Argelia enseña músculo militar a Marruecos mientras congela el comercio con España

La noche del 6 al 7 de junio, apenas día y medio antes de romper el tratado de amistad bilateral con España, Argelia completó las maniobras militares ‘Soumoud 2022’ (resistencia, en español) en las inmediaciones de Tinduf, localidad situada en la frontera con Marruecos donde se encuentran los campos de refugiados saharauis. A finales del pasado mes de mayo, la Armada argelina ya efectuó el ejercicio táctico naval 'Ouragan 2022' (huracán) en aguas fronterizas con Marruecos y España. Unas señales que no han pasado desapercibidas para los observadores del país magrebí, que señalan la intención de Argelia de mostrar el colmillo en un momento de alta tensión en el norte de África.

En estos simulacros, Argel exhibió músculo militar, con tanques, vehículos todoterreno, blindados, helicópteros, aviones de combate y aviones cisterna, y utilizó munición de combate "en condiciones cercanas a la realidad" bajo la supervisión del jefe de Estado Mayor del Ejército, Said Chanegriha. El objetivo declarado de estos ejercicios —que han sido publicitados con todo lujo de detalles por la televisión nacional— es preparar las Fuerzas Armadas de Argelia para “afrontar cualquier situación de emergencia con garantías y en cualquier circunstancia”, según afirmó Chanegriha.

El periodista argelino Mohsen Abdelmoumen, sin embargo, va un paso más allá y afirma que se trata de “un mensaje a los enemigos de Argelia” en un artículo publicado en el diario 'Algérie Patriotique'. Quienquiera que “pretenda dañar a Argelia recibirá una respuesta inmediata y devastadora”, escribe Abdelmoumen tras acusar a Marruecos de provocar y desestabilizar a Argelia, siguiendo las órdenes de Israel y “el imperio” estadounidense.

Precisamente, Estados Unidos y Marruecos preparan de manera conjunta el comienzo del mayor conjunto de ejercicios militares del continente africano, el 'African Lion 2022’, previsto del 20 de junio al 1 julio. España ha rehusado participar en las maniobras por segundo año consecutivo, después de su ausencia en 2021 debido a la posibilidad de que una parte de las operaciones se desarrollara en territorio del Sáhara Occidental.

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Pese al giro histórico del Gobierno de Pedro Sánchez al apoyar abiertamente el plan marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental, el Ejército español no formará parte del 'African Lion' en un momento de máxima tensión con Argelia. El cambio de postura español del pasado marzo pilló por sorpresa a Argel, que llamó a consultas a su embajador de manera inmediata. El presidente Abdelmajid Tebboune ya avisó en abril de que se trataba de una decisión "ética e históricamente inadmisible", antes de romper el tratado de amistad bilateral y congelar el comercio exterior con España.

Las relaciones entre España, Marruecos y Argelia pasan por su peor momento en décadas y el riesgo de un enfrentamiento entre los dos vecinos magrebíes en el norte de África preocupa a los expertos. Argelia mantiene las fronteras con Marruecos cerradas desde hace casi 30 años y ya anunció la ruptura las relaciones diplomáticas con su vecino en agosto del año pasado. Desde entonces, se han producido escaramuzas como el asesinato de tres ciudadanos argelinos en un bombardeo marroquí.

"Estas maniobras buscan mostrar músculo y mandar el mensaje de que no se van a dejar intimidar por Marruecos, aunque cuente ahora con el apoyo de Israel y vaya a coorganizar las maniobras 'African Lion' [con EEUU]", apunta un observador de la región.

La conexión entre el Sáhara y Ucrania

Las históricamente tensas relaciones entre los países vecinos —cuya frontera común lleva cerrada desde 1994— han entrado en una espiral descendente desde el pasado verano, cuando Argel rompió relaciones con Marruecos. Los desaires entre ambos han ido 'in crescendo' desde que en noviembre de 2020 se rompió el alto el fuego entre Marruecos y el Frente Polisario, respaldado por los argelinos, y empeoró un mes después cuando Donald Trump reconoció la soberanía marroquí del Sáhara Occidental.

En marzo de este año, Argelia acusó a Rabat de matar a tres de sus ciudadanos en un aparente bombardeo contra el Frente Polisario saharaui el pasado mes de noviembre y aseguró que "su asesinato no quedará impune". La sugerencia de que podría tomar represalias agitó el temor a que un incidente de este tipo inflame las tensiones bélicas entre dos naciones que ya estuvieron enfrentados en la llamada 'guerra de las arenas' de 1963.

Además, Argelia ha tratado de mantener una posición equidistante en la guerra de Ucrania y fue de los pocos países que se abstuvieron de condenar la invasión rusa en la votación de la Asamblea de Naciones Unidas. Asimismo, votó en contra de suspender a Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Entre 2016 y 2020, Moscú vendió a Argel 4.200 millones de dólares en armas, lo que equivale a casi el 15% del total de las exportaciones armamentísticas de Rusia en ese periodo.

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El pasado 10 de mayo, el ministro de Exteriores de Rusia, Sergéi Lavrov, visitó Argelia para conmemorar el 60 aniversario de las relaciones bilaterales, que empezaron cuando la URSS se convirtió en el primer país en reconocer la independencia de Argelia en 1962. Además, el presidente del Comité de Defensa y Seguridad del Consejo de la Federación Rusa, Viktor Bondarev, también ha viajado al país africano recientemente para preparar los ejercicios militares conjuntos previstos el próximo mes de noviembre, también cerca de la frontera con Marruecos.

El actual contexto económico, con los precios energéticos disparados, ha dado un balón de oxígeno a la junta militar argelina que le permite asumir una postura diplomática más frontal frente a Marruecos y España. Entre 2015 y 2020, las exportaciones de hidrocarburos representaron el 19% del PIB y el 40% de los ingresos presupuestarios. El coste del gas en Europa (que importa un 11% de su gas de Argelia) subió el jueves un 6,9% tras la escalada comercial de Argel y un corte del suministro estadounidense provocado por un incendio en una planta de gas natural licuado en Texas. Si el desplome de los precios en 2014 lastró la economía argelina durante el último lustro, el rebote vivido gracias a la recuperación pospandémica y acentuado por la guerra en Ucrania ha colocado a Argelia en una posición de fuerza cuando la Unión Europea busca diversificar sus fuentes energéticas para reducir el consumo de gas ruso.