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La 'guerra en la sombra' entre Israel e Irán abre un nuevo frente en alta mar
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Toma y daca de ataques contra buques

La 'guerra en la sombra' entre Israel e Irán abre un nuevo frente en alta mar

Estos incidentes marítimos, que ni Tel Aviv ni Teherán admiten públicamente, son solo un frente más en el conflicto híbrido más amplio entre ambos países

Foto: Imagen de satélite del buque Mercer Street. (Reuters)
Imagen de satélite del buque Mercer Street. (Reuters)

La semana pasada, al menos tres buques que navegaban por el golfo de Omán se vieron envueltos en un confuso intento de secuestro. Finalmente y en medio de la alarma internacional, los presuntos atracadores abandonaron el barco, sin provocar más daños. Apenas unos días antes, el 29 de julio, el buque cisterna petrolero Mercer Street, operado por la empresa de un millonario israelí, sufrió sendos ataques con drones ‘suicidas’, provocando la muerte de dos tripulantes del buque, un británico y un rumano.

Estos son solo dos últimos incidentes más públicos de una suerte de 'toma y daca' en la sombra entre Irán e Israel, que han abierto un nuevo frente de su rivalidad en alta mar, con crecientes ataques contra buques vinculados a ambos países en las aguas tanto del mar Rojo y el océano Índico como del Mediterráneo. Esta 'guerra clandestina' en el mar, que ni Tel Aviv ni Teherán admiten públicamente, es solo un frente más en el conflicto híbrido más amplio entre ambos países, con ciberataques, drones, espionaje y sabotajes.

Foto: Una imagen del edificio derruido después de un incendio en la planta nuclear iraní de Natanz. (Reuters)

La noche del 29 de julio, dos drones armados chocaron contra el buque Mercer Street, bajo bandera libanesa, pero operado por una empresa israelí, cuando navegaba frente a la costa de Omán. No causaron mayores daños. Unas horas después, un tercer dron 'suicida' atacó de nuevo el buque, provocando las primeras muertes en este tipo de ataques en los últimos años. Según el Ejército estadounidense, los restos recuperados de los drones -"sofisticados"- probarían que Irán estaba detrás del incidente. El alto representante de la Unión Europea, Josep Borrell, se ha pronunciado en la misma línea: "Todas las pruebas disponibles apuntan claramente a Irán". Menos clara es la participación directa de Irán o de algún grupo 'proxy' en el intento de secuestro del barco Asphalt Princess el 3 de agosto, pero las web de monitoreo del tráfico marítimo registraron cómo el buque llegó a poner rumbo a Irán antes de que los presuntos secuestradores armados abandonaran el barco.

Irán ha negado su participación en este último incidente, calificándolo de "muy sospechoso" y casi de falsa bandera para una "acción hostil" contra Teherán. Los últimos incidentes de seguridad en el golfo de Omán serían "una especie de guerra psicológica" con el objetivo de "preparar el terreno para un nuevo acto de aventurerismo", según un comunicado del Ejército iraní.

Desde febrero de 2021

En los últimos seis meses se ha producido una dramática escalada en el número de ataques contra petroleros, cargueros y otro tipo de buques vinculados tanto a Irán como a Israel. Según cifras estimadas por 'The Telegraph', al menos 20 buques civiles de ambos países han sido atacados por minas, drones o comandos desde febrero de 2021. Las cifras podrían ser algo mayores, dado el secretismo con el que se mantienen algunos de los ataques, especialmente contra petroleros iraníes en el Mediterráneo.

Desde 2019, Israel había estado atacando esporádicamente buques iraníes que transportaban tanto armas como petróleo iraní al régimen de Bachar Al Asad en Siria o a la milicia libanesa Hezbolá, a través del mar Rojo y el Mediterráneo Oriental, según dio a conocer 'The Washington Post' en marzo de este año, citando a fuentes de seguridad estadounidenses. Confirmaban así el secreto a voces que ya había denunciado Irán en varias ocasiones de que Israel estaba detrás de los ataques a sus barcos. La situación escaló tanto que la Armada rusa tuvo que escoltar a los petroleros iraníes para mantener el suministro a Asad.

Foto: Imagen de archivo del buque Mercer Street. (Reuters)

Pero el 'toma y daca' escaló en febrero de 2021, cuando Israel acusó a Irán de 'ecoterrorismo' por un vertido de crudo de un barco presuntamente -siempre según Israel- vinculado a Irán y que transportaba petróleo de Irán a Siria. El 25 de febrero, dos explosiones agujerearon el portaviones MV Helios Ray, de propiedad israelí, mientras transitaba por el golfo de Omán. El 10 de marzo, el carguero iraní Shar e Kord —que, según fuentes de seguridad israelíes y estadounidenses al New York Times, transportaba equipamiento militar a Siria— fue alcanzado por un "objeto explosivo" cuando se acercaba al puerto sirio de Latakia. Apenas 15 días después el carguero israelí Lori fue atacado en ruta por el mar Arábigo. El embajador iraní en Londres, Mohsen Baharvand, declaró hace una semana que al menos 11 cargueros iraníes habían sido atacados por Israel. También se sospecha de sabotaje de mano israelí detrás del incendio que provocó el hundimiento del Kharg, uno de los mayores barcos de la armada iraní, el pasado 2 de junio en el golfo de Omán.

Los ataques se han ido sucediendo uno tras otro en los últimos meses, sin llegar nunca a la conflagración directa, y prometen un verano al filo del error que pueda terminar de escalar a un conflicto mayor en una de las rutas más importantes del comercio mundial y por donde pasa casi una quinta parte del petróleo mundial.

"Hasta ahora, el conflicto marítimo entre Irán e Israel se ha mantenido en un nivel de 'zona gris' de baja intensidad, por debajo del umbral de las hostilidades declaradas, y ambas partes buscan evitar una escalada que pueda perturbar sus respectivas rutas de navegación y economías. Sin embargo, ambos países tienen experiencia e importantes capacidades para este tipo de guerra naval, por lo que es probable que ninguno se conforme con menos que la superioridad marítima", sostiene Farzin Nadimi, analista en seguridad y defensa en Irán y la región del Golfo para The Washington Institute. "El ritmo de sus ataques ya ha aumentado y se puede esperar que se acelere aún más, al tiempo que se expande a un área geográfica más grande y potencialmente emplee tácticas adicionales (por ejemplo submarinos, drones de largo alcance y embarcaciones para ataques rápidos)".

La semana pasada, al menos tres buques que navegaban por el golfo de Omán se vieron envueltos en un confuso intento de secuestro. Finalmente y en medio de la alarma internacional, los presuntos atracadores abandonaron el barco, sin provocar más daños. Apenas unos días antes, el 29 de julio, el buque cisterna petrolero Mercer Street, operado por la empresa de un millonario israelí, sufrió sendos ataques con drones ‘suicidas’, provocando la muerte de dos tripulantes del buque, un británico y un rumano.

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