoso del Polisario desde la zona intermedia [entre Argelia y las líneas marroquíes] son además repelidos mediante ataques de drones".

"El anuncio por el Polisario de que hay bajas en sus filas obedece al deseo de demostrar que de verdad está en guerra con Marruecos", prosigue Chiker. El oficial saharaui de más alto rango que cayó en combate fue Dah el Bendir, que estaba al frente de la Gendarmería del Polisario, en abril de 2021. "En el Polisario, también son abatidos sus oficiales porque estos suben a primera línea con sus hombres", confirma Akram Kharief.

La Administración de la Defensa marroquí, como se llama oficialmente el ministerio del ramo, no ha reconocido ningún muerto. "Marruecos es como el Ejército ucraniano, no hay cifras, luego no hay víctimas", ironiza Emmanuel Dupuy. "Por mucho que se empeñen en esconderlos, ha habido decenas de muertos en el bando marroquí", asegura Akram Kharief. "Si se rastrean las redes sociales, se descubren anuncios de funerales, pésames, etcétera, por los caídos en el frente", prosigue.

"Nuestro sueño es estar equipados como los hutíes [la guerrilla insurgente en Yemen apoyada por Irán]", confiesa un excombatiente saharaui

"El Ejército saharaui se acerca al muro para bombardearlo con morteros pesados y baterías de lanzamiento de cohetes soviéticos [Grad]", continúa Akram Kharief. Es un material vetusto e impreciso. "Nuestro sueño es estar equipados como los hutíes [la guerrilla insurgente en Yemen apoyada por Irán]", confiesa un excombatiente saharaui a su paso por Madrid. "Nuestro peor enemigo son los drones, ante los que estamos bastante indefensos", se lamenta.

"Es cierto que Argelia brinda un apoyo militar comedido al Polisario", señala Emmanuel Dupuy. "Cuando su diplomacia promueve la paz en Malí o en Libia, quiere evitar ser criticada por apoyar excesivamente lo que en Occidente se considera como un movimiento insurreccional", añade. Tampoco ha permitido que Irán o Hezbolá, el movimiento armado chií libanés, armen o entrenen a los guerrilleros saharauis. "Las acusaciones que formula Rabat son algo exageradas", comenta Dupuy. "Irán sí brinda al Polisario un apoyo diplomático circunspecto", concluye. Una fuente israelí de alto nivel también desmiente cualquier cooperación militar entre el Polisario y países o fuerzas de Oriente Próximo.

Desde enero de 2021, cuando los estrenaron, los drones de ataque o de vigilanciaisraelíes, como Harfang o Hermes, y el turco Bayraktar son la pesadilla de los guerrilleros saharauis cuando actúan solos o guían a los cazabombarderos marroquíes Northrop F-5. "A veces nuestros milicianos avanzan solos, por el desierto, separados por cientos de metros los unos de los otros", explica el excombatiente. "A los marroquíes les resulta demasiado caro disparar desde un dron para acabar con un solo hombre y solo suelen hacerlo cuando se reagrupan", concluye.

Foto: Haluk Bayraktar, CEO de la empresa de drones Bayraktar. (Reuters/Umit Bektas)

Los que pilotan a distancia los drones se equivocan, a veces, y abren fuego contra civiles en lugar de guerrilleros. En Ain Bentili, una localidad situada justo en el límite entre Mauritania y el Sáhara Occidental, mataron en abril a una madre y su hijo e hirieron a otros ocupantes de un vehículo que viajaban rumbo a la localidad mauritana de Bir Um Grin. Más grave fue, hace justo un año, la muerte de tres camioneros argelinos que en su camino de Nuakchot a Ouargla (Argelia) recorrieron una pista que bordea Bir Lahlou (Sáhara Occidental).

Tras cada uno de estos episodios, las autoridades argelinas denuncian, mediante comunicados firmados incluso por su presidente, Abdelmajid Tebboune, los "asesinatos extrajudiciales" de civiles por Marruecos "fuera de sus fronteras internacionales", al estilo de Israel en Gaza o de EEUU en Afganistán o Pakistán.

Rabat no confirma ni desmiente estos golpes, pero elude cualquier responsabilidad en la muerte de civiles. "Marruecos ha advertido a todas las partes implicadas de que el acceso a esa zona [al este del muro] está prohibido", recuerda Abdelhamid Harifi, otro experto marroquí en asuntos castrenses. "Si hay civiles que entran en ella sin autorización marroquí y mueren, es solo culpa suya", concluye.

Guerra de drones vs. Grad

Aunque desde hace unos meses la intensidad de la guerra del Sáhara, ya de por sí baja, ha disminuido, el uso de los drones va a ir a más. Marruecos "ha invertido en armas y tecnologías militares avanzadas, como los drones, mucho antes que otros ejércitos de la región, lo que le proporciona una ventaja táctica y estratégica determinante", declaraba el experto Nizar Derdabi al semanario Tel Quel, de Casablanca. De ahí la necesidad de ahondar en esa opción para mantener la superioridad.

El Ejército marroquí cuenta ya o se dispone a adquirir ocho modelos de drones, pero, sobre todo, Marruecos se va a convertir en el primer país de África donde se construyan esos aviones sin piloto. Con tal propósito, ha firmado acuerdos con empresas del sector en Israel para que monten dos fábricas cuya ubicación se desconoce, según reveló el 9 de noviembre el Wall Street Journal.

"La cooperación militar Marruecos-Israel está solo en sus albores y va a ir a más", recalca Emmanuel Dupuy. "Abarcará otras muchas áreas, más allá de los drones, desde la lucha antiterrorista hasta la vigilancia electrónica de las fronteras y la ciberseguridad", vaticina. Ambos países ya firmaron, el 16 de julio, un acuerdo sobre ciberseguridad, pero ocho meses antes militares y agentes marroquíes participaron en Dubái en un ejercicio dirigido por la Dirección Nacional de Ciberguridad de Israel.

Foto: La frontera entre Argelia y Marruecos desde Oujda, Marruecos. (EFE/Jalal Morchidi)

Abdelhamid Harifi, buen conocedor de los ejércitos de su país, ratifica las palabras de Dupuy. "La estrategia de Marruecos no consiste solo en consolidarse como una potencia en lo concerniente a los drones, sino de ser una potencia a secas, convertirse en un interlocutor privilegiado de los pesos pesados del mundo y un centro de estabilidad y paz en la región", explica Harifi. Con un PIB 10 veces inferior al de España en 2021 y algo más de la mitad del de Portugal, ese sueño de poderío parece aún lejano incluso en un contexto africano.

El Polisario también sueña con disponer de drones. Omar Mansour, que desempeña el cargo de ministro del Interior saharaui, reveló el 3 de octubre en Nuakchot que su "Ejército utilizará pronto drones armados en la guerra de desgaste en el Sáhara Occidental". "Si este anuncio es cierto, esto provocará un cambio sustancial sobre el terreno y Marruecos reaccionará en consecuencia a ese desafío", advirtió de inmediato Omar Hilale, embajador marroquí ante Naciones Unidas.

Hilale esgrimió enseguida la sospecha de que sería Irán el que suministraría esos drones al movimiento armado saharaui. Otras fuentes no partidistas indican, sin embargo, que el Polisario trata de adquirir drones comerciales, de venta libre, para modificarlos y que puedan transportar la carga explosiva con la que se estrellarían contra sus objetivos.

"Su Ejército utilizará pronto drones armados en la guerra de desgaste en el Sáhara Occidental"

A las advertencias del embajador Hilale se ha añadido, para demonizar al Polisario, la movilización del lobby promarroquí. El eurodiputado Antonio López-Isturiz, del Partido Popular, fue el primero en formular una pregunta a Josep Borrell, alto representante para la Política Exterior de la UE, dando por seguro que Teherán entregará drones a los saharauis. Advierte de que la "infiltración de Irán en la región supone una clara amenaza". Parte de la prensa marroquí retomó su pregunta y sostiene nada menos que "es una preocupación generalizada del Parlamento Europeo".

¿Riesgo de anexión?

El principal riesgo de escalada en el Sáhara no son los drones que podría comprar el Polisario, sino que el Ejército marroquí decida perseguir también por tierra, más allá del muro, a los guerrilleros que lo acosan o que opte incluso por adueñarse de esa franja del Sáhara Occidental que no controla. Un regreso a la Casa Blanca de Donald Trump, el presidente de EEUU que reconoció la soberanía marroquí sobre toda la antigua colonia española, daría quizás alas a Rabat para lanzarse a la conquista de ese pedazo que le falta.

"Con o sin acuerdo estadounidense, Marruecos decidirá, cuando llegue el momento oportuno, anexionarse esas zonas al este del muro que le pertenecen", confirma el experto marroquí Abdelhamid Harifi. "Y solo tardará entonces en hacerlo dos o tres semanas", precisa. Vaticinios como este dan pie al bloguero Kharief a afirmar que "Marruecos está en una lógica de escalada bélica, lo que incrementa el riesgo de guerra abierta".

Kharief precisa enseguida que "Argelia, en cambio, no quiere aventuras y hace alarde de paciencia y moderación". "Actúa así aunque su Ejército podría hacer mucho daño a Marruecos", según el bloguero. La superioridad militar argelina sobre Marruecos, apabullante sobre el papel, ha quedado, sin embargo, puesta en entredicho por la obsolescencia e ineficacia del armamento ruso empleado en la guerra de Ucrania.

Foto: Desfile militar en Argelia. (EFE/Mohamed Messara)

Argelia era, hasta ahora, el tercer cliente mundial de la industria armamentística rusa. El brutal incremento del presupuesto de defensa argelino para 2023 (+130%, 23.300 millones de euros) se explica, en parte, por la necesidad urgente de encontrar otros proveedores de armamento moderno, y China es el primer candidato. La bonanza ecónomica que le proporciona el incremento del precio de los hidrocarburos le permite hacer ese gran desembolso.

Emmanuel Dupuy no prevé, en cambio, que Rabat se lance a la conquista de nuevos territorios. "Para Marruecos, el frente diplomático es una prioridad y en él ha cosechado éxitos entre países europeos y africanos" que se acercan a su propuesta de autonomía para resolver el conflicto del Sáhara, señala. "¿Por qué elegir otro camino para hacer valer su reivindicación?". Tampoco cree que Argelia ordene a un Ejército concentrado, sobre todo, a lo largo de la frontera con Marruecos que pase a la ofensiva. "En política exterior, Argel quiere presentarse como un actor solvente, estabilizador del Sahel, de Libia", asegura.

Khadija Mohsen-Finan, profesora en la Universidad de la Sorbona, se expresa en términos parecidos. "Los unos quieren dar miedo a los de enfrente, pero no creo que desemboque en una guerra”, comenta. "Lo que si se ha instaurado en el Magreb es un clima de guerra fría”, asegura. "Eso conlleva un inmovilismo político y económico que perjudica enormemente a la región". "Los Estados de África del Norte no tienen mucho futuro si viven dándose la espalda", concluye.

"Hay unas milicias armadas que golpean diariamente posiciones marroquíes". Con estas palabras, el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, reconoció por primera vez que había enfrentamientos armados en el Sáhara Occidental. Era 1 de noviembre. Hasta entonces, las autoridades de Marruecos guardaban silencio o incluso lo negaban. Bourita contradecía así a su embajador ante Naciones Unidas, Omar Hilale, que el 13 de junio había declarado que "lejos de las elucubraciones fantasiosas y engañosas de algunos, no hay guerra ni conflicto en el Sáhara marroquí".

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