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Guerra 'proxy' en el Magreb: así se enfrentan Israel e Irán a través de Marruecos y Argelia
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Tensión a las puertas de Europa

Guerra 'proxy' en el Magreb: así se enfrentan Israel e Irán a través de Marruecos y Argelia

Rabat firmó un ambicioso acuerdo de cooperación militar con Tel Aviv mientras que Argel estrecha lazos con Teherán y Moscú convirtiendo el Magreb en la nueva prolongación del conflicto más peligroso de Oriente Medio

Foto: La frontera entre Argelia y Marruecos desde Oujda, Marruecos. (EFE/Jalal Morchidi)
La frontera entre Argelia y Marruecos desde Oujda, Marruecos. (EFE/Jalal Morchidi)
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Israel emplea a Marruecos para tratar de debilitar a Argelia”, aseguraba el politólogo jordano Walid Abdelhay en una entrevista la semana pasada con la agencia de prensa oficial argelina (APS). Al día siguiente respondía el politólogo marroquí Moustapha Tossa en 'Atlas-Info', una publicación francesa afín a Rabat, advirtiendo: “El eje Argel-Teherán es cada vez más activo en la región”. En el último año, se han multiplicado las señales que muestran cómo Marruecos y Argelia están importando al Magreb la enemistad que enfrenta a Israel e Irán, trasladando el conflicto más grave que padece Oriente Próximo a las puertas de la Unión Europea.

El más reciente episodio en este fenómeno —y el de mayor alcance hasta la fecha— se produjo en Marruecos esta semana, con una visita del ministro israelí de Defensa, Benny Gantz, a Rabat este miércoles 24 en la que firmó con su homólogo marroquí, Abdellatif Loudyi, un “acuerdo de cooperación en materia de seguridad”. El acuerdo da un carácter más formal a la colaboración en el ámbito de los servicios secretos, que existía bajo cuerda desde hace décadas. Pero, además, abre la puerta para que Marruecos compre material militar israelí, desde drones hasta el Skylock Dome, un sistema que identifica y destruye los aviones no tripulados. FAR-Maroc, un foro afín a los ejércitos marroquíes, da por hecha esta adquisición

El origen de este acercamiento está en el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental por el expresidente Donald Trump el pasado 10 de diciembre de 2020. El movimiento formaba parte de los llamados Acuerdos de Abraham, que buscaban normalizaban las relaciones entre Israel y varias naciones árabes, incluyendo Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Sudán y, por último, Marruecos.

Con el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Marruecos e Israel se han abierto posibilidades de comercio y negocios entre ambos países, como la de la empresa israelí Ratio Petroleum, que anunció el pasado octubre un plan para buscar crudo en aguas del Sáhara Occidental. A estas se añade ahora la vertiente militar, con la significativa visita de Gantz, rubricada con un pacto de defensa que la prensa oficialista marroquí describe como “histórico”. Israel no ha firmado acuerdos de estas características con ninguno de los otros países de los Acuerdos de Abraham; y tampoco con Egipto y Jordania, los primeros países árabes con los que hizo las paces, en 1979 y 1994 respectivamente.

Objetivo, Argelia

Marruecos libra desde hace un año una guerra de baja intensidad con el Frente Polisario —que el líder saharaui Brahim Ghali acaba de anunciar que se intensificará—, la tensión permanente con Argelia está ahora en máximos y la relación con sus principales aliados europeos, Francia y España, no está en su mejor momento. Con tantos frentes abiertos, Rabat busca aliados a toda costa. "[La alianza con Israel] es considerada por la monarquía como un elemento decisivo que le otorgará un lugar preponderante en la región", asevera el escritor judío franco-marroquí Jacob Cohen. “Su primer objetivo es Argelia”, añade.

Argel es no solo un adversario de Marruecos, sino también de Israel. Ha sido probablemente el país árabe que más ayuda desinteresada ha brindado a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y ahora se opone a que Israel obtenga el estatus de observador en la Unión Africana. Por eso es significativo que, en su primera visita a Rabat, en agosto pasado, el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Yaïr Lapid, manifestara su preocupación por el papel de Argelia en la región y “su acercamiento con Irán”.

Foto: Soldados saharauis en Rabuni, "zona liberada". (EFE)

Esta consigna ha sido enarbolada por el jefe de la diplomacia marroquí, Nasser Bourita desde febrero, insistiendo en que “Irán está en la región del Magreb y el Polisario coopera con Hezbolá”, la milicia chiita libanesa afín a Teherán y enemiga acérrima de Israel. Una acusación que también repite Dore Gold, exembajador israelí ante la ONU, quien sostiene en sus artículos que Hezbolá estaría entrenando a los guerrilleros saharauis —aunque ni él ni Bourita aporten pruebas contundentes—.

Argelia mantiene desde hace décadas una estrecha relación con Rusia, que provee en armas al país —el sexto comprador del mundo— hasta el punto de haber sido el primer cliente de su sistema S-400 de defensa aérea en 2014. Desde hace unos meses, ahonda discretamente sus lazos con Irán. Teherán expresó de inmediato su apoyo a Argel cuando, a finales de agosto, rompió relaciones diplomáticas con Rabat. "[Marruecos] ha pecado al normalizar su relación con el régimen sionista (...)", aseguró el líder supremo iraní, Ali Jamenei, en octubre. El movimiento islamista marroquí Justicia y Caridad, alegal pero tolerado, también considera que "la normalización es un crimen".

Respaldo diplomático y cibernético

Más allá del respaldo político, lo que más necesita Argel de Teherán es ayuda en ciberseguridad. Atacado con frecuencia por Israel, con el objetivo de desbaratar su programa nuclear y dañar su economía, Irán ha mejorado sus capacidades en ese ámbito y parece estar brindando apoyo a Argelia, que prácticamente carece de experiencia en la materia. Desde finales del verano, Marruecos ha padecido varios ciberataques protagonizados por Lyceum, un grupo de 'hackers' iraníes, según Accenture Cyber Threat. Estos piratas del ciberespacio podrían haber actuado en connivencia con las autoridades argelinas.

Si en armamento convencional Argelia goza de una cierta ventaja sobre Marruecos, en ciberseguridad este lleva la delantera. El acuerdo que cerró Gantz en Rabat contiene todo un capítulo dedicado a la materia, oficializando una cooperación bilateral que ya se había puesto en marcha antes de la firma. Todo esto “capacita a Israel para convertirse aún más en garante de la seguridad en el ciberespacio ante Irán y otras amenazas regionales (...)”, escribe Islam Al-Halawany, investigador del Centro Internacional de El Cairo para la Resolución de Conflictos y el Mantenimiento de la Paz.

A finales de julio, Forbbiden Stories, asociación que agrupa a 17 medios de comunicación que destapó el indiscriminado uso del 'software' malicioso israelí Pegasus, atribuyó a los servicios secretos marroquíes el “pinchazo” en 2019 de unos 10.000 móviles, el 60% argelinos. Las autoridades marroquíes se enteraron de la hospitalización, en abril en España, de Brahim Ghali, el líder del Polisario, a través de las escuchas telefónicas de dirigentes argelinos, según sospecha una fuente de inteligencia europea.

Foto: Imagen de satélite del buque Mercer Street. (Reuters)

Agentes marroquíes participaron, el 16 de noviembre, en la simulación de un ciberataque contra la aviación civil organizada por la Dirección Nacional del Ciberespacio de Israel. La operación se llevó a cabo desde el pabellón israelí en la Expo 2020 de Dubái y se hizo pública al concluir. Justo después, pero no es seguro que sea una consecuencia, la principal compañía aérea privada iraní, Mahan Air, anunció haber padecido un ciberataque, aunque pudo mantener sus vuelos.

Argelia ha sufrido recientemente varios ataques cibernéticos, el principal el pasado 7 de noviembre, cuando la web de su Ministerio de Hacienda y de otras instituciones públicas quedaron inutilizadas. Su escaso nivel de digitalización, en el que las webs son solo un escaparate informativo, hace que en la práctica la Administración argelina sea poco vulnerable. Sin embargo, otros potenciales objetivos como Sonatrach, la gigantesca empresa pública de hidrocarburos, podrían hacerle mucho daño. “Si lograran desbaratar el funcionamiento de Sonatrach, sí sería un 'casus belli”, vaticina un diplomático argelino.

Israel emplea a Marruecos para tratar de debilitar a Argelia”, aseguraba el politólogo jordano Walid Abdelhay en una entrevista la semana pasada con la agencia de prensa oficial argelina (APS). Al día siguiente respondía el politólogo marroquí Moustapha Tossa en 'Atlas-Info', una publicación francesa afín a Rabat, advirtiendo: “El eje Argel-Teherán es cada vez más activo en la región”. En el último año, se han multiplicado las señales que muestran cómo Marruecos y Argelia están importando al Magreb la enemistad que enfrenta a Israel e Irán, trasladando el conflicto más grave que padece Oriente Próximo a las puertas de la Unión Europea.

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